Imágenes de páginas
PDF
EPUB

335

ACTAS

del mismo año contienen disposiciones análogas, y lo mismo pudiera observarse de las ordenanzas de Suecia, dictadas en la primera mitad de este siglo.

el gobierno español hizo despues tratados de navegacion con algunas potencias, y señaladamente con Inglaterra en 1604, muy favorables para el comercio de estas, lo que no imTodos los paises han palpado al pronto las pidió que en 1660 el acta de navegacion inglesa ventajas consiguientes á este sistema: aque- comprendiese en sus prohibiciones à los bullos en donde la marina mercante era misera- ques españoles; á pesar de todo lo cual, por ble, porque el comercio nacional estaba con- el tratado de Madrid de 1667 se dió á los infiado á los buques estrangeros, prohibiendo la gleses libre facultad para introducir en España i entrada á estos, han visto aumentarse prodi- sus productos y mercancias: esta perniciosa giosamente los buques destinados al tráfico de tolerancia se llevó mas adelante en 1790, en mar, y enriquecerse sus dueños y por consi- que el señor don Cárlos IV declaró que la preguiente el pais mismo, con las utilidades que ferencia concedida á los buques nacionales en la pragmática de 1500, se entendia tan solo antes percibian los estrangeros. co-para el comercio de cabotage, haciendo en lo demas concesiones importantes á los buques estrangeros. Asi es, que los privilegios de nuestra marina desde principios de este siglo vinieron á quedar reducidos á algunas rebajas en los derechos de aranceles, y á alguna que otra disposicion favorable que se encuentra en nuestro código de comercio: en el cual hallamos, entre otros, los articulos 584, 589, 590, 591, 634 y 698.

El primero de ellos (584) declara que no pueden adquirir la propiedad de una nave española en todo ni en parte, los estrangeros que no tengan carta de naturalizacion; y si recayese en ellos por cualquier titulo, la han de

Es digno de notarse que en España se nocen disposiciones de este género muy anteriores á las de los paises mencionados, y esto sobre todo en Barcelona, gran ciudad comercial desde tiempos muy remotos, cuyas leyes maritimas y del consulado de mar, dadas á mediados del siglo XIII, son notables por el profundo conocimiento é intencion con que están escritas, y constituyen en sentir de algunos escritores, una compilacion de elevado mérito, que demuestra la inmensa altura de civilizacion en que se hallaba Barcelona en aquel tiempo. En 1498 y 1500 dictaron los monarcas Católicos dos leyes que son las 4.ay 5. titulo 8." libro 9.9 de la Novisima Recopilacion, de las cuales la primera, ademas de de-enagenar en el preciso término de 30 dias, bacretar premios y gratificaciones anuales á los que fabricasen y conservasen navios de 600 á 1,000 toneladas les otorgó á estos privilegio de que se les diese cualquier cargazon que en los puertos del reino hubiese de hacerse para cualquier parte del mundo, siendo buques propios de los súbditos y naturales del pais, con preferencia á ningun otro navio nacional mas pequeño y á los estrangeros de mas por te: la segunda establece que «ninguna persona cargue mercadería ni mantenimiento alguno para llevar á otras partes de nuestros reinos, ni para fuera de ellos, en navios algunos estrangeros dellos, ni los dichos estrangeros sean osados de las recibir ni cargar en sus navíos, sopena que los mercaderes y otras personas que contra ello fueren ó pasaren, pierdan las mercaderías y mantenimientos y otras cosas que ansi cargaren.... Y otrosi mandamos y defendemos que persona alguna estrangera, que hubiese de cargar cualesquier mercaderías y mantenimientos, no pueda cargar ni sacar, como dicho es, en navios algunos de estrangeros, salvo que lo carguen en navios de nuestros naturales, como dicho es. » Con estas disposiciones coincide la ley 6. del mismo titulo y libro de la Novísima, dada al año siguiente por los monarcas Católicos, ordenando la puntual observancia de las anteriores é imponiendo nuevas penas á los que contraviniesen á ellas.

Esta misma ley demuestra, sin embargo, que no se observaba con exactitud lo mandado en aquellas, y no fué este nuestro único mal:

jo pena de confiscacion. El segundo (589) re-
cuerda la observancia de la ordenanza vigente
sobre matrículas de mar, asi para la matrícula
de las naves construidas de nuevo ó adquiri-
das por cualquiera titulo legal como para las
solemnidades en el otorgamiento de la escri-
tura, los requisitos que deben llenar los pro-
pietarios antes de ponerlas en navegacion, su
equipo, tripulacion y armamento. El terce-
ro (590) autoriza á todos los españoles para
comprar buques estrangeros, haciéndoles es-
tensivas las franquicias de que gozan los na-
cionales si en la adquisicion no ha habido re-
serva alguna fraudulenta á favor del estran-
gero, pues en otro caso se confisca la nave. El
591 declara que el comercio de un puerto á
otro de los del reino ha de hacerse en buques
de matrícula española, salvas las escepciones
hechas ó que se hicieren por tratados de co-
mercio con determinadas potencias. El 634
exige en el que ha de ser capitan de la nave la
cualidad de natural y vecino de España, exi-
giendo al estrangero carta de naturaleza y una
fianza para poder desempeñar aquel cargo. El
698 se refiere á las ordenanzas de matriculas
de mar para las cualidades que han de concurrir
en la tripulacion.-Para el comercio de la isla
de diciembre
de Cuba deben consultarse las reales órdenes
de 19 de mayo de 1832 y
de 1830.

Al concluir este artículo nos abstenemos de juzgar estas disposiciones legales. Ya lo hemos dicho. El sistema restrictivo no carece de utilidad; pero un sistema de libertad general

bien entendida produciria resultados mútuamente beneficiosos.

ACTITUD. (Higiene.) Bajo este punto de vista es de gran importancia el estudio de las actitudes. Desde la infancia deben ser para los padres y para el médico el objeto de la mas atenta vigilancia, puesto que ciertas actitudes pueden ser causa de lujaciones graves, de hernias, y de otros varios accidentes. No queremos decir, sin embargo, que se deba incomolibertad no puede menos de hacerles mas ágiles, desarrollando al propio tiempo sus músculos y sus órganos. Dejémosles pues tomar las posiciones mas raras, como con frecuencia acostumbran; pero que sea siempre momentáneamente, y siempre bajo la vigilancia paterna ó la de un interesado. Con efecto las actitudes viciosas mantenidas por largo tiempo dan lugar en el hombre á resultados perniciosos. Tomadas instintivamente, ó por regla de algun juego, ó por espiritu de imitacion, ó quizás por un vicio orgánico, en breve llegan á ser origen de un desórden mas ó menos grave, y de deformidades no pocas veces irremediables. A menudo en los jóvenes, al salir de la infancia, la fatiga que resulta muy pronto de la estacion en la inmovilidad, determina una actitud que consiste en hacer cargar el peso del cuerpo sobre una sola pierna, mientras que la otra está ligeramente doblada ó estendida hácia adelante; la pélvis se inclina al lado que corresponde á la pierna inactiva; y la columna vertebral se encorva en la region de los lomos, y luego en la region dorsal, para obedecer á las leyes del equilibrio. Esta actitud produce en los niños deformidades que conviene evitar. Otra actitud muy habitual, soLa capa esterior, carnosa y contractable, bre todo en las niñas, es la de apoyarse, miendel cuerpo de este animal, se refleja interior- tras escriben ó trabajan, sobre un codo, en mente y forma el estómago, cuya única aber- términos de inclinar el cuerpo al lado opuesto. tura le sirve á la vez de boca y de ano. Estos A tal actitud deben imputarse no pocos princianimales no se multiplican por medio de ye-pios de desviacion del raquis ó columna vermas esteriores, como sucede á la mayor parte tebral que se notan en los jóvenes de ambos de los pólipos: las crias, al desprenderse de sexos. los ovarios, caen en el estómago de la madre, que despues los arroja por la boca.

ACTINIA. (ANEMONA DE MAR.) (Historia natural.) Animal marino de la clase de los pólipos de Cuvier, division de los antoscarios y orden de los zoantonarios. Sus formas y colores le dan cierta semejanza con una flor, y de aquí el nombre de anémona de mar con que vulgarmente se le designa. Vive por lo comundar á los niños en esta parte; cierta razonable sobre rocas, conchas ó pechinas, y aun sobre la misma arena, en puntos abrigados cerca de la orilla y donde es poca la profundidad del agua.

Fórmase el cuerpo de la anémona de mar de un disco carnoso, que cual la sanguijuela al pellejo, se pega á los cuerpos sólidos: en su parte superior tiene una especie de corona compuesta de varias hileras de pólipos semitrasparentes y coloreados cual los pétalos de las mas bellas anémonas (planta). Si se toca al animal ó se agita el agua, encójese instantáneamente y conviértese en una masa redonda. Un ligero escozor parecido al que suele causar el contacto de una hortiga, indica la presencia de este animal. Las actinias del canal de la Mancha, sin embargo, y particularmente en otoño, pican menos que las del Mediterráneo. A pesar de esta propiedad hay una especie muy comun en las costas de Provenza, que los habitantes buscan como alimento. Esta especie de pulpos verdes, con las estremidades de color de rosa, se desprende asimismo del punto á que está agarrada: hincha despues su | parte inferior, cual una vejiga y se deja llevar por las aguas para ir á fijarse en otro punto, ó flotar sobre las algas.

Las actinias forman hoy, bajo el nombre de actiniaria, una familia, que con las actinias propiamente dichas, comprende varios géneros que de ella se han desmembrado.

Las mas de las profesiones mecánicas exigen actitudes particulares, que deben ser para los maestros ó gefes de taller, objeto de una rigorosa vigilancia, asi por el interés de los obreros, como por el suyo propio. Por lo demas es imposible que el individuo que hace siempre una misma obra, no contraiga al fin

ACTITUD. (Medicina.) Escepto cuando se presentan bajo ciertas formas cristalinas, los mi-el hábito de tal ó cual actitud, que se conviernerales no guardan posiciones que les sean propias; los vegetales tienen un aspecto; y solo los animales tienen verdaderas actitudes.

ACTITUD. (Fisiologia.) Consideradas bajo este punto de vista, las actitudes del hombre se rigen por las leyes del equilibrio, y todas se refieren ó á la estacion ó al decúbito. No nos toca aqui analizar las leyes fisicas que presiden á las actitudes del hombre, ora en la inmovilidad, ora en el movimiento. Esta cuestion y los interesantísimos fenómenos que ofrece, han sido tratados ex-professo por monsieur Maissiat en sus Estudios de fisica animal. I 22 BIBLIOTECA POPULAR.

te precisamente en cierta deformidad. Y este es uno de los varios inconvenientes, que à vuelta de algunas ventajas, tiene lo que se llama la division del trabajo. Los oficiales saben tambien que durante los ejercicios y las maniobras deben vigilar al soldado para que no tome actitudes viciosas, que si bien mas cómodas que las que se ordenan, solo conducen á un resultado defectuoso y á la deformidad.

La belleza y la gracia de las actitudes es el privilegio de la fuerza y de la salud. Ved al robusto obrero tomar algunos instantes de reposo despues de un rudo trabajo: sus vestidos

T. I. 22

339

ACTITUD-ACTIVIDAD

no tienen la elegancia de los ropages antiguos; | las formas y la ley de la actividad del alma, en
sus músculos vigorosamente marcados no tie- su relacion con las ideas, conviene presentar
nen aquella morvidez de formas de las estátuas algunas observaciones que parecen necesarias
griegas; pero su actitud es bella, porque nada tie-para esclarecer el asunto que trataremos en
ne de pretenciosa, y sin embargo, revela la fuer- seguida.
za, el bienestar de todos los órganos, y á las
veces tambien traslúcese en ella el orgullo del
hombre que gana honradamente su vida tra-
bajando.

El alma, al entrar en la vida, esperimenta algun placer ó alguna pena, ó lo que es lo mismo, siente ¿Siente sin tener la conciencia de su sensacion? La esperiencia no nos lo dice; ninguna induccion nos conduce à suponerlo, y la idea que tenemos de nuestra sensibilidad no concuerda con la de una sensibilidad que obrase en nosotros sin saberlo; porque sentir, para nosotros es saber que sentimos. Este conocimiento intimo que tenemos de nuestro modo de sentir, es oscuro ó claro, espontáneo ó premeditado. En estos dos casos sabemos que exis

La gimnástica es útil para regularizar y armonizar las actitudes; pero hay ejercicios que en esta parte deben ser preferidos. El baile por ejemplo, enseñado desde la edad de siete ú ocho años, produce el mejor efecto en el niño, cuyos movimientos regulariza, y à quien hace contraer sin fatiga el hábito de un andar cómodo, volviéndose mas ágil y mas seguro de su equilibrio. Mas adelante los diversos géne-timos, distinguimos nuestro yo de todo lo que ros de esgrima perfeccionan este resultado, y no es él: el yo se desprende å sus propios ojos le enseñan la precision y armonía en todos los de todo lo que no es él mismo; pero la primera movimientos; debiendo advertir, sin embargo, vez que echa la vista sobre si propio se percique la esgrima con espada, que es la mas ade-be con dificultad, no duda ya de si, pero no se cuada para este propósito, tiene el grave inconveniente, si no se ejercita con mesura, de desarrollar en algunos jóvenes el costado derecho de una manera desproporcionada. El mejor medio de ocurrir á este mal es ejercitar alternativamente las dos manos.

conoce bien; para conocerse mejor necesita un momento de reflexion. En cuanto acompaña una mirada atenta á esta primera intencion de si mismo, se siente mas distintamente, se abstrae con mas pureza del seno de las cosas, se reconoce y se proclama persona con mas confianza.

En estas operaciones sobre las ideas vamos observar la actividad del alma que puede tomar el nombre de actividad intelectual por la funcion especial que en este caso desempeña. Comencemos, para analizarla con exactitud, por determinar la naturaleza y el estado del sugeto sobre quien desplega su accion.

ACTITUD. (Patologia.) La actitud es muDesde el momento en que el alma tiene ehas veces un síntoma ó una señal en las enfermedades. Por la larga esperiencia que sobre este conocimiento claro de sí misma, parécele el particular tenia, á menudo adivinaba Corvi- que se posee que puede dirigirse y someter sus sart de lejos la enfermedad de un hombre acos-ideas á un trabajo voluntario y metódico. tado en su sala clinica; y la misma esperiencia hizo que Dupuytren al ver que se encamina-á ba hácia él un hombre con el brazo en un cabestrillo, el codo apartado del cuerpo, la prominencia del hombro borrada, y el cuerpo inclinado hacia el mismo lado, le dijese con gran admiracion suya: «buen amigo, vos teneis el hombro dislocado. » El colérico se repliega sobre sí mismo para obedecer á los calambres que le desgarran; el asmático se mantiene incorporado, con los codos sobre las rodillas y las manos en la cabeza; el pleuritico y el pneumónico están echados sobre el costa-pleta y total, tal como primitivamente nos ha do enfermo, etc. Concíbese por lo mismo que una variacion en la actitud puede ser á los ojos del médico una señal ó buena ó funesta.

¿Qué es una idea? ¿qué es tener una idea? ¿No es saber que un objeto es tal ó cual, descubrirlo bajo cualquier punto de vista, juzgar que tiene ciertas cualidades? La idea, pues, no es otra cosa que un juicio. Hablo de la idea com

sido dada por la naturaleza, porque la que debemos al arte de abstraer y hablar, y que no abraza á un mismo tiempo el objeto y sus cualidades, el sugeto y el atributo, retiriéndose únicamente al uno ó al otro, esa idea no es un juicio porque no es total: siendo parcial es tan solamente un elemento, una fraccion del

La medicina legal saca tambien de la actitud, ya durante la vida, ya despues de la muerte, datos é indicios muy importantes. Muchas veces por haber ignorado la actitud de la enfermedad que simula, el impostor se ha he-juicio. Empero la idea natural, que es siempre cho traicion á sí mismo.

[blocks in formation]

concreta, constituye un verdadero juicio.

Cuando el espíritu dirige por primera vez una mirada atenta á sus ideas, las encuentra oscuras. Son oscuras porque son ligeras y fugitivas y porque en su continua instabilidad, no cesan de aparecer y desaparecer sin hacer en la vista ninguna impresion justa y durable; lo son, porque en medio del movimiento rápido é irregular que las arrebata, se mezclan entre sí y forman mil grupos movibles, variables,

con frecuencia estraños y siempre confusos; | generaliza las que por su naturaleza son suslo son tambien, porque un exacto analisis no ceptibles de esta operacion, porque las hay que ha recorrido y separado con órden sus puntos no la toleran y que se universalizan en lugar de vista parciales, y repartido sucesivamente de generalizarse. (Véuse mas adelante el artíla luz sobre todas las fases que presentan; lo culo CONOCIMIENTOS.) son, en fin, porque cada una en particular solo ofrece á los ojos un conjunto vago, un todo | mal compuesto.

Generalizar es presentar por medio de una idea abstracta, una coleccion de ideas particulares que esclarecidas y comparadas, se han hallado semejantes, es hacer de esta idea un tipo que reuna en sí los caractéres comunes á cada una de ellas. Para generalizar, el espíritu toma en la coleccion de las ideas particulares las que destina una generalidad, la que entre todas puede servirle mejor para representarlas; la despoja de los rasgos que le son propios, la reduce á los que se hallan en todas las otras, y la hace asi su imágen fiel en todo lo que tienen de semejante.

El espíritu que necesita luz, impaciente al hallarse rodeado de las tinieblas que se agolpan á sus ojos, se agita y procura iluminarse. Su actividad se dirige à las ideas oscuras, y por medio de una combinacion felizmente variada de movimientos diversos, consigue traerles á la luz, y entonces se apodera con ansia de una de las que entre todas debe constituir el objeto especial de su reflexion. La aparta de la especie de torbellino que la arrastra, la retiene bajo sus miradas, y no la pierde de vista Cuando por medio de este trabajo repetido, durante cierto tiempo. Cuando ha desplegado muchas veces se ha puesto en posesion de muesta potencia de aplicacion, hace un nuevo es- chas ideas generales, puede á su vez compafuerzo para separarla de aquella multitud de rarlas entre sí, y si las juzga semejantes, eleobjetos con los cuales la ve siempre dispuesta varse á una generalidad superior que las reá confundirse, le da un puesto separado y la presenta, de la misma manera que cada una determina por medio de exactas distinciones. representa una coleccion de ideas particulaSin embargo, no distingue los elementos alli res. Y continuando en el mismo sistema, nada comprendidos; para conocerlos los analiza y le impide llegar, por medio de una progresion los dispone en órden sucesivo. Pero al termi-sucesiva y ascendente, à una generalidad sunar esta descomposicion conoce que partiendo prema que sea la gran unidad, el primer prinde la unidad solo ha llegado en su marcha á la cipio de tal ó cual ciencia. pluralidad desunida; y sin embargo, tiene que volver á la unidad para encontrarla, no tal co- | mo la dejó en el punto de partida, sino tal como debe elaborarla el trabajo. Deja entonces la forma del analisis para tomar la de la sintesis; compone, ó mas bien recompone, la idea que habia descompuesto; recoge las ideas parciales que sucesivamente ha ido abstrayendo, las reune en un punto de vista comun, y reprodu- | ce la unidad destruida por un instante, pero reformada muy pronto. Esta unidad reproducida es un juicio claro en su conjunto y sus partes.

Asi es como la actividad intelectual opera por medio de actos de aplicacion, de distincion, de analisis y de sintesis, el admirable fenómeno del esclarecimiento.

Mientras las ideas no han sido esclarecidas, el espiritu no puede abarcar sus semejanzas ni sus diferencias; pero asi que las ha hecho pasar de la oscuridad á la luz, le es fácil conocer las relaciones que las unen, porque puede comparar la una con la otra. La comparacion es la atencion encaminada á la vez á dos términos, dividiéndose entre ambos, duplicándose en cierto modo para aproximarlos y hacer sensibles en la aproximacion los puntos por los que convienen ó se rechazan. Esta es una nueva forma que toma la actividad, para disponer con órden los juicios claros y reemplazar por medio de un arreglo regular la asociacion informe que componian en su confusion primera.

Despues de haber comparado las ideas,

Es legitima la generalizacion cuando la idea á que nos conduce no representa mas ideas que las que debe representar, é ideas sin semejanza entre sí, sin claridad, sin verdad en sí mismas. Porque una idea general demasiado estensa, que se estiende á ideas diversas y opuestas, oscuras y falsas, es inexacta y viciosa. Para generalizar, pues, es necesario cuidar de reconocer la verdad de los juicios particulares, de esclarecerlos, de compararlos y de no relacionar con una misma generalidad mas que aquellos que son susceptibles de ser fielmente representados por un tipo comun.

Cuando la inteligencia está provista de principios debidos, bien à la generalizacion, bien à un procedimiento particular que llamamos universalizacion, es posible el raciocinio, y la autoridad intelectual reaparece bajo una forma nueva para realizarlo. Se realiza mostrando que una proposicion particular contenida en un principio, es verdadera porque contiene la verdad de este principio; ó que de un principio establecido se deduce una conclusion cuya certidumbre es la misma que la del juicio que la contiene.

Ya sea que proceda de la proposicion particular al principio, ó del principio particular á la conclusion, es siempre varia en su marcha, pero raciocina siempre; siempre trabaja por abarcar la relacion de una verdad principal con una verdad subordinada por medio de muchas verdades intermedias contenidas en la primera, que á su vez contienen á la segunda y reciprocamente la una á la otra. De modo ;

313

ACTIVIDAD

que si la verdad subordinada se encierra en las verdades medias, y estas gradualmente la una en la otra hasta llegar de tal suerte á la verdad principal, es completamente legitimo el razonamiento. Esta legitimidad procede de la exactitud que emplea la atencion en reconocer y abarcar las relaciones del continente con el contenido, que deben unir todas las ideas cuya série mas o menos estensa recorre.

En nuestro concepto el razonamiento termina la sucesion variada de los desarrollos intelectuales á que se entrega la actividad del alma. Asi, pues, reasumiendo esta autoridad, esclarece y compara las ideas, generaliza y ra

zona.

[ocr errors]

que encuentra alli encerradas; de modo que no
se detiene en la teoria; pero pasa á las aplica-
ciones que se deducen de ella y por satisfacer
todas sus necesidades hace servir la especula-
cion en la práctica.

Asi pues, buscar la unidad científica y ser-
virse de ella, crear la ciencia y aplicarla, sis-
tematizar y razonar, tal es la ley completa de
la actividad intelectual.

Aunque el objeto de esta ley no sea el bien sino la verdad, tiene en si algunos caractéres de la ley moral. Es obligatoria hasta cierto punto: dando al espiritu como término de sus trabajos la ciencia y sus consecuencias, le propone una cosa tan razonable y tan justa como que le impone en clase de deber el estudio y la investigacion de la verdad. El hom

laboriosas meditaciones son un sacrificio y la
elevacion de su pensamiento muestra la digni-
dad moral. El hombre de espíritu cobarde y
perezoso, que por su culpa no llena este deber
de la ciencia, falta á sí mismo y se degrada;
es casi un vicioso. Esta ley intelectual tiene su
sancion del mismo modo que tiene su obliga-
cion. Remuneradora ó penal, segun se vea
cumplida ó violada, tiene placeres para aquel
que se halla animado de amor al estudio y á la
verdad, y penas para el que quiere mas lan-
guidecer en las tinieblas que elevarse á la luz
con el trabajo y la accion; el primero gusta el
placer de la ciencia, y el segundo sufre el mal
de la ignorancia y el error, y en tanto que el
uno espía con un descontento interior y un
fastidio vago y sin fin, la debilidad voluntaria
de su inteligencia, el otro encuentra el premio
de sus esfuerzos en el sentimiento de un resul-
tado feliz y de la posesion de la verdad; sus
trabajos y sus progresos le proporcionan la
misma felicidad que le proporcionaria una bue-
na accion.

Despues de haber espuesto por su órden las diversas formas de que se reviste, dejaríamos la cuestion incompleta sino investigáse-bre de genio es el héroe de este deber. Sus mos la ley que sigue en la produccion de sus actos. ¿Cuál es, pues, la marcha constante del espiritu cuando se replega en si mismo y reflexiona con coordinacion y método? No empicza por razonar ó generalizar, para comparar en seguida, y esclarecer por último, las ideas que absorven su atencion: repugna á un contrasentido semejante; pero las esclarece á fin de compararlas, las compara para abarcar sus relaciones, abarca sus relaciones para conducir á una generalidad comun las que ha juzgado semejantes. Hace de cada generalidad una imágen, una unidad que las representa en lo que tienen de semejantes. Ve entre todas estas unidades una gran analogía, y las relaciona con una idea mas general, unidad superior que coloca á su gusto en la relacion que tienen en si mismas con las ideas particulares; y si, por una nueva comparacion, reconoce legitimas semejanzas entre muchas generalidades superiores, les da á su vez una representacion comun en la unidad suprema que las domina y las abraza todas. Es, pues, evidente que la actividad intelectual procede de las particularidades á las generalidades, de estas generalidades á generalidades mas altas, de estas á otras, que las sobrepujan, y en fin, á la generalidad suprema: en otros términos: á las cosas. No debe confundirse la actividad que va desde verdades limitadas á las verda con la movilidad: esta es una agitacion sin obdes mas estensas, de estas á otras mas esten-jeto, una determinacion instintiva de la infansas aun, y finalmente á los principios, á un cia, que tiene su límite en el órden de las causolo principio; y, para traducir el mismo pensa-sas naturales, en el desarrollo fisico por memiento por medio de una espresion mas exacta, tiende á reducir gradualmente à una sola y estensa unidad científica la pluralidad de los conocimientos que por su naturaleza pueden referirse á un centro comun.

ACTIVIDAD. (Psicologia, moral.) La actividad, disposicion natural ó adquirida que nos conduce habitualmente á la accion, se dice de solo se aplica metafóricamente las personas

dio del movimiento, y en el desarrollo intelectual por medio de la instruccion esperimental de los sentidos. La actividad, segun la acepcion vulgar, es una cualidad cuyos elementos son la prontitud del juicio, la energía de la La unidad científica, es pues el objeto de voluntad, y la facilidad de los movimientos orsus esfuerzos; aspira á ella por una accion gánicos. El principal de estos tres elementos continua y no descansa hasta haberla alcanza-es la energía de la voluntad, que anima los do. Buscar y alcanzar la unidad científica es la ley constante, si bien no es esta su ley completa.

Porque cuando posee principios ó unidades científicas penetra en ellos con toda la fuerza de su lógica y deduce una porcion de ideas

trabajos del hombre, que produce, emplea y distribuye las riquezas materiales é intelectuales y establece la felicidad física y moral de los particulares y de las naciones.

En la acepcion filosófica, la actividad es el primer atributo de la naturaleza humana. El

« AnteriorContinuar »