triplicadas fuerzas inglesas. La admision 6 despedida de los demas ministros casi corria de su cuenta; y como no era facil le diesen gusto, los mudaba con la mayor frecuencia. Este favor y poder tan oxorbitantes no dexaron de hacer rezelar á los buenos españoles que con un valido de esta clase el señor D. Carlos IV y la nacion abrigaban en su seno una rabiosa víbora que algun dia los podria parar mortales. Aumentáronse estos rezelos quando fue nombrado generalísimo de las armas de mar y tierra, con unas facultades tan amplias que lo hacian en realidad soberano, aunque el rey Cárlos lo fuese en el nombre y apariencia. Pues con este motivo casi toda la distribucion de empleos directa ó indirectamente corria por su cuen ta; varios de ellos se daban á sus criados y serviles aduladores; y así en todas partes tenia hechuras propiamente suyas: de consiguien te aun este recurso de la distribucion de empleos, que tanto esplendor da á la magestad parece que se le iba quitando. Por el aire corrompido que respiraba la corte, y el continuo roce con los muchos franceses y españoles que de Francia venian á España, y de ésta pasaban á Fran cia, la nacion iba degenerando cada vez mas de la austeridad tan característica de sus antiguas cos tumbres. El hablar, vestir , pa sear y aun jugar á lo frances llegó á ser entre muchos como un deber de todo el que se preciaba de bien criado y cortesano. En Ma drid, y aun en las ciudades, era muy frecuente decir, que tenien do dineros y el empeño de Godoy, todo se conseguía. Mas sin embargo lo general de la nacion, siempre sufrida y generosa, seguía gimiendo en sus in teriores. Veíase tiranizada por Go doy de un modo semejante al de la Francia por Napoleon. Su única es peranza era su jurado príncipe de Asturias D. Fernando. Estaba bien persuadida de su buena y primera educacion, y de las costumbres tan opuestas á las de su padre y abuelo en punto á la caza y otras diversiones. Sabia que miraba con desprecio al valido Godoy, y que llevaba muy á mal tan excesivas donaciones, títulos, honores y facultades con que su padre le honraba. Se añadia que desahogándo se sobre este punto con su herma no don Carlos, le respondia este con mucho donaire: calla hom bre, que quanto le dé padre en veinte años se lo quitarás tú en un quarto de hora! Y así se verificó puntualmente. En fin la parte mas sana y juiciosa de la na, cion conocia que solo en la tabla de D. Fernando podia salvarse del naufragio que tan de cerca le amenazaba. En el año de 1803 ya se dixo que las miras de Godoy se dirigian á apoderarse de la regencia del reyno á pretexto de los achaques y avanzada edad del rey Cárlos, á cuya extravagante pretension se habia opuesto y negado el consejo de Castilla. Todo esto confirmaba á los españoles en la opinion de que Godoy con su firme adhesion á la Francia tenia otras miras ulteriores; y mas al ver que cada vez guardaba mayor conexion y correspondencia con : el famoso Bonaparte hecho primer consul de la república francesa, y luego emperador. Continuó así la nacion siendo agravada cada vez mas, singularmente en los años de 1803 y 4, en que para complemento padeció una hambre y por consiguiente una peste y despoblacion casi general. En fines del año de 180 emprendió Napoleon la campaña de Austria, y como le fue tan ventajosa, despues de la batalla de Austerlitz se aumentaron los rezelos de los inteligentes españoles al ver el grande poder y territorio que adquiria, y pasaron á ser bien fundadas las sospechas de que sus miras se dirigiesen contra la España, y que sujeta ésta fuese dueño de toda la Europa, Se conferenció sobre este punto en una de las academias literarias de |