"Españoles: (decia) Habeis sido perdidos por hombres pérfidos, que os han empeñado en una lucha insensata, y os han obligado á correr á las armas. ¿Hay alguno entre vosotros, que reflexionando un momento lo que acaba de sucederos, no se halle convencido que habeis sido el juguete de los enemigos perpetuos del Continente, que se gozan de ver vertida la sangre Española y Francesa? ¿ Quál pudiera ser el resultado, aun del suceso de algunas campañas? Una guerra de tierra sin fin, y una larga incertidumbre sobre la suerte de vuestras propiedades vuestra existencia. En pocos meses os habeis entregado á las agonías de las facciones populares. Algunas marchas han bastado para la defeccion de vuestros exér y citos. He entrado en Madrid. Los derechos de la guerra me autorizaban á dar un grande exemplo, y á lavar con sangre los ultrages hechos á Mí y á mi Nacion. Solo he escuchado la clemencia. Algunos hombres, autores de todos vuestros males, serán solamente castigados. Bien pronto arrojaré de la Península este exército Ingles 3 enviado á España no para socorrerós, sino para inspiraros una falsa confianza: Para perderos. ཝཱ Os habia dicho en mi proclamacion de 2 de junio que queria ser vuestro Regenerador. Mas habeis querido que án los derechos que me habian cedido los Príncipes de la última dinastía, añadiese los de la guerra. Nada sin embargo alterará mis disposiciones. Quiero aun alabar lo que haya podido haber de generoso en vuestros esfuerzos. Quiero reconocer que se os han ocultado vuestros verdaderos intereses: que se os ha disimulado el verdadero estado de las cosas. Españoles, vuestro destino está en mis manos. Desechad los venenos que los ingleses han derramado entre vosotros. Que vuestro rey esté seguro de vuestro amor y vuestra confianza, y sereis mas poderosos, mas felices que no lo habeis sido hasta aquí. He destruido quanto se oponia á vuestra pros. peridad y grandeza; he roto las trabas que pesaban sobre el pueblo. Una constitucion liberal os asegura una monarquía dulce y constitucional, en vez de una absoluta. Depende solo de vosotros que esta constitucion sea aún vuestra ley. Pero si mis esfuerzos son inútiles; si no correspondeis á mi confianza, no me restará otro arbitrio que el de trataros como provincias conquistadas, y colocar á mi Hermano en otro trono. Ceñirán entonces mis sienes la corona de España, y sabré hacer que los malvados me respeten ; pues Dios me ha dado la voluntad y fuerza necesaria para superar todos los obstáculos. En nuestro campo Imperial de Ma7 de diciembre de drid á 1808. Firmado. Napoleon. Por el Emperador, el Ministro Secretario de Estado, Hugues B. Ma ret." ¡Véase á do llegaba la arrogancia de este hombre presuntuoso y soberbio sin igual. ¡Sabedores sin embargo sus secuaces de lo indignados que estaban los madrileños por tan escandalosa proclama y proposicion, añadieron en una de las gacetas siguientes que donde decia "vuestro destino está en mis manos" debia decir "en vuestras manos.» Pero quienes lo pregonaban y han pregonado todo poderoso, y de fuerzas irresistibles; y á mas el grande Ormud de los fracmasones, ¿no dirian tambien que nuestro destino estaba en sus manos? Facil es conocer qual sería la sorpresa de esté leal y numeroso pueblo al leer una proclama tan insolente y amenazadora, y unos decretos, por los que aun el mas rústico conocia que estaban quebrantados casi todos los artículos |