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nos dais relación del estado de las cosas de esa tierra, y vuestro buen celo y cuidado se os agradece por la estimación en que tenemos vuestras advertencias, como de persona de tanta prudencia y de quien se tiene tan conocido el deseo de nuestro servicio; y, así, os ruego y encargo que prosigáis en darnos siempre aviso de todo lo que fuere necesario que le tengamos, para que, mediante él, se acierte mejor en lo que conviniere proveer y en el buen ejercicio de vuestro oficio, en que, entendemos, procedéis loablemente; que, aunque en ello serviréis á Dios y cumpliréis con lo que sois obligado, yo recibiré contentamiento.

La diminución y ruina de las poblaciones de la Guasteca y Pánuco son de tanta consideración como decís, y no puede dejar de dar cuidado ver acabadas tan ennoblecidas y grandes provincias, y yerma de gente la tierra donde hubo tanta multitud de naturales, y que los pocos que han quedado están tan fatigados y molestados de la crueldad de sus vecinos; y, así, con deseo de que se remedie, habemos mandado tomar asiento y capitulación con el Capitán Luis de Carvajal, para que ampare las poblaciones que han quedado y asegure los caminos con la conquista del Nuevo Reino de León, y va en esta flota; y pues vistéis lo que allí hay que sea digno de remedio, advertirle eis de todo para que mejor acierte, pues es tan propio de vuestro oficio.

Para remedio de la necesidad que tiene la fábrica de esa iglesia, decís convernía le hiciésemos

limosna de los dos novenos que nos pertenecen; y porque queremos saber en qué se ha gastado lo procedido dellos, el tiempo que los ha gozado en virtud de la limosna que le habemos hecho, haréis que se envíen las cuentas, aunque tengan tan poca claridad como referís, y, vistas, se proveerá como convenga.

La reducción de los indios á pueblos es de tanta importancia como entenderéis por las razones que se refieren en la cédula nuestra que decís haber recibido, en que se cometió á D. Martín Enríquez, nuestro Virrey de esa tierra, para que lo asentase y tratase con intervención vuestra; y pues no hubo disposición en su tiempo, tratarlo eis con el Conde de Coruña, que va á sucederle en el cargo, para que él la cumpla. Y darnos eis aviso de lo que hiciere, y á vos se os dará de lo que se proveyere en lo demás que en vuestras cartas referís.

De Badajoz, á diez y siete de junio de mil y quinientos y ochenta años.

Yo el Rey (rúbrica).

Por mandado de Su Majestad,

Antonio de Erasso (rúbrica).

CIV

AL ARZOBISPO DE MEXICO: ADVIRTIENDOLE DE LAS CEDULAS QUE SE ENVIAN A LOS VIRREYES, AUDIENCIAS Y GOBERNADORES EN FAVOR DE LOS INDIOS, Y QUE SOLICITE SU CUMPLIMIENTO Y VEA SI SE HACE LO QUE SU MAJESTAD MANDA, Y SI NO, AVISE PARA QUE SE PROVEA LO QUE CONVENGA.—LISBOA, 1582.

El Rey.

Muy Reverendo in Cristo Padre Arzobispo de la iglesia metropolitana de la ciudad de México, de la Nueva España, del nuestro Consejo:

Nos somos informados que en esa tierra se van acabando los indios naturales de ella por los malos tratamientos que sus encomenderos les hacen; y que, habiéndose disminuído tanto los dichos indios, que en algunas partes faltan más de la tercia parte, les llevan las tasas por entero, que es de tres partes, las dos más de lo que son obligados á pagar; y los tratan peor que esclavos y como tales se hallan muchos vendidos y comprados, de unos encomenderos á otros, y (h)a(y) algunos muertos á azotes, y mujeres que mueren y revientan con las pesadas cargas; y á otras y á sus hijos los hacen servir en sus granjerías, y duermen en los campos, y allí paren y crían, mordidas de sabandijas ponzoñosas; y muchos se ahorcan, y otros

se dejan morir sin comer, y otros toman hierbas venenosas; y que hay madres que matan á sus hijos en pariéndolos, diciendo que lo hacen por librarlos de los trabajos que ellas padecen; y que han concebido los dichos indios muy grande odio al nombre cristiano, y tienen á los españoles por engañadores, y no creen cosas de las que les enseñan, y, así, todo lo que hacen es por fuerza; y que estos daños son mayores á los indios que están en nuestra Real Corona por estar en administración. Y porque habiéndose proveído tan cumplidamente lo que ha parecido convenir al bien espiritual y temporal y conservación de los dichos indios, teniendo tanto cuidado de procurar que fuesen doctrinados é instruídos en las cosas de nuestra santa fe católica, y mantenidos en justicia, y amparados en su libertad, como súbditos y vasallos nuestros, entendíamos que nuestros ministros cumplían lo que les habíamos ordenado; y de no haberlo hecho, y llegado por esta causa á estado de tanta miseria y trabajo, nos ha dolido, como es razón; y fuera justo que vos y vuestros antecesores, como buenos y cuidadosos pastores, hubiérades mirado por vuestras ovejas, solicitando el cumplimiento de lo que en su favor está proveído, ó dándonos aviso de los excesos que hubiese, para que los mandáramos remediar. Y ya que por no haberse hecho, ha llegado á tanta corrupción y desconcierto, conviene que de aquí adelante se repare con mucho cuidado, y para que así se haga, escribimos apretadamente á nuestros virreyes, audien

cias y gobernadores, advirtiéndoles que si en remediallo, tienen ó tuvieren algún descuido, han de ser castigados con mucho rigor. Os ruego y encargo que, para que se cumpla nuestra voluntad, que es de que estos pobres gocen de descanso y quietud y conozcan á Nuestro Señor para que, mediante su divina gracia y la predicación del Santo Evangelio, puedan salvarse, tengáis muy particular cuidado y estéis muy atento á ver y entender cómo se cumple lo que está proveído y se proveyere en beneficio de los dichos indios; y ́si solicitando, como sois obligados, lo que tocare á esto, viéredes que no se hace lo que conviene, darnos eis aviso dello para que se remedie, sobre lo cual os encargamos la conciencia.

Fecha en Lisboa, á veinte y siete de mayo de mil y quinientos y ochenta y dos años.

Por mandado de Su Majestad,

Yo el Rey (rúbrica).

Antonio de Erasso (rúbrica).

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