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Página 38 - Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado, el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente; despiden larga vena los ojos hechos fuente, Olarte," y digo al fin con voz doliente: < Morada de grandeza, templo de claridad y hermosura, el alma que a tu alteza nació, ¿qué desventura la tiene en esta cárcel baja, escura?
Página 36 - Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido...
Página 57 - Y cuando he de escribir una comedia, Encierro los preceptos con seis llaves; Saco a Terencio y Plauto de mi estudio, Para que no me den voces; que suele Dar gritos la verdad en libros mudos; Y escribo por el arte que inventaron Los que el vulgar aplauso pretendieron; Porque, como las paga el vulgo, es justo Hablarle en necio para darle gusto.
Página 37 - Y como codiciosa, por ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. Y luego sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruido, que del oro y del cetro pone olvido.
Página 11 - Salamanca (que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado), pidió a sus amos licencia para volverse.
Página 16 - El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena la música extremada por vuestra sabia mano gobernada. A cuyo son divino el alma, que en olvido está sumida, torna a cobrar el tino y memoria perdida de su origen primera esclarecida.
Página 41 - No he visto ningún libro de caballerías que haga un cuerpo de fábula entero con todos sus miembros, de manera que el medio corresponda al principio, y el fin al principio y al medio, sino que los componen con tantos miembros, que más parece que llevan intención a formar una quimera o un monstruo que a hacer una figura proporcionada.
Página 45 - ¿Quién es el que esto mira, y precia la bajeza de la tierra, y no gime y suspira y rompe lo que encierra el alma, y de estos bienes la destierra?
Página 36 - Alarcón (español). Luzco del mundo en la gentil pavana, sobre el recio tahalí de mi tizona, una cruz escarlata que pregona mi abolengo de estirpe castellana. Llevo en los hombros ferreruelo grana, guío el mostacho a usanza borgoñona, y mi blanca gorguera se almidona bajo mi crespa cabellera cana. Tengo cien lanzas combatiendo en Flandes, mil siervos en las faldas de los Andes, calderas y pendón, horca y cuchillo, un condado en la tierra montañesa, un fraile confesor de la condesa, cien lebreles,...
Página 37 - ... los árboles torciendo, el suelo de pasada, de verdura vistiendo y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea y ofrece mil olores al sentido; los árboles menea con un manso ruido, que del oro y del cetro pone olvido. Ténganse su tesoro los que de un falso leño se confían; no es mío ver el lloro de los que desconfían, cuando el cierzo y el ábrego porfían.

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