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bien el rey una mesada ó la duodécima parte del total de rentas y obenciones, la cual pagaba el beneficiado por sola una vez á los cuatro meses de haber tomado posecion. Esta gracia concedian los, Pontífices á los reyes católicos por el término limitado de cinco años, hasta que el Papa Pio VI en breve espedido á 16 de Junio de 1778, la estendió á todo el tiempo, ó durante la vida del rey Carlos III, con la calidad de que el importe de la mesada eclesiástica no se invierta en otros usos que en los de la defenza y propagacion de la relijion católica.

CAPÍTULO SEGUNDO.

De la guerra con el Ingles.-Toma de BuenosAyres, de Montevideo. - Pruebas de lealtad en favor del gobierno de Carlos IV.—Sucesos del año de 1808 en la Peninsula.- Comisiones de D, José Manuel de Goyoneche. Años de 1804 hasta 1808.

En el año de 1804 salieron de BuenosAyres para Cadiz cuatro fragatas de la real armada al mando del Jenerai Bustamante, llevando cinco millones de pesos fuertes. La Gran Bretaña, anteponiendo su interes á la justicia, estando en paz con la España, y antes de declarar la guerra á uso y costumbre mandó sorprender las naves, que fueron apresadas en el cabo de Santa Maria el 4 de Octubre despues de un sangriento comba

te, en que la una fué á pique. (-) Este hecho y otros todavia mas atroces encendieron la guerra entre las dos Naciones.

En 1805 envió el gobierno Ingles una escuadra á las órdenes del Almirante Sir Home Pophan, con tropas destinadas á invadir la capital de Buenos-Ayres. Se manifestó en el Rio de la Plata haciendo correr la voz de que su fuerza constaba de seis mil hombres, los que amenazaron desembarcar por cuatro puntos: rechazados en la Ensenada saltaron por los Quilmes, donde no se les esperaba. Aturdido el Virrey Marques de Sobremonte se retiró para la ciudad de Córdova; y la fortaleza capituló el dia 28 de Junio, entregandose al Jeneral Guillermo Carr Berresford que mandaba únicamente mil y seiscientos soldados.

Deseando Berresford tender sobre los ojos de los Americanos una venda, para que no viesen las redes que la Gran Bretaña armaba, y creyen do alucinar con esperanzas de felicidad, dirijió á las provincias del Alto-Perú en calidad de Gobernador de Buenos-Ayres hasta tres proclamas. Se reducian éstas á protestar que no era conquista sino union: que se respetaria la relijion católica y á sus santos Ministros: que no se tocaria en las leyes y usos nacionales: que los naturales del pais serian libertados del tributo signo ignominioso de vasallaje, y de los impuestos gravosos al comercio: pon deraba en fin las ventajas que proporcionaría á es

ocho hijos

(-) La fragata Mercedes, en la cual pereció con Doña Josefa Balbastro natural de Buenos-Ayres, y esposa del Brigadier D. Diego de Alvear; de cuyo desastre solo escapó uuo llamado Carlos, niño entonces, y que ha sido despues el Jeneral Arjentino que tomó la plaza de Montevideo, y triunfó en Ituzangó.

tas provincias la alianza con Inglaterra, cuya intencion solo era protejer la independencia de América. Se introdujeron ademas pañuelos con inscripciones y emblemas seductores.

Ningun eco, ningun partidario hallaron estas tentativas, porque la fidelidad hácia el gobierno español era jeneral y sincera. Todos los que recibieron las proclamas ó los objetos mencionados se dieron prisa á ponerlos en manos de la autoridad, sin que hubiese órden ni prevencion para ello, y sin temor de ser mirados como sospechosos; pues el gobierno fiaba enteramente en la lealtad del pueblo. pueblo. Al mes y medio de la entrada de los ingleses, el dia 12 de Agosto del mismo año 805 se reconquistó la provincia de Buenos-Ayres por Don Santiago Linier comandante de la escuadra sutil de Montevideo, con tropas que el gobernador de esta plaza puso á sus órdenes; é hizo prisioneros de guerra á Berresford con toda su jente. Ecsesivas fueron las sensaciones de alegria que causó tal suceso en los corazones de todos, y se manifestaron con mil demostraciones públicas y privadas de júvilo.

Al siguiente año remitió la Inglterra una formidable escuadra compuesta de ciento diez y seis velas, al mando del Almirante Jorje Murray, con catorce á quince mil hombres de todas armas á las órdenes del Teniente Jeneral John Whitelocke. Presentóse delante de Montevideo donde estubo de gobernador el Jeneral D. Pascual Ruiz Huidobro; y despues de varios asaltos y porfiados combates en cuatro meses de sitio, tomó la plaza el Jeneral Sir Samuel Achmutí el 2 de Febrero de 1807. Se estableció allí un periódico semanal titulado Estrella del Sud, se repitieron en él las mismas ofer

tas hechas por Berresford, y se intentó de mil modos debilitar los sentimientos de lealtad y subordinacion; pero la uniforme é inalterable opinion del pais no solo resistió, sino que miró con horror las seducciones, y las promesas de proteccion con que tentaba la poderosa Inglaterra.-Los números de la Estrella corrieron la suerte de las proclamas del gobernador Berresford.

No habia quien pensára en emanciparse de la metrópoli. El levantamiento de José Gabriel Tupac Amaru acaecido en la provincia del Cuzco el año de 1780, y que cundió á las provincias del Alto-Perú, habia hecho conocer que las costumbres no se encontraban, ni podian encontrarse en un siglo á la altura de las luces que son

rias para acometer tal empresa, sin ruina de los bienes adquiridos: que los intereses de las diversas rasas de que se componen nuestros pueblos eran enteramente contrarios: que no habia industria de clase alguna, ni amor al trabajo ni virtudes sobre cuyas bases debia descansar la independencia.

Fuera dificil si no imposible espresar la afliccion de los pueblos á donde llegó la infausta noticia de que ochenta y seis buques con diez mil soldados de desembarco surcaban el Rio de la Plata al frente de Buenos-Ayres. El Arzobispo Moxó por medio de edictos y ecsortaciones ecsaltó el entusiasmo contra los sobervios isleños; y acompañado de todas las corporaciones de Chuquisaca, rogaba á Dios públicamente por el buen écsito de las armas españolas. A las tres de la tarde de la última rogativa celebrada en la capilla de nuestra Señora de Guadalupe, dia tres de Agosto, se recibió por estraordinario el parte de la espléndida vic

toria conseguida el 5 de Julio por el Jeneral Linier y heróico pueblo de Buenos-Ayres.-El gozo, el enajenamiento inesplicable que rebozaba en todos los pechos, y se veía estampado en todos los semblantes hizo el contraste de los punsantes cuidados de la mañana.

En accion de gracias al Todo-Poderoso, celebró el Arzobispo de Pontifical nna Misa en la Iglesia metropolitana el cinco, y por la tarde sacó en devota y solemne prosecion por la plaza mayor á la imájen de Guadalupe. Otra igual misa celebró el dia siete en sufrajio de los valientes ciudadanos, que murieron con las armas en las manos los dias 3, 4 y 5 de Julio: se ejecutaron con pompa, con todo el aparato que la Iglesia tiene destinado para semejantes casos, y con oraciones análogas pronunciadas por el Dean Dr. Mariano Terrazas la una, y por el prebendado Dr. Mariano Rodriguez Olmedo la otra.

El Señor Moxó, abriendo una suscripcion en todo el clero del arzobispado, envió á Buenos-Ayres ocho mil pesos para socorrer á las familias de los defensores que, con su muerte, no solo libertaron la capital, sino que tambien reconquistaron la plaza de Montevideo; pues por capitulacion del dia 7 de Julio de 1807. ofreció el Ingles entregar esa fortaleza á los dos meses, en el mismo estado en que se halló, y con la misma artillería, armas y pertrechos que tenia cuando fué tomada: oferta que se cumplió relijiosamente.-El Jeneral D. Santiago Linier fué nombrado Virrey de Buenos-Ayres.

Llegaron en la segunda mitad del año 1808. avisos cuadriplicados de los sucesos de Aranjuez en la corte de España, juntamente con las órdenes pa

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