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pasan de 30,000 hombres entre infantería y caballería, sino en pecados nuestros.

De la Puebla de Sanabria avisa el P. José Martinez que asiste allí en las fortificaciones, y fué de este colegio para ese efecto; que tuvieron aviso iban cerca de 20,000 portugueses á entrar por el reino de Galicia á sitiar á Monterey para divertir á los de la Puebla que no les acudiesen á los gallegos con socorro. Echáronles hasta 5,000 hombres que los entretuviesen. Tenido el aviso en la Puebla, el cabo salió con 2,000 infantes y 50 caballos, y fué en tan buena ocasion, y lo dispuso con tan buen órden, que cortó los 5,000 hombres portugueses de lo demas del ejército; pelearon con ellos con grande valor, y finalmente los desbarataron los nuestros con muerte de los mas de los enemigos y algunos prisioneros. Dice en la suya el Padre fueron muy pocos los que se escaparon. Tomáronles el bagaje y todos los demas aprestos de guerra. Esto de la Puebla de Sanabria.

El prior de Navarra, que es gobernador de la Coruña y capitan general, avisa á la señora condesa de Olivares del suceso de los 15,000 hombres que caminaban á tomar á Monterey, y dice en la suya que en teniendo noticia de cómo venian los portugueses con este designio, salió con su gente, que serian hasta 5,000 infantes y 800 caballos, que dió vista al enemigo, y que se afrontaron los dos ejércitos; que se peleó de una y otra parte valientemente por todo el dia sin reconocerse ventaja; que como ellos la tenian tan grande en la gente, los nuestros, aunque hacian maravillas, no acababan de hacer de suerte que el enemigo perdiese la tierra; que al anochecer dieron tan valiente apreton contra los portugueses que los desbarataron peleando casi dos horas de noche. El ser oscura y el cansancio del dia, de batalla tan porfiada, no les dió lugar á seguir el alcance. Murieron algunos de los enemigos; no

dice el número. De los nuestros, que parece cosa milagrosa, solo faltaron cinco ó seis y 13 heridos. Tomóseles el bagaje y peltrechos de guerra; no la artillería. Dice el Prior que continúa sobre aviso, porque, como los portugueses han quedado grandemente corridos de este desaire, tiene noticias de que desean volver por su represacion (1) con mas gente aun que en la ocasion pasada. Solo dice le da cuidado la falta de pólvora y municiones, y pide que con toda brevedad se le envie, que del número no le embaraza, porque dice peleaban los gallegos como unos leones, y que ya ihan perdiendo el miedo á las armas de fuego, que por no estar con la grande paz que en aquellas fronteras habia habido, acostumbrados á los principios de la guerra, con dificultad los hacian salir á ella. Ya hoy están muy alentados, y lo muestran en las ocasiones que se ofrecen. Esto el prior de Navarra.

Mi padre: el libro del P. Semmedo (2) está en mi poder, en papel; y aunque es pequeño, no tanto que no sea necesario hacer para remitirlo, si ha de ir por el correo, tres ó cuatro pliegos de buen tamaño, que costarán los portes tres veces mas que él vale. V. R. avise, sino obstante esto, gusta le remita por el correo ó que le envie con otras cosas que ha de remitir el P. Lagunilla; y el no haber ido no ha sido por falta de dineros que, aunque fueran muchos mas, sin que el Padre los dé, tengo quien me haga caridad, y V. R. para estas menudencias no la tenga tan sobrada, que en mucho mas deseo yo mostrar lo que á V. R. debo y estimo, á quien Nuestro Señor guarde como deseo. De Madrid y Setiembre 16 de 1642.-Sebastian Gonzalez. Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

(1) Represallas.

(2) Véase lo dicho anteriormente, pág. 322.

Madrid y Setiembre 25 de 1642.

(Tom. 90, fól. 653.)

Copia de una carta del P. Pedro de Vivero de la Compañía de Jesús, fecha en Flandes á 22 de Agosto, de 1642,

Padre mio: lo que hace los veranos buenos son los sucesos. Lo cierto es que este año ha sido aquí muy bueno con la toma de Bassea, Lens y rota del Francés. Esta última le ha hecho á D. Francisco de Melo, marqués de Tordelaguna con grandeza perpétua; no se podrá quejar de ser mal premiado. En este ínterin el Holandés no ha hecho nada, y aun todavía obra D. Francisco de Melo, habiendo entrado nuestra gente en el Boloñés de Francia, habiendo primero ganado dos fuertes reales y demás reductos que son entre Gravelingas y Calés. Somos señores de la campaña, sin poder bastantemente defenderse los franceses. ¿No ha de bastar el esfuerzo de esta banda para que en esa mejoren las cosas? Mucho y muy mucho es de temer. Perpiñan, de cuya cabeza penden otras muchas en todas partes, principalmente en las de Italia, donde ya el príncipe Tomás anda haciendo hostilidades, y esa su princesa (1) hace de las suyas, ¿qué será cuando se mancomunen?

Las cosas de Alemania van con la misma prosperidad que las de aquí, pues en lo de Colonia, Juan de Vert

(1) La de Cariñano, su mujer, que à principios de este año de 42 in tentó fugarse á Portugal, fué detenida en el camino y llevada á Carabanchel, donde aun residia por este tiempo.

(Weerdt) ha probado la mano con los suecos y franceses, dando en su caballería y deshaciendo casi 3,000 caballos. Ha sido bien que Ansfelt (Hatzfelt) se haya ido, aunque la ocasion no es buena. Murió el obispo de Herbípoli, su hermano, de repente, el cual era muy austriaco, y tenia 700,000 ducados de renta.

En Silesia tambien suceden las cosas prósperamente, donde los enemigos van huyendo á toda prisa y desamparando las plazas que tenian. En la Moravia han padecido mucho en su caballería, dejando el bagaje por falta de caballos. Querian Leopoldo y Picolomini venir con ellos á las manos; mas donde uno no quiere dos no barajan.

La deposicion del general dominicano ha sido muy buena, y se entiende ha de causar otras novedades. Harto grande lo será, si fuese cierto el aviso que he visto de Roma. Escriben que el Papa trata de sacar bula que ningun general sea perpétuo, sino que sea por seis años, cosa que estará malísimamente á la Compañía; no permita Dios cosa tal, y mientras viva este Papa guarde á nuestro general. Dudo mucho que haya de vivir tanto, que anda muy malo, y esta mañana hemos tenido los despachos sin firma suya, sino del secretario, que por comision firma. Lo cierto es que no le podremos tener mejor; ha gobernado la Compañía muy quietamente en medio de tanta revolucion, y son de temer mayores, si Dios no lo remedia.

Buen casamiento halla el duque de Ariscot (1), y paréceme que el Sr. D. Francisco de Melo le habia echado el ojo para una hija suya; no le vendrá mal al conde Pico

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(1) Casó con la sobrina del cardenal Borja, como se dijo en el tomo IV, pág. 252. Este duque de Aarschoot ó Aerschoot, que fué primeramente príncipe de Arembergh, era hijo del duque Cárlos, de cuya prision y muerte en esta córte se trató ya en otro lugar.

lomini á quien el Rey ha escrito se case con ella, y se le hacen grandes ofertas: sic honorabit quem Rex non luerit honorare. Bien querian los de aquí, que como participantes en los hechos lo fuesen en los premios; mas todo va para el general, y « allá van leyes donde quieren reyes. »> Hasta aquí el P. Pedro Vivero en la suya.

Al P. Pedro Vivero, cuya es la carta de arriba, predicador que fué del archiduque Alberto y de la señora infanta doña Isabel, y tambien del señor Cardenal-Infante, le ha hecho S. M. su predicador para cuando vuelva á esta tierra. Tendrá ocupacion, si su edad no se lo impide, que es ya de casi 70 años.

Ayer vino una carta de Zaragoza, en la cual avisan habia llegado allí nueva que D. Francisco de Melo habia tomado á Sedan, plaza de grande importancia. Es del duque de Bullon (Bouillon), que hoy tiene preso el rey de Francia por las inquietudes pasadas, y creo se compusiera todo como el duque le diera á Sedan, que la ha deseado con grande extremo el cardenal de Rocheliu.

Queda su Eminencia tan malo de sus postemas que no se atreven á mudarle del lugar donde está para Paris, por recelarse que con cualquiera mudanza ha de empeorar; y con todos sus males siempre está maquinando nuevas tramoyas con que inquietar el mundo, como si en breve no hubiera de dar cuenta de todos los daños que por su causa han sucedido.

Viernes á 19 salió el ejército del de Leganés á sitiar á Lérida. Lleva 12,000 infantes y 4,000 caballos: á 20 partió el marqués con su camarada.

El marqués de Torrecusa y Mortara están en el campo de Tarragona para impedir á monsiur de La Mota si tratase de dar algun socorro á Lérida. Entiéndese no le dará, porque solo trata de fortificar los pasos que hay de Cataluña á Perpiñan para imposibilitar su recuperacion

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