los demas é ser fieles á su patria y rey, y á hacerles tan importantes servicios. No obstante que de las tres partes de la division, las dos lo mas habian tenido parte inmediata en la batalla y victoria de Baylen; la villa de Madrid honró á todos sus generales y soldados con un arco triunfal del gusto mas esquisito. Estaba colocado junto á sus casas de ayuntamiento, y por él desfilaron todos para en seguida ir á hacer los honores al real palacio, á esta sin igual. magnífica casa; pero que qual de la de una triste viuda se veía por entonces sin dueño, esposo, padre, ni rey que la autorizasen.

A este dia sucedió el 24 de agosto señalado por el Consejo para la proclamacion del señor don Fernando. Dia que la posteridad po

drá poner por exenplo de lo que es un pueblo ilustrado, generoso y amante de su religion patria y rey ¿Que lengua ni pluma podrán explicar debidamente quál fue este diá en Madrid? Quando Josef entró y se proclamó nadie sa

A

lió al balcon, ó lo adornó sino por fuerza. Quando se trató de proclamar á Fernando, todo el mundo salió de su casa á pasear la carrera, y ver que en todas partes como á competencia estaban los retratos de su querido y legítimo soberano, y los balcones adornados con el mayor primor y gusto mas delicado. Todo respiraba en aquel dia el mayor júbilo, entusiasmo y patriotismo. Llegó en fin la hora de salir el conde de Altamira con el estandarte de la proclamacion. Su comitiva y

acompañamiento eran de los mas pomposos y lucidos que se han visto. En torno suyo iban los demas grandes de España, varios títulos, muchas personas de la mayor distincion, y tres generales ingleses, todos vestidos de la gala y gusto mas esquisito, y en caballos tan briosos, tan ricamente enjaezados y con tantos plumages marchando estos animales tan ufanos y garbosos que no parecia sino que por su instinto y nobleza conocian los señores que llevaban, y la solemne funcion á que asistían. El gentío por la parte de la carrera era todavía mas excesivo. Se empujaban y atropellaban unos á otros, pero sin herirse sino por casualidad, y entonces se decian: Amigos, perdonar, que hoy no es dia de reñir.

Los vivas y gritos no tenian cuento, y fueron tan excesivos, y pronunciados con tal entusiasmo, que corrió por cierto que al oirlos uno de los generales ingleses, no pudo menos de enternecerse y esclamar: ¡Dichoso Fernando si vuelves á ser rey de tan amantes vasallos! Se tiraron muchas monedas acuñadas con el lema del señor don Fernando como rey de España é Indias y de su augusta proclamación en dicho dia y corte. Acudieron infinitos á cojerlas; y apenas se notó desgracia en medio de tanto concurso. Por la noche para acabar de coronar la fiesta hubo una iluminacion tan geral y vistosa que no hay memo、 ria de otra tal. Hasta los aguadcres adornaron é iluminaron sus fuentes, y hasta en los barrios

baxos y mas infelices tenian los retratos de don Fernando, y su adorno é iluminacion tambien con el mayor gusto y primor. Por todas partes se disparaban tiros, y cohetes, y se redoblaban los vivas. Las luces, y las mas de rica cera, eran tantas que á las diez 'de la noche habia tanta claridad en las calles, como pudiera al rigoroso medio dia. En fin, en aquella noche todo, todo respiraba la mayor alegría, y lo que es mas una especie de seguridad de que los franceses ya no volverian al centro de la valerosa España. Así se fue dilatando el armamento general de la corte, que ciertamente habrian imitado todos los demas pueblos del reyno, y por entonces solo se redujo á que varios particulares aprendieron el exerci