Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[ocr errors]

nerlas tenian dispuestos, no creyendo de modo alguno los madrileños que el rey Josef se atreviese á entrar en España ni menos llegar á sus puertas.

Retirado despues de la accion de Cabezon ácia Benavente el general Cuesta, se aplicó con su aċtividad y pericia acostumbrada á organizar un cuerpo de exército, que pudiese á lo menos contener los excesos que iba cometiendo el frances internado en Castilla. La infantería de Asturias baxó y se puso á sus órdenes. El alboroto de Oporto proporcionó á las tropas españolas sacudir el yugo frances, y ponerse en marcha ácia su patria por la Galicia. Todas las noticias que entonces corrian en Madrid eran que de uno á otro dia se le reunirian estas tropas, con otras

de la misma Galicia. Y con efecto, á pesar de varias órdenes y dilaciones se consiguió por fin que parte de ellas baxase á las llanuras de Castilla á cargo del general Blake. Sabedor de esto el gran mariscal Besieres, duque de Istria, adelantó su exército desde Burgos. Componíase de lo mas florido de los soldados de Napoleon y de su guardia imperial de polacos. De Valladolid salió tan ufano y satisfecho de la victoria, que no dudó decir iba á hacer prisionero á Cuesta. En esto se apóximaron ácia Rioseco los dos exércitos, y en el 14 de julio se trabó una de las mas sangrientas batallas. Las tropas de Cuesta, y singularmente los carabineros reales y guardias de Corps, aunque eran en número muy inferior, hicieron prodigios de valor, é impu

sieron pavor á los franceses, ma→ tando muchos, hasta que maniobrando éstos sobre el exército de Galicia, consiguieron romper su línea. De resultas se perdió tan famosa batalla, en la que entre otros dignos españoles murió el valiente conde de Maceda, y los franceses entraron en Rioseco cometiendo muertes, robos y maldades sin cuento; y nuestros exércitos se retiraron en buen órden á Benavente. Aquí intentó de nuevo Cuesta hacer frente á los franceses; pero no pudo conseguirlo porque Blake insistió en retirarse á Galicia. Con este motivo aquel se dirigió á Leon, y despidió su infantería á las Asturias, y quando Besieres pensó sorprehenderlo en el mismo Leon, vió con el mayor asombro que se le habia escapado por su misma re

y

taguardia ácia Salamanca : accion retirada, que junta á la batalla de Rioseco, le obligaron al mismo Besieres á hacer los mayores elogios de Cuesta, y aun á participarlo así á los áulicos y generales de Madrid.

Á este tiempo ya venia el rey Josef con todos los del conciliabulo de Bayona por Burgos; y habiendo recibido la noticia de esta batalla, de acuerdo con sus aduladores españoles mudó el itinerario, y aceleró su venida por el puerto de Somosierra para hacer mas breve su entrada en Madrid. Al momento se supo que habia llegado á Chamartin el 19, y que sin dar mas esperas al siguiente dia 20 de julio habia de hacer su entrada pública. Si esto tambien puso ó no en consternación á los buenos ma

drileños, no es menester ponderarlo, á pesar de que algunos demasiado crédulos todavía lo atribuían á estratagema de nuestros generales para mejor hacerlo prisionero con todo su exército. Acto continuo mandaron por edicto que las casas de la carrera estuviesen alhajadas, y se previno al pueblo no se asustase por las repetidas salvas de artillería, y repique general de campanas que se harian á la entrada. Esta comenzo á las seis de la tarde por la puerta de Recoletos, calle de Alcalá y Mayor á Palacio; pero con tanta diferencia de la de nuestro don Fernando quanto puede figurarse la imaginacion humana. Ningun vecino colgó sus balcones á excepcion de dos modistas francesas. Todo el adorno de los demas balcones consistia en

« AnteriorContinuar »