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veces nombrado en esta correspondencia, y del cual habla largamente D. Diego Vincencio de Vidania en el capítulo XV, página 341 de su Memorial por la casa de Benavides, Nápoles, 1696, fólio. Fué hijo de D. Francisco de Benavides y de la Cueva, séptimo conde, y de Doña Brianda de Bazan y Benavides, su prima hermana, y primera mujer. En 1612 entró de menino en Palacio, y en 1637 pasó á Milan, sin puesto ni ayuda de costa, sirviendo primero de soldado particular y despues de capitan del tercio de Saboya, habiendo obtenido en premio de sus servicios la gracia de marqués de la Solera, ́en 11 de Agosto de dicho año. Fué mas tarde capitan de corazas; siguió la campaña de Italia de 1638, habiendo sido herido de dos picazos en el rostro; hallóse en el sitio de Salsas en 1639; acompañó al Rey en la jornada de Aragon, y en 1643 obtuvo el mando del ejército de Badajoz y fronteras de Portugal, donde fué, si cabe, mas desgraciado aun que los generales que le habian precedido en el mando. En 1653 fué nombrado virey y capitan general del reino de Navarra, donde asistió hasta 1660, que fué nombrado virey del Perú. Murió en Lima el 19 de Marzo de 1666. Estuvo casado, primero, con Doña Antonia Dávila y Corella, marquesa de las Navas, condesa del Risco y de Concentaina, en quien dejó sucesion, y en segundas nupcias con su cuñada Doña Juana Dávila y Corella.

En la enumeracion de sus servicios, hecha por Vidania, no consta, segun hemos visto, que obtuviese el mando de la frontera de Galicia, como lo dice terminantemente el párrafo de la carta del Padre Sebastian, á que nos referimos; quizá le confundió con un D. Juan de Benavides, veedor general del ejército de Flandes, y mas tarde maese de Campo en Galicia, que fué por los años de 1643 gobernador de Monterey y de la Puebla de Sanábria.

El D. Antonio Benavides, camarero y limosnero del Cardenal-Infante, mencionado en el tomo II, página 353 y III, página 178, fué hijo del séptimo conde de Santistéban D. Francisco de Benavides, y por consiguiente hermano del conde D. Diego, objeto de esta nota.

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TOMO VII.

73 Solo el duque de Maqueda y Nájera, c.

por

Por haber muerto el 30 de Octubre de 1644 sin hijos don
Jorge de Cárdenas y Manrique de Lara, cuarto duque
de Maqueda y sexto de Nájera, que es el mencionado en
los tomos anteriores, heredó el estado su hermano
D. Jaime Manuel Manrique de Cárdenas, que fué mar-
qués de Belmonte, quinto duque de Maqueda y séptimo
de Nájera. Falleció asimismo sin sucesion en 1648,
cuya causa los ducados de Maqueda y Nájera y el mar-
quesado de Elche, que iba unido á ellos, pasaron á manos
de su hermana Doña Ana María de Cárdenas, esposa de
D. Jorge de Alencastre, tercer duque de Terras-Novas,
en Portugal. Tuvieron estos una hija llamada Doña Ma-
ría Guadalupe Alencastre, Cárdenas y Manrique de
Lara, que casó con D. Manuel Ponce de Leon, sexto du-
que de Arcos.

75 Al marqués de Salinas ha mandado el Rey torear, yc.
Además del condado de Salinas, que los Sarmientos obtu-

vieron por gracia de Enrique IV de Castilla en 1470, hubo, segun ya se declaró en una nota de la página 385, un marquesado de Salinas que Felipe III dió en 18 de Julio de 1609 á D. Luis de Velasco, virey de Nueva España y del Perú, y como en el tomo III, de esta correspondencia, página 85, se trató de un marqués de Salinas, hijo del de Velada, que se distinguió en la fiesta de toros del mes de Octubre de 1638, quebrando veinte rejones con la mayor destreza, preciso es admitir que algun hijo de D. Antonio Sancho Dávila, tercer marqués de Velada, que segun Rivarola, Monarquía Española, libro II, página 129, falleció el 15 de Agosto de 1666, debió casar con la heredera de D. Luis de Velasco. Tuvo el marqués de Velada tres hijos: D. Antonio, que le sucedió en el marquesado, D. Bernardino y D. Fernando. Uno de estos últimos sería el diestro rejoneador tan celebrado en esta correspondencia.

A esto añadiremos, que en las Honras de Felipe IV

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(fólio 71 vuelto), se habla de un D. Bernardino Dávila Y Ossorio, marqués de Salinas, el cual era á la sazon gobernador de la guardia española.

82 Además de las dos relaciones impresas de que se hace mencion en la nota puesta al pié de esta página, hemos visto otra original y autógrafa que escribió D. Pedro Hizco de Quincozes, secretario del virey duque de Arcos; poséela nuestro compañero de Academia Sr. Cánovas del Castillo.

119 El de Oñate ha enviado á pedir licencía, yc.

Habiendo muerto en 1644 D. Iñigo Velez de Guevara, el Viejo, quinto conde de Oñate, el aquí mencionado en este lugar, no puede ser otro que D. Iñigo Velez de Guevara «el Mozo,» que fué octavo conde. Véase una nota de la página 385.

124 Murió el obispo de Segovia D. Pedro Nieto, yc.

Aquí debió de equivocarse el Padre Sebastian y escribir
Nieto por Neyla, pues acudiendo á Gil Gonzalez Dávila,
Teatro Eclesiástico de las iglesias metropolitanas, yc., de
España, tomo I, página 195, ballamos que en 1645 era
obispo de Segovia D. Pedro de Neyla, abad de Sancti-
Spiritus y regente del Consejo de Italia. Murió en efecto
en 1647, y le sucedió, como aquí se apunta, el maestro
Araujo, de la órden de Santo Domingo.

Los condes de Medellin y de Orgaz, mencionados en el
siguiente párrafo, son D. Pedro Portocarrero y D. Juan
Antonio Hurtado de Mendoza Guzman y Roxas, ya ci-
tados en otros lugares de esta correspondencia,
134 Escogió la plebe por su cabeza y general á D. Gaspar de
Torralto, yc.

Dos hermanos hubo llamados Toralto ú Toraldo, napolitanos ambos é hijos de Vicenzo Toraldo, que fué maese de campo, y se distinguió en la célebre batalla de Nordlingen en 1634. El uno se llamó Gaspar, el otro Francisco; aquel fué marqués de Toralto; este fué creado en 1645 príncipe de Massa en el reino de Nápoles. De uno y otro se hace frecuente mencion en esta correspondencia, y principalmente en la parte relativa á los sucesos de Cataluña, donde parecen haber militado uno y otro, aunque por hallarse simplemente designados bajo el nombre de Toralto no es fácil determinar á cuál de los dos hacen referencia los corresponsales del Padre

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Pereyra. D. Francisco, que fué maese de Campo y gobernador de Tarragona, durante el poco tiempo que su paisano Andrea Cantelmo tuvo el mando de las armas, fué hecho prisionero en la rota del marqués de Povar. Tambien parece haber sido gobernador de las armas en Badajoz, pues un escritor extranjero llamado Passarello, que escribió en latin una historia de la guerra de Portugal (Bellum Lusitanum, Lugd. 1684, fólio), pretende que, gobernando Toralto las armas de España en Badajoz, fué víctima de una insurreccion militar, promovida princi. palmente por el tercio de irlandeses, que estaba allí de guarnicion. La causa del motin, dice, fué una dama española amancebada con un capitan granadino. Trabáronse de palabras éste y un capitan irlandés, que tambien obsequiaba á la dama; vinieron á las manos, y acudiendo por un lado españoles y por el otro irlandeses, se trabó una recia escaramuza en que murieron muchos de una y otra parte. Acudió Toralto á poner paz entre los combatientes; pero herido en un brazo hubo de retirarse, y murió de allí á pocos dias.

Añade el autor citado que esto sucedió en 1641, mandando el ejército de la frontera el conde de Monterey. Este dejó el mando por Octubre de aquel año (tomo XVI, página 170), sucediéndole el marqués de Valparaiso, y á este el de Tarazona (D. Fernando de Ayala). Por Noviembre obtuvo el mando de la caballería el duque de Pastrana (página 189); por Diciembre era maese de Campo general y gobernador de Badajoz don Juan de Garay (página 192), á las órdenes del duque del Infantado; de manera, que en ninguna parte hallamos confirmado el mando de Toralto en 1641, ni menos el suceso á que se refiere el historiador arriba mencionado. Sin embargo, los Sres. Sabau y Lafuente en sus respectivas historias ponen de gobernador de las armas de Badajoz à un marqués de Toral, que pudiera muy bien ser el Toralto ú Toraldo de quien nos ocupamos.

VII. 155 Con la hija segunda de la marquesa de Taracena, su sobri

na, yc.

Parécenos que hay equivocacion, y que en lugar de Taracena habrá de leerse Tarazona, títulos ambos que confunden los escritores de linajes. Ya se dijo en otro

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lugar (página 389 ) que D. Cárlos Ibarra, general de los galeones, fué creado marqués de Taracena y vizconde de Centenera. Tuvo una hija llamada Doña Leonor, que fué segunda marquesa de Taracena, y casó con don Cláudio Pimentel, hermano de D. Juan Alonso, décimo conde de Benavente; pero si la condesa de Olivares, segun aquí se declara, era tia de dicha marquesa, no puede ser la que se nombra en este párrafo, sino Doña Isabel de Zúñiga, hija de D. Baltasar, á quien Felipe IV concedió el 17 de Agosto de 1632 el título de marquesa de Tarazona, en subrogacion del marquesado de Monterroso, que poseia ya desde 1626. Segun Ramos, Aparato para la correccion y adicion al Berni, página 96, dicha Doña Isabel de Zúñiga, marquesa de Tarazona, casó con D. Fernando de Ayala y Toledo, tercer conde de Ayala, y tuvo una hija llamada Doña Inés Francisca de Zúñiga, séptima condesa de Monterey, que casó con D. Juan Domingo de Haro. Véase el tomo V, página 125.

Así se explica, no solo el parentesco indicado, sino el error del Padre Sebastian al escribir Taracena por Tarazona, En cuanto al hijo de D. Enrique Felipez de Guzman, que es el marqués de Mayrena mencionado en este lugar, parece haberse llamado D. Gaspar de Guzman y Velasco, y haber usado el título de duque de San Lúcar.

Del marqués de Taracena, D. Cláudio Pimentel, se trató ya en el tomo III, página 78; por Octubre de 1638 fué nombrado oidor del Consejo de las Ordenes; es, pues, distinto del marqués de Tarazona D. Fernando de Ayala. VII. 259 El de Torrecusa ha partido, yc.

Ya se ha dicho en otro lugar que el título de Carlo Andrea Caracciolo se halla escrito con mucha variedad en autores de este tiempo: Torrechiusa, Torreclusa, Torrecusa, Terrachiusa, y aun Torre-Escusa. El mismo Parrino ( Genio Bellicoso di Napoli, 2, página 256), escribe alguna vez Terracuso, y otras, las mas, Torrecuso. Fray Manuel Ponce de Soto, carmelita, que durante el gobierno de D. Gaspar de Haro y Guzman, marqués del Carpio, publicó en Nápoles una larga lista de los titulos de la nobleza de aquel reino (Memorial de las tres Partenopes, Nápoles 1663, 4.o), le llama Terrecuso: nuestros genealogistas Torrecusa; pero

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