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ni temor, no dejará de lo hacer, y que en todo lirá ló que conbiene al servicio de Su Magestad y bien desta dicha gobernacion, y que si ansi lo hiciere, Dios Nuestro Señor le ayude en este mundo el cuerpo, y en el otro al ánima, y el contrario aziendo se lo demande como al que jura su santo nombre en bano, é pidiólo por testimonio é firmólo, el adelantado D. Pedro de Alvarado.

Y luego los dichos alcaldes y regidores dixeron que recibian el beneficio y señalada merced que Su Señoría en ella ha hecho á esta tierra, y á los que hazian tan gran servicio á Su Magestad, y que rescibian é rescibieron al dicho señor Adelantado por tal administrador de la justi cia é capitanía general de toda esta gobernacion, debaxo del juramento é solenidad que Su Señoría â hecho fir mar con testigos. Diego García, Tesorero, y el padre Juan Abela, y Bartolomé Jorge, y Francisco Cabrera, estantes en el dicho Naco; Alonso Ortiz y Bernardo dé Cabranes, Juan Lopez de Gamboa, Miguel García de Liñan, el dicho Bernardo de Cabranes, escribano é notario para suso derecho, que con los dichos testigos, presente fuí á lo que dicho es, é fize aquí mio siguo.Bernardo de Cabranes, escribano de Sa Magestad.

Muy magnifico Señor.-9 Mayo.-Carta de Cerezeda á Alvarado.-La letra de Vuestra Señoría que rescibí, que me dió el tesorero Célis, ques fecha en el pueblò de Calcamo, Dios sabe el grandísimo plazer que yo res cibf y el gran beneficio que bino á esta tierra el dia que tan gran nueba llegó segun el estado en que la alló, que á tardar un dia más, creo bien de los que en ella reposaron con la nueba de Vuestra Señoría, pudiera ser mal servido con ser yo muerto, como podrá dezir á Su Seño

ría quien quiere dezir berdad, plega á la gran bondad de Dios quella trujo aquí á Vuestra Señoría. A tiempo de tanta destruycion y daño que con solo el sonido de su benida, los españoles y naturales aún sin ver á Vuestra Señoría con solo el aso mado, à hecho mucho fruto que en lo de adelante encamine y ponga en el corazon á Vuestra Señoría, que haga en estas partes muy grandes y señalados servicios á Su Magestad, pues desto, de ne: cesidad, uo puede dejar de resultar probecho á los que en esta tierra â tantos años, de seis á ocho ó diez arriba que an estado en gran miseria, que se terná en mucho por estas, esto tan destruido.

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Mucho quisiera luego que la nueba de Vuestra Señoría llegó arrojarme á do estaba si fuera posible; pero como el padre Juan Abela dirá á Vuestra Señoría, la tierra era despoblada quatro dias abia, y todos amotinados ya, echándome primero desta villa y de mi casa, no estando para lebantarme de una cama en que lo más del tiempo estaba, dias abia, de una postema que me nació entre las piernas sin poderme sentar sino en una silla de poco suelo, y eso poco tiempo; y no enbargante todo esto, me echaron de mi casa con la mayor siesta del mundo, solo, y que me fuese azia la mar, que gente me darian que fuese conmigo á Trugillo, á fin de se llevar presos todos los indios que en esta comarca serbian, como lo tenian hecho antes que me hechasen del pueblo, y yo porque me matasen saqué fuerzas de flaqueza, y dejé perdido en mi casa y por los caminos á la pobreza que tengo, y boy asta Naco, donde me tór, naron á llamar y he buelto con trabajo intolerable, por lo que me sucedió de la caballería forzosa, y esto y tal que creo en tres meses no seré sano, y esta es la causa por

que no bɔi de ojos á besar las manos á Vuestra Señoría, y á suplicarle me quite de encima tan mala carga como esta para hombre pobre y que no tenga mucho poder. Magnífico Señor.-Demás desto, ay que dezir que an⚫ tes que llegase á este pueblo y desque he llegado, que no son quince horas pasadas, he sido informado que el tesorero Diego García de Celis, entre las otras sus diligencias sobradas que suele azer á bezes, quiso azer entender á Vuestra Señoría en Guatemala, á propósito quen su mano sola estaba dar á Vuestra Señoría la gobernacion desta tierra, para azerse á sí solo el sentidor á los negocios y bien de la tierra y servidor de Su Magestad, y no á quien se lo mostró, á dezir lo que allá paresció que sabia.

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Y porque sepa y vea que hay otros que lo desean más quel tesorero Celis, aquí enbio á Vuestra Señoría con el padre Juan de Abela, la renunciacion y dexacion que hago en la persona de Vuestra Señoría de toda esta gobernacion questá á mi cargo, y en esto pienso que hago á Su Magest ad gran servicio. Aunque no tengo especial mandato suyo, porquesta tierra no se puede sostener si Vuestra Señoría no la manda con la de Guatemala, por que es persona poderosa y lo sabe y puede hacer mejor que ninguno de los caballeros de Indias ni de España, es pecialmente por el trato de la especiería que sespera, segun lo que Vuestra Señoría tiene comenzado, y por los indios amigos que tiene para castigar estos salvajes, que hará gran servicio á Su Magestad y bien general á todas las Indias y España, y por estas causas y otras que yo escrebí á Su Magestad, le supliqué muy humildemente, porque ansi conbenia á su servicio, probeyese á Vuestra Señoría esta gobernacion juntamente con la de Guate

mala, como podrá ver por mis cartas, porque Diego Garcia de Celis y todos sepan, como saben, que de mí â salido siempre esta voz y que nadie es parte sino sola razon y el servicio de Su Magestad. Con el padre Juan de Abela enbio á Vuestra Señoría como he dicho esta dexacion, pues yo no puedo ir azello por el impedimento de mi enfermedad, para que Vuestra Señoría sepa que benido en buen ora á esta villa, será tan solamente como conbenga, y eme adelantando esto, porque lo que Vuestra Señoria va á hacer de la conquista, sea todo con gracia de Dios Nuestro Señor y de Su Magestad; y pues por mi mala desposicion no puedo ir allá, suplico á Vuestra Señoría de crédito á lo que el padre Abela dixere, que yo y otros le tenemos por hombre de verdad; y la mano ajena me perdone, porque mi enfermedad no me deja escrebir. Nuestro Señor la muy magnífica persona. y estado de Vuestra Señoría guarde y prospere por largos tiempos á santo servicio desta villa de Buena Esperanza, martes nueve de Mayo de mil quinientos treinta y seis años.-Besa las muy, magníficas manos de Vuestra Señoría.-Andrés de Cerezeda.

Este es treslado bien fielmente sacado de una carta mensiva quel gobernador Andrés de Cerezeda envió al señor adelantado D. Pedro de Alvarado, gobernador en la provincia de Guatemala pór Sus Magestades, el qual fué corregido é enmendado por mí, Cristóbal Gallego, escribano público en este Real de Su Magestad; testigos que fueron presentes á lo que dicho es, Martin de Lara é Francisco Gallego, estantes en este pueblo de Naco, que fué fecho é sacado á veinte é un dias del mes de Mayo, año del Señor, de mil é quinientos é treinta é seis años. En testimonio de lo qual fize aquí este mio signo á

tal, en testimonio de verdad.(Hay un signo.)-Cristó· bal Gallego, escribano público.-(Entre dos rúbricas.)

TRESLADO DEL CAPÍTULO DE LA CARTA DEL ADELANTADO MONTEJO, PARA EL ADELANTADO D. PEDRO DE ALVARADO.

Señor: El Sr. Visorey me habló sobresto de Honduras y que le parecia que yo no tenia por donde entrar á esa gobernacion, y que le habian informado que Vuestra Magestad lo podia muy mejor y á ménos costa, ansí por estar tan cerca y como por la mucha gente que en esa gobernacion hay, como por tener amigos para hacer la guerra, y todo esto me falla á mí que sin ellos en ningu na manera se podria conquistar, y que para conquistar al Yucatan que seria muy gran socorro y aparejo venir á Chiapa, y que le parescia que seria gran servicio de Su Magestad y bien de todos, questo se trocase y que debia desperar asta quél lo hiciese á Vuestra Magestad, y por esto dexé la partida asta saber lo que Vuestra Magestad hiciere. Mucha merced rescibiré quen tanto que Vuestra Magestad escribe sobrello al Sr. Visorey, que Vuestra Magestad enbie socorro á aquella tierra porque no se despueble, y con lo que determinare haga con brevedad mensajero al Sr. Visorey, para que yo sepa lo que sobrello tengo de hacer. Yo escribo al Tesorero, remitiéndome á Vuestra Magestad porque tengo por cierto el socorro quél ha menester: Vuestra Magestad se lo mandará dar, pues que demás de hacerme á mí

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