Imágenes de páginas
PDF
EPUB

autores la confiscacion de las bibliotecas de los particulares complicados, ó sospechados de estarlo, en el movimiento insurreccional. Una vez apoderados de los libros, los agentes de aquel gobierno, que se llama á sí mismo ilustrado, emprendieron la tarea nefanda de diseminarlos ó destruirlos. Los unos fueron enviados á España, distribuyéndose entre diferentes bibliotecas públicas de aquel pais; otros más afortunados se pusieron en depósito en la de la apreciable Academia de Ciencias médicas, físicas y naturales de la Habana; y otros, en fin, fueron vendidos en pública subasta, cuando no sustraidos fraudulentamente, y apropriados por algunos de los que tuvieron intervencion en el asunto, en beneficio suyo, y para su uso particular. Allí se habrán perdido, junto con tantas otras cosas igualmente notables, las Instituciones filosóficas del gran cubano. *

A juzgar por lo que respecto de este libro han escrito tan competentes personas, como las dos nombradas hace poco, y que estudiaron su doctrina, no solo en sí misma, sino tambien en sus relaciones con la enseñada en las otras obras que publicó despues el mismo ilustre catedrático, no parece quedar la menor duda de que era una cosa notabilísima en alto grado.

"La primera obra trascendental del Presbítero Varela, dice el Señor Bachiller y Morales, † fué publicada en latin: Institutiones philosophia eclecticæ ad usum studiosæ juventutis editœ. (Habanæ. Ant. Gil. MDCCCXII.) Un segundo tomo de esta obra apareció en la misma lengua; pero progresando las ideas de

Para recuerdo eterno de este hecho vergonzoso, publicamos como apéndice (Apéndice C), la legislacion hecha en la Habana respecto de este embargo y confiscacion de las bibliotecas.

† Apuntes, tomo III, pag. 72.

reforma, cuando dió á luz el tercero, salió ya éste en castellano, con el título de Instituciones de Filosofía para el uso de la juventud. (Habana. Oficina de Boloña. 1813.) Honra ciertamente á Varela su apostolado, y mucho más cuando sus trabajos se comparan con todos los otros de su época, pues á la verdad que nada pierden en el paralelo. Adelantábase el previsor maestro á las disposiciones oficiales y al sentir de los sabios de entónces, en querer que las ciencias se aprendieran en nuestra propia lengua. El modesto escritor no alegó las razones que tenia, y en que podria haber fundado su innovacion. Eso les hubiera dado cierto aire que su modestia repelía. Por eso, partiendo del supuesto de que el precepto iba á dictarse, se contentó simplemente con la siguiente explicacion, en forma de disculpa: Los que piensen de diverso modo adviertan que no es precisamente el deseo de innovar el que me mueve, sino el de evitarles á los jóvenes que costean esta impresion (la del 30 tomo) un' gasto que seria casi superfluo, si la órden superior es como se espera."

"El tomo 3, continua el mismo erudito escritor, comprende la Etica, ó Moral. Es un volúmen pequeño, si se cuentan sus 148 fojas; pero está nutrido de excelentes doctrinas, en que se defienden las facultades del alma en los actos humanos de un modo notable: la nocion que da del sentido íntimo en que se ejercen esas faculdades sobre el alma misma, su explicacion sobre la libertad humana, ó libre albedrío, no se pueden confundir ni con el materialismo en boga á la sazon, ni con el fatalismo que ahora se ha extendido mas en las escuelas que lo defienden ó lo aceptan. La obra es mas ecléctica, que la que se le sustituyó posteriormente en el tratado del Hombre, en las Lecciones de Filosofía." Vióse, pues, elogiado á Newton, dado á conocer

66

Descartes, recomendado el eclecticismo en la adopcion de las nuevas doctrinas de Gasendo y Leibnitz, y proclamado por el sabio Presbítero que la mayor gloria de esa restauracion á Descartes se debia: Præcipua vero restaurationis gloria Carthesio tribuenda, qui certe strenuum Aristotelis sectatoribus bellum indixit. (Inst. Phil. eclect. I. Pag. 25.)

"La Filosofía ensanchaba sus límites con la nueva doctrina que sacudia el yugo aristotélico, para sujetarse al de la razon. Si en Lógica propendia el ilustre innovador á levantar sobre bases sólidas la direccion del entendimiento humano en la investigacion de la verdad, en Metafísica deslindó el poder del alma, y en Moral defendió el principio de la justicia como base del bien. La proposicion 9a de su Etica tiene por objeto probar que toda accion justa es conforme á la ley de la Providencia, y á la naturaleza del hombre, condenando el egoismo y la utilidad personal. "Pero no puede haber, decia, utilidad verdadera sino en lo que es justo, ni la injusticia que nos separa de Dios y de nuestros semejantes puede ser el principio de nuestra felicidad, á que se dirige todo lo verdaderamente útil, y que debe llenar nuestras necesidades." Encadenándose con esta las demas proposiciones, se recorren los tres cuadros en que divide la Etica: el hombre consigo mismo, con sus semejantes, y con Dios.

"El objeto de la moral no es, segun Varela, buscar cuestiones imaginarias sobre el hombre, su orígen y el orígen de la sociedad. Estudia al hombre, sí, pero es para dirigir bien su voluntad: como en la Lógica se le estudió para dirigir bien su inteligencia.... Varela no se ocupa de la cuestion del hombre ántes de la sociedad, ni se digna impugnar la absurda teoría de Rousseau, de quien dice tan sólo en una nota, que nadie hubiera

hecho caso del soñador, si sus impugnadores no le hubieran dado el ser que no tenia.”

"Del hombre en Religion, concluye el Señor Bachiller, habla extensamente este tratado, y no esquiva ni uno solo de los argumentos que se han hecho contra la unidad del culto y su necesidad. Léjos de disminuir las objeciones, las reproduce fielmente, para desmenuzarlas con la claridad inimitable de su lacónica exposicion. Esta parte del libro le mereció especial esmero ; y sus ideas se reflejan en gran parte en la obra que escribió más tarde sobre el particular de la irreligion, con el título de Cartas á Elpidio."

Con esta extensa cita, que es bastante para suplir con ventaja la imposibilidad en que nos hallamos de presentar un juicio propio acerca de esta obra, nos parece de importancia acompañar algunas frases, no ménos interesantes, de nuestro amigo el Señor Mestre, con relacion al mismo asunto.

"La obra, dice, * de que se publicaron en latin los dos primeros tomos con el título Institutiones Philosophic eclecticæ ad usum studiosæ juventutis (1812) y el tercero en castellano (1813), está significando en esa misma diferencia de forma la lucha con que Varela inauguraba su noble tarea. La forma latina era sin duda un homenage al pasado, una transaccion, si se quiere, con el añejo sistema..... Pero si vemos á nuestro filósofo con esas vacilaciones dar principio a su interesante mision, muy otro es el espectáculo que nos presenta su combate cuerpo á cuerpo con el escolasticismo y su trabajo de regeneracion. El mismo título de su primera obra está proclamando el principio que lo animaba: al llamar el Padre Varela ecléctica á su

[blocks in formation]

filosofía, quiso significar que, sacudiendo el yugo de la escuela, se revelaba contra el magister dixit, que tan autorizado se encontraba."

"La Lógica del Padre Varela * quæ mentem dirigit, es una verdadera lógica, llena de buen juicio y de tino, que debió producir una profunda impresion de sorpresa en los exaltados é incansables disputadores de la época, y que basta por sí sola para comprobar la elevacion de espíritu y de miras de su distinguido autor. Anticipado el estudio de ese ramo al de la Psicología, en las notabilísimas Constituciones del Colegio de San Cárlos (1774), de la misma manera que hoy sucede en nuestra Universidad, Varela se vió en el caso de hacer frecuentes incursiones en el campo de la conciencia en sus tratados sobre la direccion del entendimiento, no siendo por tanto extraño encontrar en estos muchas cuestiones enteramente psicológicas... Pero fuera de tan explicable confusion, de que en nuestros dias no nos vemos libres aun, por la razon indicada, nada más avanzado y bien entendido que la Lógica del Padre Varela."

Ocupándose despues el Señor Mestre del tratado de Metafísica que es el segundo tomo de las Instituciones t se fija desde luego en la definicion allí dada de esta ciencia: "quæ rerum universales proprietates, resque insensibiles contemplatur." Marca tambien que se define la Moral, aquella ciencia "quæ mores informat;" y despues de diferentes apreciaciones muy justas y acertadas, añade: "Especialmente en lo que atañe á la libertad de albedrío, Varela se nos presenta con todo el brillo de su distinguido talento, con todos

* De la Filosofía en la Habana, pag. 22. † De la Filosofía en la Habana, pag. 27.

« AnteriorContinuar »