Imágenes de páginas
PDF
EPUB

și este rey no está seguro de su amor y de su lealtad.

» Los Borbones no pueden ya reynar en Europa. Las disensiones en la familia real habian sido fraguadas por los ingleses. No era al rey Cárlos ó al favorito lo que el duque del Infantado, instrumento de la Inglaterra, como lo prueban los papeles encontrados últimamente en su casa, queria derribar del trono; lo que se queria era establecer en España la preponderancia de la Inglaterra: proyecto insensato, cuyas resultas habrian sido una guerra por tierra sin fin ni término, la qual habria hecho correr arroyos de sangre. En el Continente no puede exîstir potencia ninguna en que influya la Inglaterra. Si hay alguna que lo desee, es loco su deseo, y tarde o temprano acarreará su ruina.

7

» Bien facil me sería, y estaria obligado á gobernar la España, nombrando para ella otros tantos vireyes quantas son sus provincias. Sin em

bargo, no me niego á ceder mis derechos de conquista al rey, y á establecerlo en Madrid quando los treinta mil ciudadanos que encierra esta capital, eclesiásticos, nobles, negociantes y jurisconsultos hayan manifes tado sus sentimientos y su fidelidad, quando hayan dado el exemplo á las provincias, ilustrado al pueblo, y hecho conocer á la nacion que su exîstencia y su felicidad penden de un rey y de una constituccion liberal, favorable á los pueblos y contraria únicamente al egoismo y á las pat siones orgullosas de los grandes.

[ocr errors]

Si tales son los sentimientos de los habitantes de la villa de Madrid júntense sus 300 ciudadanos en las iglesias, hagan delante del Santísi→ mo Sacramento un juramento que salga no solamente de la boca, sino del corazón, y que sea sîn restriccion jesuíticas juren apoyo, amor y fide-> lidad al rey; inculquen al pueblo estos sentimientos los sacerdotes en el

confesonario y en el púlpito, los ne

6

gociantes en su correspondencia, los jurisconsultos en sus escritos y en sus discursos. Entónces me desprenderé del derecho de conquista, y colocaré al rey sobre el Trono, y será para. Mí muy lisonjero el portarme con Jos españoles como un fiel amigo, La generacion actual podrá variar en sus opiniones demasiadas, pasiones se han manejado para esto; opero vuestros descendientes me, bendecirán como á vuestro regenerador: contarán en el número de los dias memorables estos en que he parecido en vuestra presencia, y desde estos dias será la data de la prosperidad de la España. ei shtat

Ahí teneis, señor Corregidor, añadió el Emperador, mi modo de pensar todo entero. Consulta á vuestros ciudadanos, y vedel partido que teneis que tomar. Pero, qualquiera que sea, abrazadlo francamente, no me manifesteis sino disposiciones sinceras y verdaderas."

ANEDOCTA

digna de insertarse en esta historia para prueba de lo que dixo el autor hablando del alboroto del dia de san Josef, y de que con efecto no fué para robar, y acuchillarse unos a otros, como pregonaron despues los franceses y sus parciales. 61

ria Sacando los del alboroto de la casa de D. Diego Godoy la tarde y noche de san Josef muchos y preciosos muebles, y aun los de sus criados para quemarlos en la grande hoguera, que habian hecho al frente, un muchacho de los barrios baxos, mal vestido, y peor calzado (por lo que se inferia su pobreza) echó mano á uno de los baules, que sacaban otros compañeros con la mayor prież sa y algazara para echarlos con la misma en la dicha hoguera. Mas el cofre se abrió de repente; cayeron las ropas y alhajas que contenia, y el mu

chacho aprehendió entre ellas un bolsillo de onzas de oro, que por el bulto` no baxarian de 30. Con este hallazgo se dobló su gozo y algazara; y observándolo todo otro mas ladino y solapado, le preguntó qué era aquello, y le rogó que se lo diese ó alargase para guardarlo; á que contestó el generoso muchacho: esto es oro, y oro muy fino; pero de estos endinos y bribones ni aun el oro se debe tomar, y con una serenidad y bizarría sin igual arrojó el bolsillo al medio de la grande hoguera.”

[ocr errors]

Viven y beben sugetos fidedignos que presenciaron este generoso hecho, y éstan prontos á certificarlo en toda forma.

Dígannos ahora los partidarios: de Godoy y Napoleon, quáles fueron las causas de semejantes alborotos, ¿el deseo de robar á diestro, y siniestro, que es su expresion favorita, ó el desahogo de un patriotismo oprimido, y ver á su amado Príncipe exâltado al trono de sus mayores?

[ocr errors]
« AnteriorContinuar »