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II.

343 En la nota donde dice "Desengaño» habrá de leerse Desempeño.

434 En lugar de marqués de «Favara » habrá de leerse Tavara, que es titulo de los Pimenteles.

457 Del capitan D. Juan de Monroyo.

Está demas la o y ha de leerse « Monroy.»>

TOMO III.

III. 20 El epígrafe de esta carta dice Diego Garay, pero la carta misma tiene al fin la firma Diego Gamez, en lo cual debe haber error evidente y estar equivocado el uno ú el otro apellido. Ni uno ni otro se vuelven á mencionar en esta correspondencia, y por consiguiente no tenemos medios hábiles para conocer dónde está la equivocacion, y cuál sea el verdadero nombre. 35 A cargo del comisario general Terraças, yc.

Este oficial, cuyo apellido se halla escrito unas veces Tarrasa, otras Terrasa y Tarrazas, se llamaba Juan. Fué comisario general de la caballería del ejército de Rosellon. Sirvió en Cataluña y en la frontera de Portugal. Pellicer, Avisos (pág. 158), escribe Terrazas. Acaso sea el capitan de caballos Juan de Terrasa, de quien se trató ya (tomo II, pág. 216), al nombrar los heridos en la fatal jornada de la Leocata, junto á Perpiñan, en 1637.

76 Ya salió el rebenton de los obispados, c. El obispo de Múrcia, nombrado en este párrafo, se llamaba D. Francisco Manso, natural de Cañas en el obispado de Calahorra. Fué en efecto arzobispo de Méjico, y en 1636, habiendo vuelto á España, fué presentado para la iglesia de Cartagena, y mas tarde en 1638 para la silla arzobispal de Burgos. Ocupábala en este año de 1638 D. Fernando de Andrade y Sotomayor, el cual lo fué primeramente de Palencia (1628). En 1631 fué promovido á la iglesia arzobispal de Búrgos, y en 21 de Diciembre de 1636 Felipe IV le nombró virey y capitan general de Navarra, cuyas fronteras defendió

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III.

eficazmente contra la invasion francesa. En 5 de Abril de 1638 fué promovido para la iglesia de Sigüenza (tomo III, pág. 433) D. Juan Francisco Pacheco, á quien en otro lugar (tomo IV, pág. 21) llama uno de los corresponsales del P. Pereyra Francisco Pacheco simplemente; no fué obispo sino dean de la iglesia de Jaen. Desde 30 de Octubre 1619 hasta Mayo de 1646 gobernó esta iglesia el cardenal Moscoso, hijo de D. Lope de Moscoso Osorio, sexto conde de Altamira y hermano del séptimo conde D. Gaspar,

84 Hoy ha besado la mano á S. M. el principe de Butera, hijo de D. Felipe Colonna, &c.

La condestablía de Nápoles estuvo por mucho tiempo en la familia de los Colonnas; pero el que aquí es llamado D. Felipe debió ser D. Federico, ó como los nuestros le llamaban D. Fadrique, duque de Pagliano y Tagliacozo, gran condestable del reino de Nápoles, virey de Valencia y mas tarde de Cataluña, el cual murió, segun apunta Pellicer (Avisos, pág. 140), á últimos de Setiembre de 1641. Este Colonna fué el que por haber casado con la princesa propietaria de Butera, doña Margarita Branciforte de Austria, hija de D. Fabricio Branciforte, príncipe de Butera, y de doña Juana de Austria, que lo fué de D. Juan de Austria, bastardo de Cárlos V, se halla generalmente designado en estas páginas con el título de príncipe de Butera. Hay, sin embargo, que advertir que el citado Pellicer le llamó por descuido Marco Antonio, en lugar de Federico, como lo demostró Salazar en las Glorias de la casa Farnese, pág. 354. 85 Por dos veces echaron dos toros á rodar á D. Bernardino de Ayala, yc.

Este D. Bernardino era hijo del conde de Villalba, segun puede verse en varios lugares de esta correspondencia. Debió ya por este tiempo ser conde, por fallecimiento de su padre, pues Pellicer, (Avisos, 17 de Marzo de 1639) dice: «Para mañana están publicados los toros de San Isidro anuales. Falta hará el rejon del nuevo conde de Villalba, D. Bernardino de Ayala, que está malo de no sé qué accidente que le ha sucedido, que todos le cuentan y nadie le dice.»>

92 El mismo Sr. D. Cárlos.

De este D. Cárlos de Austria trata largamente Pellicer

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III.

(Avisos, año 1639), aunque por descuido de sus editores se le llama Cárlos de Stutsna, en lugar de Austria. «Esta semana, dice, parte de aquí: ha estado casi un año de secreto, y le han hecho muy poco agasajo. Hanle dado 6,000 ducados de ayuda de costa y un regimiento de alemanes en Lombardía. No le ha visitado nadie, respecto de las cortesías por pretender le tratasen como grande. S. M. le dió audiencia secreta en parte donde ninguno estuvo cubierto. El señor Conde-Duque le dió solo Señoría Ilustrisima. Es mozo de 25 años; buen arte; labios austriacos; noticioso de buenas letras, filosofía y matemáticas; diestro en las armas y trucos; sabe seis lenguas, y le hace parecer mejor la poca edad; pero en lo que yo le he hablado me parece mas agudo que atento, y sé de su boca que no va gustoso.>> 169 El conde de Alba del Iste, yc.

210

Debió decir «Liste ó Aliste,» que de ambos modos lo es-
criben los genealogistas.

El marqués de Cañete murió como en Francia el duque de
Candala.

D. Juan Andrés (ó segun otros Antonio) Hurtado de Men-
doza, quinto marqués de Cañete, hijo único de D. Gar-
cía, el virey del Perú, murió, segun se ha visto (to-
mo I, pág. 243), en 1635, y por lo tanto el aquí men-
cionado debió ser su hijo y heredero D. Garcia, sexto
marqués de Cañete, á quien sucedió D. Gaspar, que fué
el séptimo. A este último le sucedió su hermana doña
Teresa Antonia de Mendoza y Cárdenas, octava mar-
quesa de Cañete.

En cuanto al duque de Candale, Enrique, hijo del duque de Epernon, (Juan Luis de Nogaret de la Valette) sabemos por Mezeray, Abregé chronologique de l'histoire de France, que murió en Casal, en 1639, aunque se ignoran las circunstancias de su muerte, que parece fueron parecidas á las del marqués de Cañete.

215 De Perpiñan avisan, yc.

Donde dice Leocota, habrá de leerse Leocata.

225 Donde dice Habiendo oido el Presidente al P. Gormar, ha

brá de leerse «Gormaz.>>

232 Cuatro dias antes murió el de Castronuevo.

Segun Rivarola, Monarquia española, tomo II, pág. 337, este

conde de Castronuevo se llamaba D. Cristóbal de Porres.

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III. 266 Estos dias pasados salió la sentencia, yc.

Este conde de Linares ó Linhares, se llamaba D. Miguel de Noronha, y habia sido virey de la India portuguesa. Juzgóle la junta que llamaban de Inobediencia, establecida en esta Corte, y que tantos castigos hizo por estos tiempos. De Carabanchel, donde estuvo algun tiempo preso, le mandaron ir á Tordesillas. Véase tambien á Pellicer, Avisos, 7 de Junio de 1639.

274 La gran rota que dió Mazarino, general de los sajones, yc.
Es el mismo á quien Pellicer, Avisos, pág. 47, llama Mar-
rasino, y era general de las tropas del Imperio. Varias
veces se le nombra en estas cartas, aunque nunca del
mismo modo, sino Mazarin, Mazarino y Marasino. Véa-
se la relacion de la batalla de Tudlinghen, en 1643, to-
mo V, pág. 407.

281 Nota al pié de la página, donde dice 280, léase 273.
311 El marqués de los Balbases, hijo mayor del marqués Es-
pínola.

Este marqués de los Balbases, que fué el segundo, era hijo
del célebre Ambrosio Spínola, á quien Felipe IV creó
marqués de los Balbases en el primer año de su rei-
nado. Llámanle algunos, aunque equivocadamente se-
gun creemos, marqués Espínola.

314 A D. Lope de Hozes hacen conde, yc.

Segun Salazar en sus Dignidades de Castilla, nota final pág. 480, el título que en esta ocasion se dió á D. Lope de Hozes fué el de vizconde de las Algeziras de Hornachuelos, y la gracia fué concedida, no á él, sino á su hijo D. Antonio de Hozes y Córdoba.

A D. Cárlos Ibarra, tambien general de los galeones, se le dió dos años antes el de vizconde de Sentonera que otros escriben Centenera.

316 Segun se dice, y con razon, á la muerte del Nuncio, yc.

Monseñor Campeggio, obispo de Senogallia y nuncio ordinario de Su Santidad, murió el dia de Santa Clara de sentimiento porque un clérigo y familiar suyo, llamado Bernardino Melchor, le robó la cifra de que se servia para escribir á Luis XIII de Francia, así como varios despachos por los cuales se averiguó que el Pontífice daba cien mil escudos al mes á aquel rey para que hiciera guerra á España. Esto explica el lujo y ostentacion con que los corresponsales del P. Pereyra aseguran andaba

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III.

por la Corte (Véanse las páginas 307, 310, 315 y 316). De él habla largamente Pellicer en sus Avisos, y añade á pág. 60: «Es fama que el Rey echándole los brazos á este clérigo le llamó restaurador de su reino, y que aunque gastaran dos millones en espías, no se hubieran descubierto tantas y tales maldades. » Véase tambien lo que el P. Gonzalez dice en la pág. 318. 320 El conde de Lemus en género de escrúpulos está rematado. Este conde de Lemus, que fué el noveno, se llamó, segun

el P. Gándara, Armas y triunfos del reino de Galicia, don Francisco Fernandez de Castro, Liñan y Gatinara. Fué hijo de D. Francisco Fernandez de Castro, octavo conde de Lemus, marqués de Sarriá y duque de Taurisano, quien despues de haber sido embajador en Roma y virey de Sicilia, entró religioso en San Benito de Valladolid y murió en Setiembre de 1637. De él se habla en muchos lugares de esta correspondencia bajo el nombre de P. Agustin de Castro, distinto de otro Agustin de Castro, que fué de la Compañía. De sus debates con el general de su religion, fray Alonso de San Victor, se trató ya largamente en una carta del P. Chacon tomo II, pág. 128.

344 Si no está hecho, el alcalde D. Juan de Morales lo hará, yc. Sobre la muerte dada en Málaga á D. Alonso de Torres y Sandoval (pág. 334), puede verse lo que dice Pellicer en varios lugares de sus Avisos. El teniente corregidor que le sentenció á ser degollado se llamaba D. Pedro de Olavarría. Mandó el Consejo en averiguacion del caso al alcalde D. Juan de Morales, que visto el proceso pronunció pena de muerte contra Olavarría (pág. 84), aunque mas tarde se mandó sobreseer en la causa. 354 Dicho duque se ha casado, &c.

El duque Cárlos de Lorena, de quien tantas veces se hace mencion en estas páginas, estuvo casado con Nicole de Lorraine, que murió en 1657. Esta fué hija del duque Henrique I, y por consiguiente parienta suya muy cercana. Vivió casi siempre separado de ella y pidió con instancia á Roma la nulidad del matrimonio; y aunque la corte de Roma no se lo concedió, se casó en efecto con Beatriz de Cusance, viuda de Eugenio Leopoldo d'Oiselet, príncipe de Cantecroix. Murió en 1661, como dicen el P. Sebastian y Pellicer, pág. 22.

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