Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Este rasgo es bastante por sí solo para juzgar de la época, y la atmósfera especial en que se vivia entonces, y se siguió viviendo luego, en la capital de la isla de Cuba.

encuentran, entre otras con relacion al Padre Varela las siguientes frases: "Varela que habia adoptado, hasta respecto del criterio, el método de Descartes, publicó unos Apuntes filosóficos para la direccion del espíritu humano; y explicando en sus doctrinas, las más puras y adelantadas de la época, segun sus admiradores, los deberes del hombre tanto en la vida social pública y doméstica, cuanto en sus relaciones con la Divinidad, intercalaba aquel entre las distintas proposiciones de su sistema, todo lo que pudiera contribuir á enseñar el derecho natural, así privado como social. Rehuia, sin embargo, las aplicaciones políticas, por no ser las circunstancias á propósito, ni pertinente el asunto, sino muy peligroso en los tiempos que corrian; y lo rehuia hasta el punto de advertir á sus discípulos, que si alguno intentaba salirse del terreno filosófico, penetrando en los terrenos prácticos, no debia extrañar que eludiese la contestacion. Tales evasivas en un GENIO SUPERIOR, como el de Varela, ¿no pudiera muy bien manifestarlas, como incentivo á la juventud escolar, tan ansiosa de invadir el terreno de las prohibiciones, y de penetrar en el estudio de lo desconocido? (Tomo I, capítulo 5o).

No brillan, á la verdad, en estas frases, ni la gramática, ni él estilo, ni un conocimiento bastante completo de las cosas sobre que se habla; pero creemos importante reproducirlas, como elocuente muestra de la lógica de promotor fiscal, apasionada y ciega, con que se juzgan en España nuestras cosas, y se interpretan hasta nuestra misma prudencia y abstencion. Dios ha querido que la inquietud sea siempre el primer fruto que producen la iniquidad y la injusticia.

CAPÍTULO VII.

1817.

ADMISION DEL PADRE VARELA EN LA REAL SOCIEDAD
PATRIOTICA.

Ingresa el Padre Varela en la Real Sociedad Patriótica con el carácter de socio de número.—Se le señala tema para el discurso de entrada.—Se le agrega á la seccion de Educacion.—Discurso sobre la influencia de la Ideologia en la marcha de la sociedad y medios de rectificar este ramo.

En la época de la vida del Padre Varela á que hemos llegado en este momento, era la SOCIEDAD PATRIOTICA de la Habana, como lo habia sido ántes, y como continuó siéndolo despues, la generosa corporacion que simboliza cuanto de grande y noble, de verdaderamente saludable y provechoso para el país, se ha hecho jamás en la isla de Cuba. A esa Sociedad inolvidable pertenecieron sin excepcion nuestros pro-hombres. En ella trabajaron todos con el ardor, y el resultado, que las circunstancias permitieron. Y del seno de sus pacíficas deliberaciones, inspiradas constantemente en el amor de Cuba y de su pueblo, brotaron siempre, como si fuera de un manantial inagotable, raudales

copiosísimos de luz y de progreso, que levantaron el país en poco tiempo hasta una altura verdaderamente envidiable. A una corporacion de esta especie tenia que pertenecer el Padre Varela y ella á su turno habia de ver en él uno de sus más preciosos ornamentos.

Consta de los archivos de la Real Sociedad, que en 24 de enero de 1817, y siendo Director de ella el inolvidable Intendente de la Habana, Señor Don Alejandro Ramirez, se celebró una junta, en que se dió cuenta con la instancia, fechada el 23, que habia presentado el Padre Varela, en solicitud de su admision en aquel cuerpo, con el carácter de socio de número, lo que le fué concedido sin dificultad. * Y como los Estatutos exigian, que al ingresar un socio, se le señalase un tema, para escribir sobre él una disertacion, ó discurso, que se leyese luego en alguna de las sesiones ordinarias, el que se escogió para el Padre Varela, y que quedó definitivamente decidido en la junta inmediata del dia 1o de Febrero, se procuró que fuese en armonia con sus estudios, y con el espíritu de progreso práctico que ya desde aquel tiempo le distinguia. El tema de que tratamos fué el siguiente: Demostrar la influencia de la ideología en la sociedad, y medios de rectificar este ramo.

En 20 de Febrero se agregó al Padre Varela á la seccion de educacion; y en la junta celebrada en ese mismo dia, que fué la primera á que concurrió el nuevo socio, se dió lectura á su discurso.

* Fueron tambien admitidos en aquella fecha, en el mismo concepto de socios numerarios, los Señores Don Ignacio Calvo, Don Justo Velez, Don Antonio Duarte y Zenea, Teniente retirado Don Antonio Vegner, Don Miguel Peñalver, Don Francisco de Cárdenas y Chacon, Don Antonio María Serrano Presbítero Don Joaquin de Pluma, Don Dionisio María Matamoros, Doctor Don Pedro José Gordillo, Don Juan de Arredondo, y Don Ramon Riscl.

*

Tenemos á la vista el ejemplar de las Memorias de la Real Sociedad en que se publicó este trabajo, y de él lo reproducimos textualmente.

Dice así:

Discurso leido por el Presbítero D. Félix Varela, catedrático de filosofía en el Real Seminario de San Cárlos, en la primera junta de la Sociedad Patriótica de la Habana, á que asistió despues de su admision en dicho cuerpo.

La naturaleza prescribe al hombre ciertos deberes respecto de sí mismo, en los que conviene con todos sus semejantes: la sociedad le impone otros no ménos sagrados, que dirigiéndose al bien comun, le pertenecen particularmente segun el puesto que ocupa en el sistema social. Todos deben aspirar á la ilustracion de su entendimiento. Este es un dictámen de la naturaleza. Los que se encargan de la enseñanza pública deben no excusar ruedios algunos de hacerse capaces de tan árduas funciones. He aquí un precepto de la sociedad. Uno y otro me impelen á proporcionarme los conocimientos necesarios para indicar los pasos del espíritu humano, y exponer las obras del Ser supremo á una porcion escogida de la juventud que asiste á mis lecciones públicas.

Por tanto en una época en que á esfuerzos de una mano protectora ofrece esta corporacion los más abundantes frutos á la literatura, me he creido estrechamente obligado á acogerme á ella, para recibir las rectificadas ideas que exige el ministerio que ejerzo.

Este es el motivo, Señores, que me trae á vuestra sociedad. He juzgado siempre que el libro maestro de la filosofía es el trato de los sa

* Memorias de la Real Sociedad Económica de la Habana, número 7, distribuido en 31 de Julio de 1817. Contiene: 19 Discurso leido por el Presbítero Don Félix Varela, catedrático de Filosofía en el Real Seminario de San Carlos, en junta de la Real Sociedad; 2 Representacion del consulado en la Habana sobre los derechos de la plata; 3° Real órden en que se concede el comercio libre de neutrales, y amigos al puerto de Baracoa; 4o Estado que manifiesta el valor en que fueron rematados los diezmos del ramo de estancias del obis. pado de la Habana, en el cuatrieno que finalizó en 1816, y el importe de los que acaban de rematarse por el corriente de 1817 á 1820.-Con superior permiso. Habana. Oficina del Gobierno y Real Sociedad Patriótica, por S. M."

bios, y que nuestros conocimientos adquieren la última perfeccion, cuando se comunican mútuamente en un cuerpo destinado á fomentarlos. Yo seré en lo sucesivo el órgano por donde lleguen vuestras ideas á la juventud que mirais con tanto aprecio. Nada más análogo al celo que os anima que proporcionaros un conducto tan inmediato para esparcir los verdaderos conocimientos filosóficos, y nada más honorífico para mí que ser yo este conducto de vuestra últimas instrucciones.

La juventud está bajo de vuestra proteccion. Lo están los maestros. Tengo un doble derecho para reclamar en mi favor, y en el de mis discípulos vuestras luces, siendo un deber respecto del público, lo que en órden á mí no es, sino un efecto de vuestra bondad, que me inspira el más profundo reconocimiento.

Doy, pues, á esta corporacion las más respetuosas gracias por el honor que me ha dispensado en admitirme; y en cumplimiento de sus mandatos, pasaré á desenvolver el tema, que su muy digno Director se ha servido darme en estos términos.

Influencia de la ideología en la sociedad, y medios de perfeccionar este ramo.

Reducir las ideas del hombre á su verdadero orígen, indicando los pasos con que se fueron desenvolviendo las facultades intelectuales y morales, la relacion de los conocimientos adquiridos, es el objeto de la ciencia que llamamos ideología. De modo que lo que al principio no fué otra cosa que una sucesion de sensaciones con que los objetos exteriores obligaron al hombre á poner en uso la actividad de su espíritu, vino á formar un plan científico, que será tanto más exacto, cuanto más conforme á los dechados naturales que sirvieron á su formacion. Es por tanto absolutamente necesario que observemos al hombre y sus relaciones, para encontrar los fundamentos de la ideología. Yo no me detendré en el pormenor del sistema ideológico, hablando á una corporacion ilustrada que sin duda percibe estas cosas con la mayor exactitud. Reflexionaré únicamente sobre aquellos puntos que tienen una relacion estrecha con el objeto de mi discurso.

En el hombre hay unas sensaciones que producen el deseo de obtener sus objetos, ó de separarlos. Estas llamamos necesidades. Un deseo permanente de ocurrir á dichas necesidades, forma la pasion, y en consecuencia el hombre se constituye un ser sensible y apasionado. Sus ideas le dieron uno y otro atributo, y todo el sistema del hombre moral, depende inmediatamente del hombre ideal, si puedo valerme de esta expresion.

Ya me parece que veo, Señores, que vuestro entendimiento suma

« AnteriorContinuar »