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nałóa, y entrando por ella, aseguró á los naturales délla, é les dió á entender á lo que iba, y pobló en élla una villa de españoles, que se llama Sant Juan de Cinalóa, la cual está hoy dia, poblada, y en élla hay mucha cantidad de naturales indios, y es muy bastecida de maiz, é frisol, é algodon, y otras muchas cosas; y luego como fundó la dicha villa de San Juan, envió á la villa de Cuiiacan; por muchas vacas y puercos, y otras cosas necesarias, para dar á los dichos pobladores, y se los dió, para que los criasen; y les dejó muchas cabras, que el dicho gobernador llevaba, y las repartió por los vecinos; de mas que el dicho gobernador envió á la dicha villa de Culiacan, á Antonio de Betanzos, su maese de Campo, por mucha cantidad de paños, y lienzos, y calzado, y otras cosas necesarias para que los soldados se bistiesen; y trayendo el dicho maese de Campo las dichas cosas, las dió el dicho gobernador, á los dichos sus soldados, todo á su cuenta y mision; de la cual, dicha poblacion y pacificacion de naturales, ha resultado gran servicio de Dios y á Su Magestad; porque en la dicha provincia hay religiosos de la orden de San Francisco que instruyen y bautizan á los naturales, en las cosas de nuestra Santa fée catholica; y por ser como es la dicha tierra muy poblada de naturales, y es la postrera poblacion de la Nueva España, en lo que hasta aquí está poblado.

Hechas por el dicho gobernador las entradas, pobla ciones y descubrimientos, arriba referidos, el dicho gobernador fué á la provincia de Chiatmela, que es por la banda del Norte, en la cual pobló la Villa de San Sebastian, donde se proveyó de cierta cantidad de soldados, de bastimentos, y otras cosas necesarias, para entrar la tierra adentro, en demanda de nuevas tierras y po

y

TOMO XIV.

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blaciones de naturales; y entrando por la dicha tierra adentro, fué en cantidad de trescientas leguas desde la dicha provincia de Chiatmela en adelante, en la cual entrada, halló grandes poblaciones de naturales, vestidos, y que tenian mucho bastimento de maiz, y otras cosas, para su sustento, y que habia muchas tierras fértiles y cómodas para sementeras de trigo y maiz y otras semillas, en partes donde buenamente se podian regar con los rios que por cerca déllas iban; y que ansi mismo tenian muchas casas hechas de terrados; y por serla tierra tan remota y apartada de la Nueva España, y de poblacio. nes de españoles, y no llevar el dicho gobernador tanta gente como era menester para poder poblar en la dicha parte, y por que los dichos naturales eran todos de guerra y tenian yerba con que flechar, la cual era tan peligrosa que todos los que fuesen heridos délla, morian, le fué forzado y necesario, retirarse, habiendole dado antes al dicho gobernador y á sus soldados, muchas guazabaras y reencuentros, de tal suerte, que los pusieron muchas ve ces en grandes trabajos y peligro de perder las vidas; y al retirarse, hubo de atravesar una serrania muy aspera que tenia de travesía más de treinta y cinco leguas, en la cual toparon grandes rios, y muy crecidos, donde el dicho gobernador y sus soldados pasaron grande riesgo de sus vidas, y padescieron á la vuelta, estrema necesidad de hambre, por haberles faltado los bastimentos; y por ello el dicho gobernador y sus soldados se sustentaron muchos dias con algunas yervas y con la carne de sus propios caballos, que los mataban para su sustento, sin tener otro ningun bastimento de maiz, ni trigo, ni otra cosa; de tal suerte, que se vieron muchas veces en términos de morir, porque fueron más de cuarenta dias, los

que solamente comieron carne de caballos, sin sal y sin otra cosa alguna; en el cual viaje jornada, el dicho gobernador hizo su oficio de buen capitan, animando é dando calor y favor á sus soldados, socorriéndoles en sus necesidades y aflicciones con todos los remedios que humanamente se pudian poner; de tal manera que en todos los dichos trabajos y reencuentros, y necesidades, no tubo más regalos ni cosas sobradas que los demás soldados que en su compañía iban; gastando siempre todo lo que era necesario á su costa y mision.

Retirado que fué á la provincia de Cinalóa, empleándose el dicho gobernador en las cosas del servicio de Dios y de Su Magestad, y procurando el aumento de la religion cristiana, y deseando aumentar los Estados de Su Magestad; siendo informado el dicho gobernador que era cosa conviniente y necesaria que la provincia de Chiatmela se poblase, por tener entendido que Su Magestad cometió la conquista y poblacion délla al doctor Morones, oidor de la Real Audiencia de la Nueva Galicia, el cual habia estado mucho tiempo sin la hacer, porque Su Magestad no le hacia merced de darle treinta ó cuarenta mil ducados de ayuda de costas para la dicha conquista, en el cual dicho tiempo, el dicho doctor Morones murió; y luego que el dicho gobernador Francisco de Ibarra entendió de la muerte del dicho doctor, sin que el dicho doctor hubiese hecho algun efecto en la dicha conquista, aprestó la cantidad de soldados de acaballo que le paresció ser bastante, y con ellos se partió de la dicha provincia de Cinalóa á la Chiatmela, donde hay distancia de casi cien leguas, pasando por el camino muy grandes y escesivos trabajos y peligros de perder la vida, porque como era tiempo de aguas y habia grandes cie

negas, y son los rios tan crecidos, que le fué forzado balsearlos; y con los reencuentros y guazavaras que los naturales de la dicha provincia le dieron, luego como llegó á ella, el dicho gobernador y sus soldados se vieron en grande necesidad; y con todo ello el dicho gobernador allané y apaciguó la tierra, y pobló en ella una villa de españoles, y en la dicha provincia se han descubierto gran suma de minas de plata, que están pobladas de españoles, y en ellas dos reales de minas, donde hay fundadas muchas haciendas de ingénios de fundir y moler, y se saca cantidad de plata, y se sacaria muy muchas más si hubiese gentes que las poblasen, en lo cual y en todo lo demás, el dicho gobernador ha puesto gran solicitud y diligencia, de que ha resultado gran servicio de Dios y aumento de las Haciendas reales; todo lo cual el dicho gobernador Francisco de Ibarra ha servido á Su Magestad desde el año de mil y quinientos y cincuenta y cuatro á esta parte, sin haber entendido ni ocupádose en otras cosas, y sin que en todo este dicho tiempo Su Magestad le haya hecho merced alguna; y por ello, el dicho gobernador está pobre y gastado, por haber expendido en los dichos descubrimientos poblaciones y pacificaciones de naturales, más de doscientos mil pesos de oro, sin que el dicho gobernador haya tenido aprovechamiento alguno; demás y allende que de los trabajos grandes que ha sostenido y pasado, le han sobrevenido grandes enfermedades, por las cuales está muy falto de salud, como más largamente de todo ello consta y paresce por las informaciones que ha enviado.

PROBANZA HECHA EN VIRTUD DE Real CÉDULA, SOBRE SI ES CIERTO QUE JUAN VAZQUEZ CORONADO ENTRÓ Y POBLÓ LA PROVINCIA DE COSTA-RICA Y NUEVO CARTAGO. FECHA EN SANTIAGO DE GUATEMALA Á 18 DE AGOSTO, AÑO DE 1564. (1)

En la ciudad de Santiago de la provincia de Guatemala deciocho dias del mes de Agosto de mil é quinientos y sesenta y cuatro años antel Ilustre señor licenciado Francisco Briceño, visitador y juez de residencia de la audiencia real de los confines, fué presentada una cédula de Su Magestad, firmada de su real nombre, su tenor de la cual, es la siguiente:

El rey presidente é oidores de la nuestra audiencia real de los confines que reside en la Ciudad de Santiago de la provincia de Guatemala, y en vuestra ausencia, á vos, el licenciado Briceño, á quien habemos proveido por visitador de la dicha audiencia, por parte de Juan Vazquez de Coronado vecino de la Ciudad de Santiago, me ha sido hecha relacion, que él fué proveido por vos, el dicho presidente é oidores de la alcaldia mayor de las provincias de Nicaragua y Costa Rica y Nuevo Cartago, en lugar del licenciado Juan Cavallon, fiscal de la nuestra audiencia real de la Nueva España, atento à lo que nos ha servido; y entendiendo que ansi convenia á nuestro servicio y bien de las dichas provincias y naturales déllas, y por haber en su persona las calidades para

(1) Archivo de Indias. Patronato, Est. 1.o, Caj. 1.o

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