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De Italia se dice que el Condestable estaba sobre Asti; mas no hay cosa cierta hasta ahora. La batalla naval que V. R. apunta de los bajeles y galeras de Nápoles, y que habian derrotado la armada francesa, tambien corrió acá; mas no tiene rastro de fundamento, porque hay cartas frescas de Italia, y no lo toman en la boca, y cosa tan grande no dejára de escribirse.

El P. Ignacio Víctor, secretario que ha sido por las provincias de España, ha llegado ya á Valencia, y le aguardamos cada dia.

En cuanto á lo que V. R. dice de don Juan de Palafox, no es cierto lo que por allá se ha dicho; lo que lo es, es que el Consejo y S. M. han tomado ya resolucion, y le mandan se vaya á su obispado, y que en el estado que estuvieren todas las comisiones las deje; y al conde de Salvatierra, que vaya cuanto antes á aquel reino á hacer oficio de virey, y que en el ínterin gobierne el obispo de Mérida de Yucatan, que segun dicen los que lo conocen, es hombre santo y de muy buen caudal, fué prebendado de Búrgos, y de allí salió para obispo de Indias.

La condesa de Fera (1), con sus dos hijos, se ha ido con licencia de S. M. á Portugal, no con poco sentimiento de algunos deudos que tenia en Castilla, á quienes no gustaba verla dependiente del de Berganza; mas ella decia no se podia sustentar aquí con lo que S. M. la daba.

No se ofrece otra cosa de que avisar á V. R. Llegó el nuevo procurador de Andalucía, y me dió el recado de V. R., á quien nuestro Señor guarde como puede y deseo. Madrid y Julio 10 de 1647.-Sebastian Gonzalez.—Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

(1) De un conde de este título, cuyo nombre era D Manuel Pimentel, se trató ya largamente en varios lugares del tomo 1.° de esta coleccion. Quizá la condesa aquí citada fué su viuda.

Madrid y Julio 11 de 1647.

(Tom. 129, fól. 726.)

El señor don Luis de Haro salió de esta córte el mártes (1), en la noche, para Zaragoza. Despidióse del Rey á las diez, quien dicen le dijo abrazándole, que en su cuidado ponia todo el peso de esta monarquía. De allí fué á casa de la condesa del Castrillo, donde estuvo mas de media hora; y despues salió para casa de la condesa de Olivares vieja, y se estuvo hasta las doce, y luego que las oyó, salió para su viaje, donde le acompañaron algunos grandes, y por cabeza de ellos el duque de Alba, que á poco trecho se despidió de ellos, y solo con el conde de Fuensaldaña que va solo por su camarada, prosiguió su viaje.

El viernes siguiente, al amanecer, llegó de Zaragoza un teniente de capitan de caballos, el cual trajo á S. M. aviso de que el enemigo príncipe de Condé habia levantado el sitio de sobre Lérida, habiendo quemado todas las fortificaciones, y galería de los ataques que tenia hechos, para la toma de aquella plaza, y que habia pasado el Segre muy aprisa. A las cuatro llegó un maese de Campo, que dió aviso de que la ocasion era que los catalanes habian muerto á Joseph Margarit, y á su hijo, y á los franceses que pudieron hallar, y que á los nuestros prisioneros les entregaban las armas para que ayudasen á la defensa. Ayer, á las cuatro, llegó correo con el aviso de que el enemigo habia vuelto, y se habia puesto entre Flix y

(1) Esta carta, que no es original sino copia, carece de fecha, y solo por conjetura le ponemos la de 11 de julio.

Lérida, porque no le dejaban en el pais de los catalanes, y que pedia á Lérida 11.000 raciones porque perecia, y que les desembarazaria la tierra.

Han entrado en Lérida por lo 1.000 infantes y dos convoyes.

que pueda suceder,

De Flandes se dice que el señor Archiduque ha tomado á Armentières, plaza de mucha consideracion, y que tenia cortados á 5.000 infantes, que venian en su socorro.

Tambien ha corrido nueva de que mandan embarcar á la gente de la armada, que habia saltado á tierra, para ir á Barcelona.

Nápoles y Julio 12 de 1647.

(Tom. 129, fól. 717.)

Hoy, señor mio, en Nápoles (1), todo son naufragios, y ahora padecemos uno bien grande; porque este pueblo innumerable se ha comenzado á alterar sobre una gabela impuesta en la fruta, y de lance en lance entraron en Palacio, rompieron las puertas y obligaron á retirarse á mi señora, mis hijos é hijas á Castil Novo. El Duque (2) salió, y le cercó el pueblo diciendo: ¡viva el Rey y viva el Duque, y muera el mal gobierno y los ladrones! Pero cargaron sobre él tantos á hacerle obsequios, que pudo peligrar su vida, y se retiró á un convento de San Francisco de Paula (3), que está enfrente de Palacio, y desde allí pa

(1) Esta carta, que parece copia enviada al P. Pereyra por alguno de sus corresponsales, se halla al fól. 717 despues de una de Roma de 12 de Enero, Escribióla, segun parece, el secretario del virey duque de Arcos. (2) Don Rodrigo Ponce de Leon, duque de Arcos, virey de Nápoles, desde Febrero de este año.

(3) El de San Luis, segun Tarsia, Tumulto de la ciudad y reino de Ná❤ poles (1670), pág, 46.

só á Santelmo, y despues de noche se volvió á Castil Novo. El alboroto crecia por instantes, y se ha ido continuando, pasándose á pedir que les quiten todas las gabelas, y se ha hecho así, y aun no quedan sosegados. Háse hecho cabeza de este tumulto un pescador, á quien obedecen á ratos. Yo estuve el primer dia de la revuelta en mi cuarto con toda mi casa, y de verdad sin ningun miedo, porque entraba y salia de él adonde estaba el duque, sin que la innumerable gente que habia en las escaleras me dijese mas que ¡viva el señor secretario y levante la gabela! y yo les respondia que era mucha razon. Con todo eso, me pareció pasar á Inés al castillo, como lo ejecuté, llevando tambien las criadas, porque en tales accidentes todo peligra. Despues en los dias siguientes, porque el primero fué domingo siete de Julio, se han continuado mayores ruidos, y han dado en quemar muchas casas de hombres particulares ricos (1), de los que han tenido arrendamiento ó hacienda del Rey. Han pedido un privilegio, aizando todas las gabelas nuevas, y se les ha dado, y lo mas particular es que en todas estas casas queman la ropa preciosísima, sin hurtar una cuchara de plata; y si hallan retra-tos del Rey les abaten las banderas, diciendo que aquella justicia se hace en su nombre.

A la hora que escribo estos renglones, que es miércoles 14 de Julio, á medio dia, estamos todavía en el castillo, que tiene paso á Palacio, adonde se va y viene sin estorbo, y se hacen cuantas diligencias son posibles por quie

(1) La de Jerónimo Leticia, arrendador de la harina; la de Feliche Basile, partidario del Tarazanal y la del consejero Antonio de Angelis, ministro que se ocupaba en el gobierno de la ciudad. La del duque de Caybano (Caivano), secretario del Reino; las de don Francisco Barril, y duque de Maraniela (Mariglianella), sus hijos; la de Juan de Cevallos, duque de Ostuna; la de Fabricio Cennamo, presidente de la Régia Cámara, &c. Véase á Tarsia pág. 62.

tar esta conmocion, y hay buenas esperanzas; pero en fin se está en manos de un pueblo de 500.000 hombres. V. md., si reza, nos encomiende á Dios, y les diga á todos los amigos, que hasta ahora quedamos vivos, y tambien avise á mi hermana á Constantinopla (1), porque de las nuevas que aquí irán, nos tendrán por muertos.

Háse detenido este correo hasta hoy 12 de Julio, y añado que en estos dos dias se han pasado notables alborotos, descomponiéndose y componiéndose la materia muchas veces; porque en tales alteraciones, cualquiera voz y cualquier rumor falso ó verdadero hace efectos increibles. Ultimamente, el cardenal arzobispo de Nápoles (2) ha hecho finísimas diligencias, y ajustó con el pueblo que se les quitarian las gabelas, y se dejaria todo en el estado que se tenia en tiempo de Cárlos V, y en esta forma se ha despachado privilegio, con condicion que le ha de aprobar S. M. dentro de dos meses.

Esto se ha ajustado con un electo del pueblo que ellos han nombrado, confirmado por el virey, y con un hombre á quien ellos han elegido por su cabeza y general, llama-do Tomás Anielo, que comunmente llaman aquí Masanielo. Estos dos vinieron ayer por la tarde con todo el pueblo de Nápoles á Palacio, y se echaron á los piés del Duque, mi señor, gritando todos ¡viva el Rey y el Duque de Arcos! con increible alborozo, alegria y lágrimas. Todo el pueblo gritaba de la misma manera con una increible obediencia á las señas de Masanielo, que, como digo, vino á caballo vestido de lama blanca al lado del coche del Cardenal, y despues volvió dentro del coche de su Eminencia. Este hombre es pescadero, ó que tiene ó ha tenido

(1) El cardenal Filomarino.

(2) Probablemente el convento de monjas de Nuestra Señora de Constantinopla, que estaba en la calle Mayor.

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