La vida de Lazarillo de Tormes: y de sus fortunas y adversidades

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Adolf Kressner
Rengersche Buchhandlung, 1890 - 65 páginas
 

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Pasajes populares

Página 36 - Dios!, si al conde topo en la calle y no me quita muy bien quitado del todo el bonete, que otra vez que venga me sepa yo entrar en una casa, fingiendo yo en ella algún negocio, o atravesar otra calle, si la hay, antes que llegue a mí, por no quitárselo.
Página 1 - Plinio que no hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena. Mayormente que los gustos no son todos unos; mas lo que uno no come otro se pierde por ello.
Página 7 - El traía el pan y todas las otras cosas en un fardel de lienzo, que por la boca se cerraba con una argolla de hierro y su candado y su llave, y al meter de todas las cosas y sacarlas, era con tan gran vigilancia y tanto por contadero, que no bastara hombre en todo el mundo hacerle menos una migaja.
Página 1 - Predica muy bien el presentado y es hombre que desea mucho el provecho de las ánimas; mas pregunten a su merced si le pesa cuando le dicen: "¡Oh, qué maravillosamente lo ha hecho vuestra reverencia!
Página 21 - Luego buscó prestada una ratonera, y con cortezas de queso que a los vecinos pedía, contino el gato estaba armado dentro del arca. Lo cual era para mí singular auxilio. Porque, puesto caso que yo no había menester muchas salsas para comer, todavía me holgaba con las cortezas del queso que de la ratonera sacaba, y sin esto no perdonaba el ratonar del bodigo. . Como hallase el pan ratonado y el queso comido y no cayese el ratón que lo comía, dábase al diablo, preguntaba a los.
Página 45 - De manera que, en diez o doce lugares de aquellos alrededores donde fuimos, echó el señor mi amo otras tantas mil bulas sin predicar sermón.
Página 44 - Señor, pues no quería la muerte del pecador sino su vida y arrepentimiento, que aquel encaminado por el demonio y persuadido, de la muerte y pecado le quisiese perdonar y dar vida y salud, para que se arrepintiese y confesase sus pecados.
Página 38 - Y con éstos los astutos usan, como digo, el día de hoy, de lo que yo usaría: mas no quiere mi ventura que le halle.
Página 43 - Otros le tiraban por las piernas y tuvieron reciamente, porque no había muía falsa en el mundo que tan recias coces tirase. Y así le tuvieron un gran rato. Porque más de quince hombres estaban sobre él ya todos daba las manos llenas y, si se descuidaban, en los hocicos.
Página 40 - Creo yo que el pecador alfamar pagara por todos. Y bien se empleaba; pues, el tiempo que había de reposar y descansar de los trabajos pasados, se andaba alquilando.

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