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CAPÍTULO XVII.

1821.

LA ELECCION DE DIPUTADO, Y VIAJE Á ESPAÑA.

Eleccion del Padre Varela para diputado á Córtes por la Habana en la legis latura de 1822.—Acepta con disgusto y en obedecimiento á los mandatos del Obispo Espada.-Se despide de la Real Sociedad Patriótica.-Sale de la Habana, á bordo de la fragata "Purisima Concepcion," capitan Don Pedro Gorostiola, el 28 de Abril de 1821.-Diario de este viaje, llevado por el Señor Don Buenaventura Morales.- Llegan á Cádiz el 7 de Junio de 1821.Itinerario de Cádiz á Madrid, escrito por el mismo Señor Morales.-Llegada á Madrid el 12 de Julio de 1821.

La popularidad del Padre Varela habia aumentado, si era posible que así sucediese, en consecuencia de estos nuevos trabajos. Así fué que, cuando á poco de haber comenzado su enseñanza de Constitucion ó de Derecho político, tuvo lugar en la isla de Cuba la eleccion de los diputados que debian representarla en las Córtes del Reino, en la inmediata legislatura de 1822, los ojos todos se volvieron hácia el ilustre sacerdote. Nada era más contrario á su voluntad que abandonar su patria, y aventurarse á los azares de la vida política,

para la que no se sentia con ninguna especie de inclinacion; pero tuvo que ceder y conformarse, aceptando la confianza que sus compatriotas le dispensaban, y agradeciendo el sentimiento con que le conferian, sin pretenderla, tan señalada distincion.

Cuenta el Señor Casal que esta eleccion de diputado, verificada en favor del Padre Varela con circunstancias de unanimidad bastantes para honrar al pueblo que la efectuaba, produjo á pesar de todo, en su ánimo sencillo y verdaderamente evangélico, un sentimiento de profunda tristeza. Quizás alguna cosa le decia en el interior de su alma que se alejaba para siempre de aquella tierra hermosa, por cuya felicidad tantos y tan fervientes votos habia hecho, quizás veia delante de sus ojos el melancólico espectáculo de la persecucion, y las amarguras, en ocasiones indescribibles, de la vida del emigrado en país extraño. Pero aquí, como en otras ocasiones, sus personales sentimientos se inclinaron ante la voluntad de sus paisanos, á la vez que al precepto terminante del Prelado, á quien debia obediencia, y que le mandó no renunciase.

Los otros diputados, que fueron elegidos y que debian acompañarle á España, fueron los Señores Don Leonardo Santos Suarez y Don Tomas Gener.

Una vez aceptado el encargo y decidido á salir para Madrid, el primer cuidado del Padre Varela fué dejar encomendada en buenas manos las enseñanzas del Colegio. La cátedra de Filosofía quedó á cargo del Señor Don José Antonio Saco, á quien despues sustituyó el Señor Don José de la Luz y Caballero; y para la de Constitucion, no queda duda que indicó, privadamente al ménos, á su discípulo y amigo el Señor Don Nicolas Manuel de Escobedo, á pesar de que ya entónces se hallaba privado de la

vista. * En él recayó, en efecto, el nombramiento, continuando el grande ciego al frente de la cátedra, no sólo hasta el final del primer curso, en 14 de Octubre de 1821, sino hasta que concluyó el subsecuente en 31 de Mayo de 1822. †

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Un viaje al través del Atlántico, en las circunstan

* El oficio con que el Padre Varela se despidió de la Real Sociedad dice así: 'Salgo para Cádiz entre pocos dias. Suplico á V. lo haga presente á la Sociedad, no sólo para que determine acerca de mi cátedra, sino tambien para que me dé las órdenes que guste, pues mi obligacion es complacerla. "Dios guarde á V. muchos años. Habana, 9 de Abril de 1821 "FÉLIX VARELA.

"Señor Don Agustin Govantes, Secretario de la Sociedad Patriótica."

† Son muy curiosos los documentos siguientes, que debemos á la bondad de nuestro muy querido amigo y discípulo el Señor Don Vidal Morales y Morales: I. "Enterado por S. E. Illma. de que el sustituto de la Cátedra de Constitucion debe quedar con la renta que yo pactase darle, siendo un convenio de entrambos catedráticos, y que ésta es la resolucion que S. E. Illma. se sirve dar sobre la materia que se le ha cometido por la Sociedad, como funda. dor de esta cátedra; he determinado, en obsequio de la amistad que siempre he tenido al Doctor Don Nicolas Manuel Escobedo, mi sustituto, cederle toda la renta del tiempo que devengare.

"Sírvase V. S. manifestarlo á la Sociedad para que dé las órdenes competentes al Señor Tesorero.

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FÉLIX VARELA.

"Habana, Abril 14 de 1821. "Señor Don José Agustin Govantes, Secretario de la Sociedad." II.—“ El 1o de Mayo de este año entré á desempeñar la cátedra de Constitucion; y así, tengo que dar á los estudiantes la certificacion correspondiente á aquel mes, que fue el último del curso, que principió el Señor Don Félix Varela. Soy ciego, y no puedo firmar; pero este obstáculo quedará removido con que mi hermano Don Antonio María de Escobedo, que suscribe éste, firme las nes, expresando en cada una de ellas, que lo hace por mi impedi mento y á mi ruego. En mi concepto, ésto es bastante; pero si se quieren más precauciones firmará mi hermano ante un escribano público que dará fé de ello. "Tenga V. S. la bondad de consultar en mi nombre á la Sociedad sobre este punto; y sírvase V. S. comunicarme la resolucion de ese cuerpo patriótico, para proceder inmediatamente á ejecutarla.

се

"Dios guarde á V. S. muchos años. Habana y Diciembre 7 de 1821. "A ruego de mi hermano Don Nicolas María,

"ANTONIO MARIA DE ESCOBEDO.

"Señor Don Agustin Govantes, Secretario de la Sociedad Patriótica."

cias de aquellos tiempos, entre las posesiones españolas de América y su metrópoli en Europa, era una cosa que tenia que pensarse mucho y prepararse con anticipacion. Ademas de que se daba siempre preferencia para una empresa de esta clase á la estacion de la primavera, pues nadie deseaba aventurarse de repente y sin transicion, á los rigores del invierno europeo, era preciso esperar á que se reuniese un cierto número de buques, para efectuar el viaje juntos, y acompañados y protegidos á lo ménos por una embarcacion de guerra; así es como puede explicarse que las referidas elecciones se efectuaran con una anticipacion tan grande, y que el Padre Varela se embarcara en la Habana, mucho más de un año ántes de la fecha en que se abrieron las Córtes, donde debia tomar asiento.

El buque en que tomó pasaje fué una fragata española denominada Purísima Concepcion, su capitan Don Pedro Gorostiola, y el dia en que se hizo á la vela, abandonando el puerto de la Habana, fué el 28 de Abril de 1821.

A la bondadosa eficacia del Señor Doctor Don Agustin José Morales, debemos la fortuna de haber podido consultar el diario interesante de esta navegacion, que escribió el Señor Don Buenaventura Morales, hermano suyo, y pasajero á bordo del mismo buque. Este trabajo es tan curioso y tan digno de conservarse, que nos parece conveniente presentar algunos extractos. A más de ser característico del tiempo, servirá para marcar el grado de respeto y consideracion que el benemérito cubano habia sabido inspirar á sus contemporáneos.

El escrito se titula: "Diario de la navegacion del puerto de la Habana al de Cádiz, que hicimos los habaneros, Presbítero Don Félix Varela, Don Pedro de Hara, Don Fernando Adot, Don Adolfo Quesada, Don

Joaquin Toscano, Don Francisco Ruiz, Don Juan Bautista Ponce, Don Francisco y Don Francisco de Paula Vega, Don Buenaventura Morales, que escribe este diario, y Don Francisco del mismo apellido, y los morenos José del Cármen y Andres, y el pardo Antonio, en la fragata española Purísima Concepcion, su capitan Don Pedro Gorostiola, convoyados por la fragata de guerra española Pronta, y la goleta de guerra Galga." Su primer asiento es el que sigue:

Sábado, 28 de Abril de 1821.-A las seis de la mañana salimos del puerto de la Habana, para el de Cádiz, con viento S. E. fresco. A las 8 ya empezábamos á marearnos, pues el buque balanceaba. Bajamos á almorzar Pedro, Pancho Vega, yo y otros, ménos Fernando y el Padre Varela, que aunque estaban buenos no quisieron bajar.

Sigue luego una pintoresca descripcion de las escenas del mareo, y termina el asiento con estas palabras significativas y sentidas:

Despues, bajé á mi camarote, y no puedo explicar las congojas que pasé.

Llama la atencion en este diario, escrito seguramente sin sospechar que podria llegar un dia en que, más ó ménos, deberia caer bajo la mirada del público, la deferente y respetuosa manera con que se habla siempre del Padre Varela, á quien en general se le llama simplemente "el Padre;" y hasta que extremo parecia considerársele por todos como el personaje principal y el más importante de los que se hallaban en la nave. Ningun suceso se considera suficientemente registrado en esa crónica interesante, si no se dice como lo recibió el Padre Varela, ó cual fué la impresion que le produjo. Se conoce que el esclarecido sacerdote, tan virtuoso como sabio, era amado ardientemente por el cronista y sus compañeros.

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