Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Concedido, y los heridos se ausiliarán por cuenta del erario del Perú hasta que completamente restablecidos dispongan de sus personas.

16. Los jenerales, jefes y oficiales conservarán el uso de sus uniformes y espadas, y podrán tener consigo á su servicio los asistentes correspondientes á su clase y los criados que tuvieren.

Concedido; pero mientras permanezcan en el territorio estarán sujetos á las leyes del pais.

17. A los individuos del ejército, asi que resolviesen sobre su futuro destino en virtud de este convenio, se les permitirá reunir sus familias é intereses, y trasladarse al punto que elijan, facilitandoles pasaportes ámplios para que sus personas no sean embarazadas por ningun estado independiente hasta llegar á su destino.

Concedido.

18. Toda duda que se ofreciese sobre alguno de los artículos del presente tratado se interpretará á favor de los individuos del ejército español.

Concedido: esta estipulacion reposará sobre la buena fé de los contratantes.

Y estando concluidos y ratificados, como de hecho se aprueban y ratifican estos convenios, se formarán cuatro ejemplares, de los cuales dos quedarán en poder de cada una de las partes contratantes para los usos que les convengan.-Dados, firmados de nuestras manos en el campo de Ayacucho á 9 de Diciembre de 1824.

JOSÉ CANTERAC.

ANTONIO JOSÉ DE SUCRE.

NUMERO SEPTIMO.

Proclama del Libertador Bolivac.

PERUANOS. La campaña que debe completar vuestra libertad ha empezado bajo los auspicios mas favora bles. El ejército del jeneral Canterac ha recibido en Junin un golpe mortal, habiendo perdido por consecuencia de este suceso un tercio de su fuerza, y toda su moral. Los españoles huyen despavoridos abandonando las mas fértiles provincias, mientras el jeneral Olañeta ocupa el Alto-Perú con un ejército verdaderamente patriota y protector de la libertad.

[ocr errors]

Peruanos. Dos grandes enemigos acozan á los españoles del Perú, el ejército unido, y el ejército del bravo Olañeta que, desesperado de la tirania española, ha sacudido el yngo y combate con el mayor denuedo á los enemigos de la América, y á los propios suyos. El jeneral Olañeta y sus ilustrés compañeros son dignos de la gratitud Americana, y yo los considero como eminentemente beneméritos y acreedores á las mayores recompensas. Así el Perú y la América toda deben reconocer en el jeneral Olañeta á uno de sus Libertadores. Peruanos. Bien pronto visitaremos la cuna del Imperio peruano y el templo del Sol. El Cuzco tendrá en el primer dia de su libertad mas placer y mas gloria que bajo el dorado reyno de sus Incas.

[ocr errors]

Cuartel jeneral Libertador en Huancayo á 15 de Agosto de 1824.

BOLIVAR.

NÚMERO OCTAVO.

Representacion dirijida al jeneral Sucre por todo el pueblo potosino, inclusas las mujeres y hasta las comunidades relijiosas.

Exmo. Señor Jeneral en jefe.

NUESTRO deber para con la Patria, el deseo de nuestra propia conservacion y la de nuestros desendientes, que son las primeras obligaciones de la naturaleza y de la sociedad, nos estrechan é impelen á importunar la atencion de V. E. con el lenguaje de la verdad. El temor de ser degradados del rango de hombres libres, y la prevision de las desdichas que se nos preparan con el retiro de V. E. y su tropa al norte del Desaguadero, exitan en nuestros pechos mociones, que aunque es imposible describirlas no por eso las queremos ocultar. El silencio en esta ocasion vendria á ser una infidelidad imperdonable.

Desde que infortunadamente el jenio de la discordia sacudió en las provincias Arjentinas su fatal tea, los pueblos se han visto impulsados á decretar el aniquilamiento de sus mas ilustres compatriotas, de sus amigos y hermanos. La intriga y los pérfidos amigos de la libertad han trabajado en esclavizar y oprimir la Patria; y de un estremo á otro han rezonado los gritos dolorosos de tantas víctimas, que el ancia de mandar ha inmolado: sus hermosos campos, empapados en la sangre de sus moradores, han sido igualmente peligrosos y desgraciados para los enemigos como para los

amantes de la libertad. Una obscura orda de ambiciosos ha promovido incesantes trastornos, con la interesada mira de apropiarse sus ventajas: combates sangrientos se han sostenido entre los diferentes enemigos del órden, y la anarquía ha reducido á sus habitantes á vivir encorbados bajo el yugo de una ignominiosa servidumbre. El desenfreno es contajioso, y sus sintomas han aparecido ya en el Alto-Perú desde el año quince.

¿Cual será el caos en que queden sepultados estos pueblos si V. E. se marcha antes que se reuna la asamblea convocada, ó antes que ésta desida de su suerte? Estas provincias se hallan dependientes de V. E. mientras sus representantes fijen su futuro destino, y semejante deliberacion no puede tener unidad ni órden sino bajo los auspicios y proteccion de V. E. Abandonados, y espuestos á estraordinarias escenas de calami dad por el choque de las pasiones, fabricaremos con nuestras propias manos nuestra destruccion, produciendo la desgracia de nuestros hijos: nos pondremos á discrecion de tantos tiranos como son los deseos violentos que fatigan el corazon humano; y buscando la felicidad en la encantadora posecion de los derechos del hombre que V. E. ha conquistado, la inconstancia é inquietud de nuestro carácter ó miras inicuas, finjiendo cooperar con nosotros al logro de esta grande empresa, reducirán los pueblos á una obediencia mucho mas dura que la que antes los oprimia.

No podemos disimular la ignorancia que reina en nuestros pueblos, particularmente sobre todo aquello que mas les conviene saber. Tampoco debemos ocultar la existencia de jenios díscolos que, traspasando los lìmites de la razon, violan las leyes de la justicia y de la humanidad, sin las cuales la libertad no es mas que una licencia mil veces mas funesta que la misma esclavitud. Cualquiera comandante de un cuerpo armado

se

hará superior á todo gobierno civil, disolverá la asamblea de un modo imperioso, y por fin seremos arrastrados á las acciones atroces á que se han precipitado los fautores de esas republiquetas, llamadas federales por

[ocr errors]

ironia, y á cuyo solo nombre se estremeserán los venideros,

Si su Exelencia nos abandona vendrá á ser, sin quererlo, quien contribuya á sumerjir estos pueblos en un espantoso abismo de amarguras; y sus heroicos servicios, tan recomendables para con la paria, se trasmitirán con indiferancia á nuestra posteridad. Para eso mejor habria sido no traernos el inestimable presente de la libertad, y dejarnos con el antiguo gobierno español; á lo' menos allí habia un órden ó rutina, y el sentimiento de nuestra condicion se mitigaria por la ignorancia y por el hábito.

[ocr errors]

La resolucion que V. E. ha tomado de retirarse con el ejército libertador hasta Arequipa antes de la reunion de la asamblea, ha llenado de melancolia á todo el pueblo potosino, y parece que se han detenido los sentimientos de alegria que inspiró la presencia de su libertador. En tal situación se ha determinado à suplicarle no salga del Alto-Perú hasta conclucir la obra de nuestra rejeneracion política: en ella está empeñado su honor, su palabra y su nombre esclarecido. Señor, cuando ha sufrido toda especie de privaciones y ha hecho tantos sacrificios para proporcionarnos la independencia; cuando ellos han conducido al templo de la inmortalidad el gran cuadro de sus dias, haga este último para salvarnos. La posteridad que contempla las acciones de los hombres, al tiempo de describir las de V. E. divisará magnánimos afanes y tareas tal vez sin ejemplo; y nuestras futuras familias, que desde ahora pertenecen al Héroe de Ayacucho, bendecirán su tierna memoria, sin cesar de repetir en su honor himnos de gratitud.-Potosí 9 de Abril de 1825.

C

« AnteriorContinuar »