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tal manera, despantados se volvieron atrás, pero salidos á ellos y contándole el desastre acontecido, y viendo estos cristianos muertos, ovieron tanta lástima, que comenzaron á llorar á muy grandes voces por más de media hora; los quales, visto el poco remedio que tenian, rogaron á los indios les llevasen á sus casas, los quales dixeron que les placian, y los llevaron, poniendo fuego á trechos por el camino para que se calentasen, y lleváronlos muy de corrida, porque, como era en la mayor furia del invierno, no se elasen con la poca ropa; allegados á sus casas, les metieron en una que les tenian hecha con muchas lumbres, aunque algunos no quisieran ir con ellos, por temor de que pensaban que los habian de sacrificar á sus ídolos; estando así, vinie ron en seguimiento dellos otro capitan, dicho Dorantes, y otro con toda la genle de su barca, los quales habian dado al través legua media de allí sin perdérseles nada, y todos juntos procuraron de adovar la barca, la qual estaba tan mala, que metiéndola en el agua, se deshizo; visto esto y como era invierno y hacia mucho frio, determinaron de invernar alli y enviar quatro hombres á Panuco, pensando que estaban cerca dél, para hacer saber la necesidad con que quedaban en la isla; llevaron un indio de la isla, que se llamaba Avia, y como hacia mucho frio, comenzaron á morir la gente, porque cinco cristianos que habia en Xancho en la costa llegaron á tal estrecho, que se co mieron unos á otros hasta quedar uno que no obo quien lo comiese, de lo qual los indios se escandalizaron mucho, á tanto, que de ochenta hombres no quedaron sino quince..... á los indios dió una enfermedad de dolor de estómago, que murió la mitad de la gente dellos, á tanto, que pensaban que eran los cristianos la causa dello, y los quisieron matar; pero

visto que tambien habian de ellos muerto gran cantidad sin podello remediar, vieron que no eran la causa y que era mexor conservallos: á esta isla, se puso nombre Malfondo, gente bien dispuesta; tienen por armas arcos y flechas; los hombres tienen una teta huradada de una parte á otra, y algunos las dos, por dó meten una caña atravesada, de dos palmos y medio de largo, tan grueso como dos dedos; traen huradado el lábio de abajo y metido en él una caña delgada como medio dedo; la habitacion que hacen en la isla es desde Otubre hasta en fin de Febrero; tienen pe ces para este tiempo y las raices dichas; despues deste tiempo van á otras partes á buscar de qué mantenerse; aman mucho á sus hijos y hácenles gran tratamiento cuando acaece morirse algun niño, llorando los padres y parientes y todo el pueblo por todo un año cumplido, y el llorar es á la mañana y á medio dia; á los viejos no lloran ni hacen caso dellos, que dicen que van bien logrados y comian el mantenimiento á los niños; entierran los muertos, salvo á los físicos, que los queman, y mientras se queman todos hacen gran fiesta; pasado un año, quando se hazen las honras, todos se sajan en ellas y á los parientes dan á beber los polvos embueltos en en agua; cada uno tiene mujer conocida, los físicos tienen libertad de tomar dos y tres; hay otra costumbre, que, quando algun hijo ó hermano muere, en la casa do muere no buscan de comer, antes se dejan morir de hambre, y los parientes y vecinos les proveen; hay muchos mosquitos, sus casas son de esteras sobre muchas cáscaras de ostiones, y sobre ellos duermen encueros; y aquí estuvieron hasta en fin de Abril, y fuéronse á la costa de la mar, á dó comieron moras de zarzas todo el mes en él; aquí les hizieron médicos para que los curasen,

que era soplando al que estaba malo, diziéndoles un ave-maría y un pater noster y santiguándolos, y así decian todos que aquello les sanaba; usan dar cauterios de fuego..... de que reciben gran beneficio, y por este respeto los cristianos eran en mucho tenidos, y les daban bien de comer los indios que tenian, de Dorantes, que eran de otra lengua y estaban en una isla que tenia cinco leguas de largo y media y ancho; toda esta gente anda desnuda, las mujeres traen algo cubierto con una lana que se cria en los árboles, parten lo que tienen entre sí, muy bien, no tienen señor, todos los que son de un linaxe andan juntos; los que se visitan, que no se han visto mucho tiempo, tienen por costumbre, en viéndose, de estar media ora llorando, y acabado esto, el que es visitado, se lebanta primero y da al otro lo que posee, y el otro lo recibe, y de aí á un poco se va con ello; tienen otras estrañas costumbres los indios de Dorantes que estaban en la isla, y Cabeza de Vaca en la tierra firme; los de Dorantes, procuraron de verse con los de Cabeza de Vaca, y así se fueron por luengo de costa de la tierra firme, sin verse con Cabeza de Vaca que estaba mal dispuesto, el qual se determinó de ir á los montes y entrarse por la tierra dentro, y hazer de mercader y traer tratos con los indios; lo principal de su trato es pedazos de caracoles de la mar, corazones dellos y conchas, con que cortan una fruta que es como fríjoles, con que se curan y hazen sus bailes y fiestas, y esta es la cosa de mayor precio que entrellos hay; el cobro y trueco que por esto hazia, la tierra dentro, eran cueros, almagro con que se untan y tiñen las caras y cabellos, pedernales para puntas de flechas, engrudo, cañas duras, y desta manera tenía libertad para ir dó quisiese, sin ser

esclavo ni obligado á cosa ninguna, y desta manera era querido de todos y le daban bien de comer; túvole esto casi seis años, andaba desnudo como ellos, al cabo de los quales, tomó consigo un cristiano, que en Dorantes habia quedado malo en una isla do estaba cuando pasó á tierra firme, y entrambos, con algunos indios de la tierra, se fueron por la costa hasta llegar á un ancon que tenia una legua de través, y es por todas partes hondo, que les pareció ser el que llaman del Espíritu Santo, do vieron unos indios que les dixeron que de la otra parte habia tres hombres como ellos, y les dixeron los nombres dellos, y preguntándoles por los demás, les respondieron que todos eran muertos de frio y de hambre.

TESTIMONIO DEL ESTADO DE DESPOBLACION EN QUE SE HALLABA LA PROVINCIA DE HONDURAS Á NO HABERLA SOCORRIDO EL ADELANTADO ALVARADO, Á QUIEN SE LO ROGARON, HALLÁNDOSE EN GUATEMALA, CON VARIAS PETICIONES EN FAVOR DE AQUELLA TIERRA HECHAS POR EL PROCURADOR DE LA

PROVINCIA. (Año 1536). (1)

S. C. C. M.-Francisco Cava, procurador de la provincia de Honduras, digo: Que Vuestra Magestad sabe y es notorio las grandes necesidades y trabajos que los conquistadores y pobladores de aquella tierra han pasado, y como, estando á punto de se perder y dejar la dicha tierra desamparada, por no aber gente despañoles ni de armas ni las otras cosas necesarias para la guerra, todos

(1) Archivo de Indias. Patronato, Est. 1.o, Caj. 1.

de comun acuerdo, inviaron á Guatemala á requerir al adelantado Alvarado, de parte de Vuestra Magestad, y á rogárselo en nombre de todos los mcradores de la tierra, que viniese á darles socorro, para que aquella provincia no se perdiese juntamente con los que allí estaban; y el dicho Adelantado, viendo la necesidad en que estaban, y cómo se lo requerian de parte de Vuestra Magestad, y que la tierra se perderia si él no la socorriese, fué en persona con todos los españoles que pudo llevar de pié y de á caballo, á los quales hizo socorro de caballos y armas y dineros, y llevó muchos indios de los amigos, y con la más diligencia que pudo llegó á la sierra de Gracias a Dios y comenzó á conquistar y poblar, y dejado esto pacífico, pasó al valle de Naco y allanó toda la tierra y la puso en paz y la repartió; y hecho esto, le requirió Andrés de Cereceda, como gobernador que de presente se llamaba, que tomase la administracion de la justicia y proveyese en todas las cosas ansí de paz como de guerra, pues no habia otro que como él lo pudiese hacer, y le hizo dexacion del oficio que tenia, de gobernador, y le puso en el dicho Adelantado, porque asi convenia bacerse para el bien y provecho de toda la tierra; y el dicho Adelantado lo aceptó por servir á Vuestra Magestad, y pasó adelante contra un gran señor que hay en aquella tierra, que se llama Socremba, que es el que à muerto y à hecho todos los daños que los cristianos han recebido; á este cercó y le tomó preso con todos los principales de la tierra, y se tornaron cristianos por su voluntad y se concertaron de servir de paz, lo qual fué causa que todo el resto de aquella provincia diese la obediencia; hecho esto, se acabó de repartir la tierra conforme á los méritos de cada uno, quedando todos de buena paz y

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