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expresa de este modo:-"El progreso lento, pero seguro de la Iglesia no se llevó á cabo sin mucha oposicion. El Rev. Dr. Varela, el Rev. Dr. Power, y el Rev. Mr. Schneller prestaron buenos servicios, publicando varios excelentes artículos de controversia, y defendiendo las buenas doctrinas contra los ataques del célebre Dr. Brownlee, y otros impugnadores. Entre los muchos medios desleales de que se echó mano en aquel tiempo para contrarestar el progreso de la Iglesia católica, fué uno el de publicar libros falsos é impuros, conteniendo supuestas revelaciones de lo que pasaba en el interior de los conventos y monasterios, como los denominados, Louise, or the Canadian; Rebecca Reid's narrative, etc. Uno de los más notables de estos libros fué el titulado: Awful disclosures by Maria Monk, impreso en 1836; y puede decirse que probablemente no se habia hecho nunca una tentativa más infame para desacreditar la Iglesia católica. El libro fué publicado con la aprobacion y ayuda de muchos ministros protestantes, pero fué denunciado por muchos de los diarios seculares como calumniador y mentiroso desde el principio hasta el fin. Por un corto período de tiempo tuvo una circulacion muy grande; y como los ignorantes le dieron crédito, logró producir un fuerte sentimiento de hostilidad contra la Iglesia. Pero los autores de la obra, en su mismo empeño de hacer daño, se pasaron de raya, y dieron lugar á que viniese el correctivo. Los cargos que hacian eran tan atroces que excitaron sospechas con respecto á su veracidad, aun en los entendimientos más preocupados en contra de los católicos. Las autoridades de Montreal, y el mismo clero protestante de aquella ciudad, publicaron desde poco despues de la aparicion de la obra, que era falso lo que en ella se referia; pero no fué sino el Coro

nel Stone, redactor del Commercial Advertiser de New York, quien desenmascaró por completo, y demostró su impostura perfectamente. Determinado ese Señor á investigar por completo el asunto, fué á Montreal, y habiendo pedido permiso para examinarlo todo en el Hotel-Dieu que era el teatro en que se suponian cometidas todas las atrocidades de que habla el libro, se convenció de que el autor de este ni siquiera conocia bien la localidad que pretendia describir. Se aseguró perfectamente de que todo lo que allí se dice no es más que una calumnia baja y grosera; y no titubeó un momento en denunciarla como tal. En el curso de su demostracion, dió buenas pruebas de que algunas de las Reverendas personas relacionadas con el libro sabian que este era una mera fabricacion desde la primera página. Y no podia ser de otra manera, porque la mentira era tan patente, que el Courier and Enquirer observó desde el principio que "era bastante leer el libro para que se disipara cualquiera duda que pudiera quedar flotando en la mente de algunos pocos, respecto de la falsedad sin límites de tan desvergonzada impostura."

Los periódicos en que el Padre Varela, junto con los otros sacerdotes que menciona el Señor Arzobispo Bailey, dieron á luz los artículos de que se ha hecho referencia, fueron el denominado The Truth Teller, que empezó á publicarse desde el 2 de Abril de 1825, y el llamado New York Weekly Register and Catholic Diary, de que era Redactor principal el Padre Schneller, y duró desde el 5 de Octubre de 1833 hasta fines de Octubre de 1836. Las colecciones de ámbos papeles, hoy muy raras, son doblemente preciosas por su escasez y por su mérito, así en lo doctrinal como en lo histórico y literario.

CAPÍTULO XXVII.

1831.

DISCUSION ORAL EN DEFENSA DE LOS DOGMAS CATOLICOS.

Reputacion del Padre Varela.-El artículo sobre las cinco Biblias de la Sociedad bíblica.-Discusion oral, en público, en una iglesia protestante en defensa de los dogmas católicos.

La fama que el Padre Varela habia llegado á alcanzar con sus escritos, y con el poder de su palabra hablada, se encuentra á cada paso atestiguada con los monumentos que se conservan de aquel tiempo. En la Historia ántes citada del Señor Shea se dice del Padre Varela, que "era un sólido teólogo, y que entre los escritos con que contribuyó para los periódicos, habia uno titulado The five different Bibles distributed and sold by the American Bible Society (Las cinco diferentes Biblias distribuidas y vendidas por la Sociedad

*The Catholic Church in the United States. A sketch, etc.

Americana de la Biblia) * que atrajo mucho la atencion, y fué probablemente el mejor de todos sus escritos hasta entonces, añadiendo que con él compelió á la referida Sociedad á quitarse la máscara, y á no condenar una traduccion católica hecha en inglés, miéntras circulaba la misma en otra lengua, y á no omitir en una edicion algunos de los libros, por no considerarlos inspirados, y ponerlos sin embargo, en concepto de tales, en otra edicion distinta." Y en el Catholic World de Nueva York, al juzgar la obrita histórica del Señor Arzobispo Bailey, tambien citada varias veces, y al ocuparse de nuestro distinguido compatriota se dice que este "daba siempre con grande suavidad muy duros golpes, y que era fino y muy agudo en sus argumentos, á la vez que demostraba donde quiera que su instruccion era muy vasta y perfectamente digerida."

Una grande ocasion de demostrarlo se le ofreció en el período á que se encuentra consagrado este capítulo. Existia entónces en Nueva York una congregacion protestante que se denominaba "Iglesia Reformada Holandesa," á cuyo frente se encontraba el Dr. W. C. Brownlee, cuyo espíritu inquieto y agitador, gustaba de las emociones de la polémica, y estaba acostumbrado á los ardides diferentes de la estrategia que en ella suele usarse generalmente. Cuenta el Señor Shea que este caballero invitó al Padre Varela, á que viniese á defender la fe católica ante una asamblea de ministros presidida por él, y que nuestro esclarecido sacerdote se consideró obligado á aceptar aquella invitacion. Una discusion oral en lengua extraña y aprendida cuando ya ha pasado la juventud, es ardua empresa para los más valientes; pero el Padre Varela, no solo

* Se publicó despues en el Catholic Expositor.

la acometió sin temor, sino que consiguió una gran victoria. Dice el mismo Señor Shea, que "cuando el Dr. Brownlee vió que el auditorio estaba admirado y completamente convencido por los argumentos del inteligente eclesiástico cubano, dirigió sus esfuerzos á persuadir á los presentes de que lo que el Padre Varela habia manifestado allí no era en realidad doctrina católica." *

La narracion de este interesante suceso se encuentra hecha por el Padre Varela mismo en el segundo tomo de sus Cartas á Elpidio (carta 5a); de allí la transcribimos, sintiéndonos honrados con el favor que nos dispensa de poder cederle la palabra.

"Permíteme que te refiera, dice, uno de mis encuentros con esta familia, pues aunque es caso personal, espero que sea disimulable su narracion en una carta á un amigo. Habrá siete años (1831) que entró en mi casa un ministro protestante diciéndome que una sociedad de ellos que se habia establecido para atacar á la iglesia romana en discusiones públicas debia efectuar una de ellas entre pocos dias, pero que él diferia de sus compañeros sobre el punto que habian propuesto sostener, que era probar que la Iglesia Romana es la prostituta de que habla San Juan en el Apocalipsis; y que la persecucion y crueldad son inseparables del catolicismo romano. Insinuóme que queria alguno que le ayudase por no presentarse solo, oponiéndose á sus compañeros, y deseaba que yo fuera á tomar parte en la discusion. Repitióme varias veces que sus intenciones eran puras, que él no queria engañarme, y que podia creer que aunque no convenia conmigo en punto á dogmas, tampoco podia convenir con sus compañe

The Catholic Church in the United States, pag. 544.

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