Obras

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Gaspar y Roig, 1866 - 540 páginas
 

Contenido

De cómo Cenotia deshizo los hechizos para que sanase Antonio el mozo pero aconseja
404
Prosigue Periandro su agradable historia y el robo de Auristela
405
Da cuenta Periandro de un notable caso que le sucedió en el mar
408
Refiere lo que le pasó con Sulpicia sobrina de Cratilo rey de Lituania
410
Prosigue Periandro sus acaecimientos y cuenta un extraño sueño
413
Prosigue Periandro su historia
414
Traicion de Policarpo por consejo de Cenotia Quítanle á él el reino sus vasallos y á
416
ella la vida Salen de la isla los huéspedes y van á parar á la isla de las Ermitas
418
Del buen acogimiento que hallaron en la isla de las Ermitas XX Cuenta Renato la ocasion que tuvo para irse á la isla de las Ermitas
421
Cuenta lo que le sucedió con el caballo tan estimado de Cratifo como famoso
423
y en el otro se embarcan para España Periandro Auristela los dos Anto nios Ricla y Constanza y Rutilio se queda allí por ermitaño
424
Llegan á Portugal desembarcan en Belen pasan por tierra á Lisboa de donde al cabo de diez dias salen en traje de peregrinos
426
sucédenles nuevos y extraños casos
429
La doncella encerrada en el árbol da razon de quién era
432
llegan á Guadalupe habiéndoles acontecido en el camino un notable peligro
435
Tiene fin en Guadalupe la desgracia de Feliciana y se vuelve contenta á su casa con su esposo padre y hermano
439
encuentran una vieja peregrina y un polaco que les cuenta su vida 441
441
Donde el polaco da fin á la narracion de su historia VIII De cómo los peregrinos llegaron á la villa de Ocaña y el agradable suceso que les avino en el...
447
A la muerte de la reina doña Isabel de Valois
527
A San Jacinto id
533
Dedicatoria Prólogo
540

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Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 311 - Riselos; todos eran Antones, Domingos, Pablos o Llorentes; por donde vine a entender lo que pienso que deben de creer todos: que todos aquellos libros son cosas soñadas y bien escritas para entretenimiento de los ociosos, y no verdad alguna ; que a serlo, entre mis pastores hubiera alguna reliquia de aquella felicísima vida, y de aquellos amenos prados, espaciosas selvas, sagrados montes, hermosos jardines, arroyos claros y cristalinas fuentes, y de aquellos tan honestos cuanto bien declarados...
Página 314 - ... cómo los reñían con suavidad, los castigaban con misericordia, los animaban con • ejemplos, los incitaban con premios, y los sobrellevaban con cordura; y finalmente cómo les pintaban la fealdad y horror de los vicios, y les dibujaban la hermosura de las virtudes, para que aborrecidos ellos y amadas ellas, consiguiesen el fin para que fueron criados.
Página 129 - Una cosa me atreveré a decirte: que si por algún modo alcanzara que la lección de estas Novelas pudiera inducir a quien las leyera a algún mal deseo o pensamiento, antes me cortara la mano con que las escribí que sacarlas en público; mi edad no está ya para burlarse con la otra vida, que al cincuenta y cinco de los años gano por nueve más y por la mano.
Página 231 - Viéndose, pues, tan falto de dineros y aun no con muchos amigos, se acogió al remedio a que otros muchos perdidos en aquella ciudad se acogen, que es el pasarse a las Indias, refugio y amparo de los desesperados de España, iglesia de los alzados, salvoconducto de los homicidas...
Página 71 - Muéstrase la una parte de la belleza corporal en cuerpos vivos de varones y de hembras, y ésta consiste en que todas las partes del cuerpo sean de por sí buenas, y que todas juntas hagan un todo perfecto y formen un cuerpo proporcionado de miembros y suavidad de colores.
Página 128 - Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlos V, de felice memoria».
Página 114 - De la región antártica podría eternizar ingenios soberanos, que si riquezas hoy sustenta y cría también entendimientos sobrehumanos. Mostrarlo puedo en muchos este día y en dos os quiero dar llenas las manos: uno de Nueva España y nuevo Apolo, del Perú el otro, un sol único y solo.
Página 311 - Juanica, y otras cosas semejantes; y esto, no al son de chirumbelas, rabeles o gaitas, sino al que hacía el dar un cayado con otro, o al de algunas tejuelas puestas entre los dedos; y no con voces delicadas, sonoras y admirables, sino con voces roncas, que, solas o juntas, parecía, no que cantaban, sino que gritaban o gruñían.
Página 373 - Lo que se ha de entender desto de convertirse en lobos, es que hay una enfermedad, a quien llaman los médicos manía lupina, que es de calidad que, al que la padece, le parece que se ha convertido en lobo, y aulla como lobo, y se junta con otros heridos del mismo mal, y andan en manadas por los campos y por los montes, ladrando ya como perros, o ya aullando como lobos...
Página 141 - ... amigas; con la misma facilidad las matamos y las enterramos por las montañas y desiertos como si fueran animales nocivos; no hay pariente que las vengue ni padres que nos pidan su muerte.

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