Á LOS LECTORES. Tiempo hacia que en nuestra pátria echábamos de menos, y con nosotros los que consagran preferentemente su atencion á la Historia, en todas sus manifestaciones, una revista que á imitacion de las que se editan en el estrangero con general aplauso, fuera un conjunto de publicaciones que señalaran el desenvolvimiento progresivo de los estúdios históricos, especialmente en los pueblos de raza latina, y á la par centro de relacion de todos los que con noble entusiasmo se dedican á investigar las huellas del pasado, en todos los ramos del saber humano. Es frecuente leer en las primeras páginas de toda Revista, la importancia trascendental de su publicacion para el progreso de las letras, las ciencias ó las artes, y nunca deja de consignarse que con aquella se viene á llenar un notable vacío y una necesidad inprescindible; nosotros que por propia y agena esperiencia hemos podido apreciar como las mas de las veces no pueden cumplirse estos primeros ofrecimientos por causas agenas á sus redactores, creemos colocarnos en situacion mas propicia, habiendo espuesto solo nuestro objeto en la publicacion de la REVISTA HISTÓRICA LATINA, deseando que los hechos nos justifiquen. LA REDACCION. RESEÑAS, ACLARACIONES Y DOCUMENTOS NOTABLES PERTENECIENTES A LA HISTORIA DEL PRINCIPADO DE CATALUÑA. INTRODUCCION. Uno de los estúdios, por desgracia, mas desatendidos en España hasta el presente ha sido indudablemente el de la Historia; y esto no solo respecto de la general de la Nacion, sino de la particular de sus provincias y de sus pueblos. Historias generales de España existen várias; pero naturalmente son obras voluminosas, que no muchos se hallan en disposicion de adquirirlas, ni todos tienen el tiempo disponible para leerlas; y por esto á las obras extensas se prefieren los elementos y compendios, con los que de poco pueden enterarse sus lectores. Hé aquí una de las causas de la ignorancia general acerca de la Historia. ¿Pero aun esas mismas historias generales son totalmente completas y exactas? Prescindiendo de la falta de imparcialidad en sus autores, cuando las poblaciones mas ricas en hechos históricos, y las de importancia á lo menos, tengan su historia particular publicada, entonces será fácil la existencia de la de una provincia; y cuando todas las provincias tengan la suya, por último con ellas podrá formarse exacta y completa la general. Con esto no se pretende aplicar el apodo de falsarios á tantos hombres ilustres por su saber, los que desplegaron un celo, jamás bastante agradecido, para comunicar sus luces á sus semejantes. No por cierto: hicieron cuanto estuvo á su alcance, y si no hicieron más, si no fueron exactos en todo, no fué por culpa suya. Para obviar estas imperfecciones ó defectos fuera preciso que un historiador general recorriese y examinase minuciosamente los monumentos y los archivos todos de la Nacion, para lo que no basta la corta vida del hombre; ó bien que los pueblos todos conociesen su pasado para informarles de ello. Lo que los pueblos conocen es, no su particular historia, sino meramente alguna tradicion oscura; y no hay que indicar que bebiendo solo en esa fuente, el manantial con el tiempo llega á enturbiarse y escasear, y con turbios y escasos materiales mal podrá hacerse una obra clara y extensa. En los pueblos, no todos naturalmente tienen conocimiento de lo contenido entre las telarañas y polvo de sus archivos, ni todos son paleógrafos ni arqueólogos, sino que ocupados con honradez en sus faenas |