para premiar á los buenos ý castigar á los malos, toca el hacer observar los sagrados इ cánones para que aquéllos se perfeccionen mas, y éstos se enmienden y corrijan mejor. Los principes del siglo, dice nuestro ilustré doctor san Isidoro, tienen dentro de la iglesia lo mas sublime de su potestad para proteger con ella la disciplina eclesiástica. Las buenas costumbres son las fuerzas mas seguras de los imperios. Luego que todos los de la antigüedad las per deras, y las otras en que fundaba su engrandecimiento absolutamente falsas. Y así tanto él, como Napoleon y sus parciales, quando mas confiaban y esperaban de sus politicas peculiares, tesoros, intrigas y sobornos; se han visto confundidos por sus mismos principios y proyectos. Tan cierto es que la verdadera política consiste en contar con Dios primero en todas las empresas, y arreglarlas á las máximas de su santa ley. Por tanto, no pierda V. M. medio para hacer que éstas se observen con el mayor esmero. De este modo verá prosperar su reyno, y tendrá siempre ministros que le digan sin lisonja la verdad; magistrados que con entereza administren la justicia; generales y soldados que defiendan su causa y la de la nacion hasta derramar su sangre; y por último vasallos tales que le amen y obedezcan quales tiernos y bien educados hijos á un respetable y virtuoso padre. Nuestro Señor guarde á V. M. muchos años para el bien y prosperidad de la religion y la monarquía, como se lo pide y desea su mas hu milde vasallo P.A.S. R.P. Josef Clemente ふ Carnicero. PRÓLOGO. Españoles mios: en la in troduccion al D. Quixote de la Europa, despues de daros noticia del famoso exército No importa de los fieles españoles, y de su contrario en propiedad ridículo y desgraciado de los franceses y afrancesados, ofrecí una breve historia de los principales sucesos de nuestra gloriosa revolucion, y singularmente de los ocurridos en Madrid. En cumplimiento pues de |