Del manzanares al DarroGil Blas, 1922 - 245 páginas |
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... ideas , ¿ quién , después de hojear la historia patria , no se sintió arrastrado del deseo de ver y ve- nerar de cerca aquellas comarcas donde se terminó la epopeya castellana y se escribieron sus páginas más gloriosas ; donde vivieron ...
... ideas , ¿ quién , después de hojear la historia patria , no se sintió arrastrado del deseo de ver y ve- nerar de cerca aquellas comarcas donde se terminó la epopeya castellana y se escribieron sus páginas más gloriosas ; donde vivieron ...
Página 10
... ideas y da mayor energía al pensa- miento . ¡ Dichosos los que duermen en viaje ! Pocas veces el alma , abandonada a sí misma en el silencio y la soledad , deja de caer en dolorosos recuerdos . Byron lo ha dicho : ¡ horas de la noche ...
... ideas y da mayor energía al pensa- miento . ¡ Dichosos los que duermen en viaje ! Pocas veces el alma , abandonada a sí misma en el silencio y la soledad , deja de caer en dolorosos recuerdos . Byron lo ha dicho : ¡ horas de la noche ...
Página 19
... ideas y su próximo e inevitable influjo en la suerte de las naciones ; puesto entre esa fuerza invasora y las tradiciones de raza , y las obligaciones del puesto en que le colocara la Providencia ; demasiado previsor para resistir ...
... ideas y su próximo e inevitable influjo en la suerte de las naciones ; puesto entre esa fuerza invasora y las tradiciones de raza , y las obligaciones del puesto en que le colocara la Providencia ; demasiado previsor para resistir ...
Página 23
... ideas que todas las luces y los adelantos del siglo no han conseguido extirpar en- tre sus compatriotas . Creían en los embozados , creían en los bandoleros , en las venganzas misteriosas , y en el odio irrecon- ciliable de nuestras ...
... ideas que todas las luces y los adelantos del siglo no han conseguido extirpar en- tre sus compatriotas . Creían en los embozados , creían en los bandoleros , en las venganzas misteriosas , y en el odio irrecon- ciliable de nuestras ...
Página 24
... ideas nuevas , al martirio que padeció por ellas debe envidiable fama . Yo profeso igual doctrina : amo a todos los hombres , quiero a todas las naciones , pero más que a todas ellas a esta Espa- ña , cuya lengua es la mía ; y de todas ...
... ideas nuevas , al martirio que padeció por ellas debe envidiable fama . Yo profeso igual doctrina : amo a todos los hombres , quiero a todas las naciones , pero más que a todas ellas a esta Espa- ña , cuya lengua es la mía ; y de todas ...
Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 147 - Este despedazado anfiteatro, impío honor de los dioses, cuya afrenta publica el amarillo jaramago, ya reducido a trágico teatro, ¡oh fábula del tiempo!, representa cuánta fue su grandeza y es su estrago, ¿Cómo en el cerco vago de su desierta arena el gran pueblo no suena?
Página 147 - ¡oh fábula del tiempo!, representa cuánta fue su grandeza y es su estrago, ¿Cómo en el cerco vago de su desierta arena el gran pueblo no suena? ¿Dónde, pues fieras hay, está el desnudo luchador? ¿Dónde está el atleta fuerte?
Página 42 - Con mis lágrimas regué las palmas que el Forat riega, pero las palmas y el río se olvidaron de mis penas, cuando mis infaustos hados y de Alabas la fiereza me forzaron a dejar del alma las dulces prendas; a ti de mi patria amada ningún recuerdo te queda, pero yo triste no puedo dejar de llorar por ella.
Página xxii - Las aguas corrientes no son riqueza sólo; son vida del paisaje. Porque el agua posee los tres accidentes del vivir: luz, voz y movimiento; luz reflejada, como la luz de la pupila; voz ligera y amorosa, soñolienta y grave, como la voz de la garganta humana. No hay soledad donde el agua corre; no hay tristeza donde el agua mana; no hay desierto do'nde el agua vive. Fecunda el suelo y despierta el alma, arrulla el dolor, ensancha la alegría, es compañía y música, medicina y deleite; sobre sus...
Página 119 - Maestre, la muerte del hijo tierno, la prisión de Doña Blanca, sirven de infame proceso. Algunos pocos leales dan voces, pidiendo al cielo justicia, pidiendo al rey, y mientras que dicen esto, «Los de Enrique», etc.
Página 42 - Tú también, insigne palma, Eres aquí forastera; De Algarbe las dulces auras Tu pompa halagan y besan: En fecundo suelo arraigas, Y al cielo tu cima elevas: Tristes lágrimas lloraras Si, cual yo, sentir pudieras.
Página xxvi - Escalante vaga, misteriosa y melancólica sinfonía, que sugiere al alma mucho más de lo que con palabras expresa. Ambos han visto la Montaña como nunca ojos humanos la habían visto antes que ellos; ambos la han amado con amor indómito y entrañable, y puede decirse que su obra se completa para gloria de nuestra gente, que, después de haber guardado un silencio de siglos, habló al fin por sus labios inmortales.
Página 42 - Tú también, insigne palma, eres aquí forastera, de Algarbe las dulces auras tu pompa halagan y besan, en fecundo suelo arraigas y al cielo tu cima elevas, tristes lágrimas lloráras si cual yo sentir pudieras.
Página 44 - No admitas sentencia ajena Que nos tase el desagravio, Que sólo es buen juez Castilla Para el honor castellano. »No pienses en la riqueza, Ni en si está el Tesoro exhausto, Porque el más rico tesoro Es el honor bien guardado.
Página xiv - Los obras de este incomparable escritor aspiran un aliento verdaderamente poético; las sentencias son agudas, deleitosas y graves; las palabras, propias y bien sonantes; los modos de decir, escogidos y cortesanos; los números, aunque generosos y llenos, son blandos y regalados; el...