Nueva coleccion de piezas en prosa y en versos, sacadas de varios autores espanoles, tales son Solis, Cervantes, Quevedo, etc, Volúmenes1-2

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1823
 

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Página 10 - Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.
Página 11 - Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia : aun no se había atrevido la pesada reja del corvo arado á abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella sin ser forzada ofrecía por todas las partes de su fértil y espacioso seno lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar á los hijos que entonces la poseían.
Página 60 - ... dicen las letras, que sin ellas no se podrían sustentar las armas, porque la guerra también tiene sus leyes y está sujeta a ellas, y que las leyes caen debajo de lo que son letras y letrados.
Página 55 - ... hablo de las letras humanas, que es su fin poner en su punto la justicia distributiva, y dar á cada uno lo que es suyo, entender y hacer que las buenas leyes se guarden: fin por cierto generoso y alto, y digno de grande alabanza; pero no de tanta como merece aquel á que las armas atienden, las cuales tienen por objeto y fin, la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida...
Página 107 - Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad no cargues todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
Página 11 - Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenzaron á cubrir las casas sobre rústicas estacas, sustentadas no mas que para defensa de las inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia...
Página 2 - Pero él iba tan puesto en que eran gigantes que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran, antes iba diciendo en voces altas: Non fuyades cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.
Página 181 - Echó el Oso, al oír esto, sus cuentas allá entre sí, y con ademán modesto, hubo de exclamar así: «Cuando me desaprobaba la Mona, llegué a dudar; mas ya que el Cerdo me alaba, muy mal debo de bailar.
Página 59 - ... pierna: y cuando esto no suceda, sino que el cielo piadoso le guarde y conserve sano y vivo, podrá ser que se quede en la mesma pobreza que antes estaba...
Página 107 - Si acaso enviudares (cosa que puede suceder) y con el cargo mejorares de consorte, no la tomes tal que te sirva de anzuelo y de caña de pescar, y del no quiero de tu capilla...

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