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blanco, como que están cortadas y bate la mar en ellas, y junto al puerto de la dicha vanda del Oeste hace muchas más destas arriscadas; yendo al puerto de la vanda del Oeste, paresce junto con el puerto una entrada á manera de isla que parte de la tierra, como de hecho es isla, que habrá media legua de la isla á la tierra firme, y por la vanda del Este habrá un tiro de ballesta, y poniéndonos Norte Sur con el puerto de Acapulco, amuestra toda la boca del dicho puerto, y en la tierra firme, en medio del puerto, en la playa amuestra un isleo blanco y está en la tierra firme, y sale deste dicho puerto una punta grue. sa á manera de isla, á la mar, de la vanda del Este, y encima deste dicho puerto demuestra montañas altas, y en ellas muchas piedras blancas á manera de losзs; entre los árboles de la vanda del Oeste hace una montaña, más alta que todas las otras, y habrá tres leguas del puerto á ella y la punta della cae sobre la mar y tiene arriba en lo más alto arboledas é una cosa blanca á manera de fortaleza encalada, y por la montaña muchas losas blancas; en toda esta costa no hay otra tal seña, el surgidor de la vanda del Este es una tierra llana cubierta de arboledas, y es de ancho este puerto obra de media legua, de la vanda del Este, é así pueden surgir de la vanda del Oeste; quando entran por el puerto, han de ir al Norte hasta dar en tierra, é de la vanda del Oeste, de un isleo blanco que está en la playa, pueden entrar una legua por la tierra adentro sin ver mar, é pueden dar carena é adobar qualquier nabio que quisieren, é todo este puerto es limpio é fondable, que no se han de goardar sino de lo que vieren, y es arena blanca media dónde surgen los nabios é pueden surgir en diez brazas á un tiro de ballesta de tierra, é pueden llegar junto á tierra

y

en cuatro é cinco brazas; tiene de boca este dicho puerto una legua, é hace dentro en este puerto dos bocas, una corre al Norte donde pueden surgir los nabios, y otra al Leste y pueden estar abrigados con todos los vientos, metiéndose en las ensenadas que hace dentro en el puerto, é así pueden dar carena y hacer todo lo que quieren á un nabio.

El peje que vimos semejaba á estos aunque no devisamos si tenia escama ó no, que parescian la color de tonina, lo demás tenia ni más ni ménos los brazos é manos mónstruos, porque vimos levantarse en aire fuera de la mar.

(Tiene dibujado á los dos lados otras iguales figuras de pezes como la que ya queda demostrada.)

DECLARACION DE LOS TRIBUTOS QUE LOS INDIOS DE LA PROVINCIA DE GUANAVAQUEZ, EN NUEVA ESPAÑA, HACIAN Á SU SEÑOR EL MARQUÉS DE VALLE.-(Año 1533). (1)

En veinte é quatro de Heneró de mil é quinientos é treinta é tres años trujeron ocho pinturas los indios de la provincia de Guanavaquez, é me las dieron á mí Pedro García, intérprete de esta Real Audiencia, é me rogaron que las diese á los señores Presidente é Oidores de el Audiencia Real, é se las declarase de la misma manera que los dichos indios de Guanavaquez á mi me las declararon, porque ellos se quexaban del Marqués del

(1) Archivo de Indias. Patronato, Est. 1.o, Caj. 1.

Valle, su Señor, é que habian oido decir al Marqués y á sus criados que el Rey Nuestro Señor se los habia dado por sus vasallos, é que no los trataba el dicho Marqués como á vasallos, sino como esclavos, que eran muy mal tratados de los criados del dicho Marqués del Valle, porque les tomaron sus tierras é haciendas é granjerías, llevándoles tributos é servicios demasiados, á cuya causa los mazaguales de la dicha provincia se han despoblado é despueblan.

É que le dán al dicho Marqués del Valle en cada tributo, que es de ochenta en ochenta dias, sola la dicha provincia de Guanavaquez, quatro mil é ochocientos toldillos de á quatro piernas é de á dos brazas en ancho y otras dos en largo.

É más le dan veinte naguas é veinte camisas ricas, más diez paños damascados de cama é más otros diez paños damascados de indios é más quatro colchas de algodon, esto de ochenta en ochenta dias, sin la comida y sementeras que le hacen y servicios de casa.

Más le hacen en cada un año veinte sementeras de algodon é ocho de maiz, y se las cogen y encierran al dicho Marqués del Valle.

É más llevan á las minas, en cada treinta dias, ciento é quarenta cargas de maiz y seis de ají é quatro de fríjoles, é indios para el servicio de las dichas minas.

É más le dan al dicho Marqués comida para su despensa é casa, que es menester en cada un dia de la semana que les cabe á servir, que es de dos semanas la una, y la otra semana dán los otros pueblos del valle, de manera que la comida de todo el año está partida por medio, é una semana la dá sola Guanavaquez, é la otra todos los pueblos del valle, es lo siguiente:

Quince cargas de maiz, é más diez gallinas de la tierra, é más dos gallinas de Castilla, é más tres palomas de la tierra, é más dos conejos, é más diez codornices, é más ochenta cestillos de pan en que hay en cada cestillo veinte tortillas, é fruta, é sal, é ají, y leña é yerba la que ha menester, é coava, que desto no tienen cuenta porques mucha cantidad, é los dias de pescado dan doscientos huevos é pescado que es menester.

É más le dan mucha loza, platos, escudillas é jarros, é tinas é ollas, las que han menester, que no hay quenta desto, sino cada vez que lo piden sus despenseros é cria. dos, é más le dan esteras las que ha menester y le piden para la casa del dicho Marqués; esto todo, aliende del dicho tributo, sin que se lo paguen, é que ellos no le solian dar comida nenguna mas del tributo; é aliende desto, dan á sus calpisquis é labradores, que tiene en sus grangerias é haciendas, les dan cada un dia dos gallinas é sal é ají y leña é cicote, é servicio de indios para lo que es menester, é más quarenta tortillas de pan; é que no cumpliendo los dichos indios todo lo suso dicho, segund que por sus pinturas han mostrado, los encierran y echan presos, é por cada rincon les dan de coces é tomándolos de los cabellos muchos de los criados del dicho Marqués. É que quando algunos de los criados del dicho Marqués han menester algunas amas para dar leche á sus hijos é los criar, les toman algunos á sus mujeres, é que Juan Altamirano, teniente de justicia del Marquesado, é otro que se dice Juan de Salamanca, les han tomado cinco amas, é que un Martin Santos les ha tomado dos indias para su servicio.

E que aliende de lo suso dicho, un Martin Sautos, é otro criado del Marqués del Valle, que se dice Castillo,

·les han tomado muchas tierras é buenas, é el Martin Santos les tomó dos tierras grandes, en qué las siembra de melones, y el dicho Castillo mucha cantidad de tierras, en las quales se mantenian é sustentaban muchos de los naturales del dicho pueblo de Guanavaquez, porque se cogía dos veces fruto en un año, á causa que eran de regadío, las quales tierras se riegan de una fuente de que el dicho Marqués hizo merced al dicho Castillo, con un pedazo de tierra que está junto á ella, é no de las demás que nos ha tomado el dicho Castillo, por las quales tierras no nos han dado ni pagado nenguna cosa, á causa de lo qual los mazaguales é principales que en ellas vivian é habitaban se han ido é despoblado de las dichas tierras; é que piden é suplican á los señores Presidente é Oidores de la Audiencia Real, pues están en nombre del Rey Nuestro Señor, les hagan justicia, volviéndoles las dichas tierras, é los moderen en lo que sea justo, que puedan sufrir é dar de tributo.

É que ansí mesmo dan á la despensa del dicho Marqués del Valle, en cada dia, ochocientas almendras de cacao, é que á ellos se les hace trabajo en dallo, porque no lo tienen ni cogen, é tambien es cosa que entre ellos vale mucho, é que, á causa de los muchos trabajos é tributos é de no les pagar sus comidas que dan para la dicha despensa del dicho Marqués, viven muy necesitados é pobres.

É

que ansí mesmo, en el año de 1532 años, les pidió el dicho Marqués del Valle quarenta esclavos para que le labren sus sementeras, é que eran para les quitar á los dichos indios de trabajo, é que se los dieron al dicho Marqués; é que por eso no dejan los dichos indios de tener muchos trabajos.

TOMO XIV.

10

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