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con la infanta María Teresa hija de Felipe IV, de improviso hicieron cambiar de frente á las dos naciones, y se verificaron las paces generales tan á satisfaccion de ambas como á todos es notorio.

¿Y por qué ahora no podria y aun debia haber sucedido lo mismo despues que don Fernando no solo pidió á Napoleon su sobrina por esposa y él se la ofreció, y sobre todo despues que lo vió sentado en su trono tan á gusto y satisfaccion de los españoles? Solo un monstruo tan impolítico y feroz como Napoleon, segun dixe en mis comentarios, pudo desentenderse y atropellar tan justos y sagrados respetos, Me he detenido en hacer estas reflexiones, no tanto para vindicar al señor don Fernando del cargo que tan de mala fe le han hecho despues sus émulos,

quanto para probar que todo esto pudo contribuir por altos juicios de Dios para que despues la nacion tan justamente indignada haya tomado tan á pechos su defensa, al ver que ni por ella ni por su nuevo rey se habia dado á Napo leon el mas leve motivo ni de queja ni desconfianza; antes todo lo contrario. En fin despues de haber hecho esta digresion como necesaria segun mi intento para la inteligencia de esta historia, vuelvo á tomar el hilo.

Por estos pasos fuimos llegando al mes de octubre en que entraron las primeras tropas con destino á Portugal. Y para no dar aun por esto motivo de queja ó desconfianza á Napoleon convinieron el rey Cárlos y Godoy en en viar tambien ácia Lisboa y Oporto otros veinte mil hombres á car

go de los generales Solano, CarraTaranco, conforme al tratado que luego se dirá.

fa y

Como Godoy era el Gran Visir español, al paso que le adulaban y obsequiaban unos, le acechaban y espiaban otros. Su costumbre era estar una semana en los sitios y otra en Madrid. Mas de repente se advirtió en esto novedad, pues la semana anterior al dia 28 la pasó en Madrid tocándole hacerlo en el sitio. Con este motivo los amigos de novedades se las prometieron felices, y-principiaron á decir que su ruina debia estar próxima, y podia ser procedente de la entrada de las tropas francesas, ó mas seguro de un sugeto de alto caracter que acababa de enviar Napoleon, que no le habia visitado ni cumplimentado como otros. Pero to

dos andaban distantes del blanco de la verdad; y el resultado fue que en el dia 31 del mismo octubre se advirtió repentinamente una consternacion general en Madrid á causa del siguiente decreto del rey Carlos: "Dios (decia) que vela sobre las criaturas, no permite la consumacion de hechos atroces quando las víctimas son inocentes: así me ha librado su omnipotencia de la mas inaudita catástrofe mi pueblo, mis vasallos todos conocen bien mi cristiandad y costumbres arregladas; todos me aman, y de todos reeibo pruebas de veneracion, qual exige el respeto de un padre amante de sus hijos. Vivia yo persuadido de esta felicidad, y. entregado al reposo de mi familia, quando una mano desconocida me enseña y descubre el mas

enorme,

el mas inaudito plan qne se trazaba en mi mismo palacio contra mi persona, La vida mia, que tantas veces ha estado en riesgo, era ya una carga para mi sucesor, que preocupado, obcecado y enagenado de todos los principios de cristiandad que le enseñó mi paternal cuidado y amor, habia admitido un plan para destronarme: entonces yo quise indagar por mí la verdad del hecho; y sorprehendiéndole en mi mismo quarto, hallé en su poder la cifra de inteligencias é instrucciones que recibia de los malvados: convoqué al exâmen al mi gobernador interino del consejo para que asociado con otros ministros practicasen las diligencias de indagacion: todo se hizo, y de ella resultan varios reos, cuya prision he decretado; así como el

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