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en esta ciencia. Las propiedades de los cuerpos, la atraccion, el movimiento, la afinidad, las propiedades especiales de los fluidos y de los sólidos, etc., se encuentran allí tratadas con alguna extension, como tambien la vision, el sonido, el calor, el frio, el olor, el sabor, la porosidad, etc., explicándose igualmente los sistemas astronómicos de Ptolomeo, Tycho-Brahe y Copérnico. El capítulo de la Física concluye con proposiciones relativas al fuego, la electricidad, el aire, el agua, la tierra y los meteoros. Depues viene lo relativo á la moral, ó ética, completándose así 226 proposiciones que son todas las que tiene el Elenco."

El alumno que debia defenderlas, como se decia entónces en el lenguage de las escuelas, era el jóven Don Nicolas Manuel de Escobedo, que tan notable llegó á ser despues en los anales de nuestra patria. Ese inteligente habanero, que se acreditó mas tarde, entre otras cosas, como el orador mas distinguido que Cuba ha producido jamas, segun la tradicion universal de nuestro pueblo, á penas tenia entónces de 15 á 16 años. Habíase aficionado extraordinariamente á su maestro, y gustaba acompañarlo en su cuarto, y ayudarle en sus estudios y sus trabajos. Cuenta el Padre Varela, en una preciosa carta, fecha en New York el 22 de Octubre de 1840, que ha publicado como apéndice á su obra ántes citada el Doctor Don José Manuel Mestre, * la impresion que le causó una de las conversaciones que con él tuvo este predilecto discípulo suyo, y la influencia que sus palabras ejercieron en el resto de sus trabajos como filósofo. "Mi discípulo Don Nicolas Manuel de Escobedo, que tenia entónces 15 ó 16 años, dice el insigne sacerdote, me leia diariamente,

* De la Filosofía en la Habana, pag. 108,

y notando algunas cuestiones especulativas (que generalmente son el fundamento de los partidos) me preguntó con su natural candor y viveza: "Padre Varela, ¿para que sirve esto?" Confieso que me enseñó mas con aquella pregunta, que lo que yo le habia enseñado á él en muchas lecciones. Fue para mí como un sacudimiento, que despierta á un hombre de un profundo letargo. ¡Qué imperio tienen las circumstancias! Nada mas me dijo; y me hizo pensar por muchos años. Poco despues formé un Elenco en que aun tenia varias proposiciones semejantes á las que llamaron la atencion de Escobedo, bien que yo no percibia su semejanza, y cuando se le presentó al Señor Espada, dijo este á su secretario: "Este jóven catedrático va adelantando; pero aun tiene mucho que barrer," y le hizo notar como inútiles, precisamente aquellas proposiciones que yo creia mas brillantes. Tomé, pues, la escoba, para valerme de su frase, y empezé á barrer, determinado á no dejar, ni el mas mínimo polvo del escolasticismo, ni del inutilismo, como yo pudiese percibirlo.”

Este nuevo Elenco, así podado por el ilustre Prelado que tanto bien hizo á Cuba, en todos los sentidos, fue probablemente el de los exámenes de 1813, que tambien encontró en New York el Señor Don Antonio Bachiller y Morales, y de que se ocupa igualmente en su carta al Señor Mestre ántes citada. Está escrito en latin, y tiene por epígrafe una proposicion de Condillac, traducida á aquella lengua. La proposicion no 20 estaba concebida en estos términos: "La autoridad de los Santos Padres en cuestiones filosóficas es la misma que la de los filósofos que ellos seguian."

Fue poco ántes de aquel tiempo que encontrándose accidentalmente en la Habana el Illmo. Señor Doctor Don Pedro Valera y Jimenez, Arzobispo de Santo

Domingo, que distinguia con su amistad al jóven catedrático, le encargó que compusiese un libro para servir de texto en el seminario de su diócesis. Cuenta el Padre Varela que en obedecimiento á este mandato, habia escrito "la Lógica y la Metafísica en latin, segun era la costumbre de aquel tiempo." "Imprimióse en la Habana, agrega, en la imprenta de Gil en 1812, con el título de Institutiones Philosophia eclecticæ, sin nombre de autor. Despues enseñé por ella, cuando obtuve la cátedra del Seminario de la Habana; y entónces escribí el tercer tomo en castellano, por habérmelo permitido el Illmo. Espada."

En el "Catálogo de libros y folletos publicados en Cuba desde la introduccion de la imprenta hasta 1840," que ha insertado el Señor Don Antonio Bachiller y Morales, en el tercer tomo de sus interesantísimos Apuntes, tantas veces citados, se encuentra, en el año de 1812, la siguiente referencia á esta obra:†

Institutiones philosophia eclecticæ ad usum studiosa juventutis. Habana Ant. Gil MDCCCXII.-Tomo 1o y 2o.-El primero comprende la Lógica; el segundo, la Metáfisica. La primera dividida en cuatro partes, con su apéndice: Propositiones ad Tyronum exercitationum. El segundo tomo solo tiene 47 páginas de doctrina, y el resto son 39 proposiciones, en las que trata de las relaciones del alma con el cuerpo, y en que se dice que es perdido el tiempo que se emplea en refutar los sistemas relativos á este particular, y principalmente el del "mediador plástico" de Cudworth.-- El tercer tomo se publicó en castellano en 1813.--Estas son las obras filosóficas con que principió el Presbítero Don Félix Varela su enseñanza.

Mas adelante, ‡ en el año de 1813, se encuentra esta segunda referencia :

Instituciones de Filosofía ecléctica para el uso de la juventud. Tomo 3o

* Carta ántes citada. De la Filosofía en la Habana, pag. 103.

† Apuntes, tomo III, pag. 146.

Apuntes, tomo III, pag. 152.

-En la oficina de Don Estéban José Boloña, en 8, con 148 páginas, sin la fé de erratas, ni la advertencia, é indices. Esta obra es del Padre Varela; y en sus prenociones dice: aunque las dos primeras partes de estas Instituciones se imprimieron en latin, escribo la tercera en castellano, por esperarse que en el nuevo plan de estudios se mande enseñar en el idioma patrio, segun el juicio de los mejores sabios, y no por el deseo de innovar."

Un cuarto tomo de esta obra se publicó despues, tambien en castellano, el año de 1814. Refiriéndose á él, dice el Señor Bachiller y Morales, en el Catálogo que acaba de citarse:*

1814. Instituciones de Filosofia ecléctica para el uso de la juventud. -Tomo IV. Imprenta de Don Estéban Boloña.-Esta obra es del Padre Don Félix Varela, sobre la cual he publicado un artículo en El Estímulo. Contiene nociones de matemáticas, necesarias para la inteligencia de la Fisíca general."

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En unas breves notas que respecto de las clases y de la persona del Padre Varela, tuvo la bondad de escribir para nosotros, accediendo á nuestra súplica, el Señor Don José María Casal, ilustrado cubano, arrebatado por la muerte á sus amigos y á su patria, y que habia sido discípulo muy estimado del gran maestro, se lee que aunque el Padre Varela hablaba el latin con la facilidad y la elocuencia que es posible en un idioma muerto, no enseñaba á sus alumnos en esa lengua, segun era obligatorio en aquel tiempo;" pero que "no pudiendo sin embargo oponerse de frente á la ley vigente, escribió en latin un tratado de Lógica y otro de Metafísica, para texto de su clase, que aprendian sus alumnos." "En ambos libros, se seguian doctrinas mas modernas que las admitidas hasta entónces, tendiendo á dar libertad al pensamiento, sin sujetarlo á fórmulas, ni á la opinion de ningun maestro, sino á la

Apuntes, tomo III, pag. 238.

razon guiada por las doctrinas y sistemas que nos han precedido. Las explicaciones de la clase se hacian en castellano, en cuya lengua hablaban siempre el profesor y sus discípulos. Pero, á fin de que la ley no se violase por completo, y que los alumnos no perdiesen el gusto por el latin, y lo olvidasen, habia un dia de la semana dedicado especialmente á conversar en esta lengua, en que se hablaba sobre todos los asuntos, haciéndose ejercicios muy amenos, á que todos concurrian con gusto."

No entra seguramente en el plan de este trabajo, ni tampoco se encuentra, por el momento al ménos, dentro de las posibilidades que tenemos á nuestro alcance, emprender en este lugar un juicio crítico de estos primeros trabajos filosóficos del Padre Varela. No hemos tenido nunca la fortuna de examinar por nosotros mismos, ni las Instituciones, ni los elencos de que se trata en este capítulo. Lo que sabemos de esas obras es por referencia á lo que han dicho sobre ellas nuestros ilustradísimos amigos, los Señores Don Antonio Bachiller y Morales, y Don José Manuel Mestre, que sí las vieron y estudiaron. El primero facilitó al segundo, y poseyó hasta época muy reciente, en su riquísima biblioteca, atestada de curiosidades cubanas, y miserablemente saqueada por las autoridades españolas, ó sus agentes, cuando se dictó el embargo de las propiedades de aquel Señor, un ejemplar completo de las Institutiones, que era sin duda un verdadero tesoro bibliográfico. Cual sea la suerte que haya corrido, lo ignoramos completamente.

Entre los planes y expedientes, más ó ménos absurdos, á que las referidas autoridades de la isla de Cuba recurrieron, en el principio, para atajar la revolucion de Cuba y subjugarla, figura con oprobio para sus

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