La pública estimacion con que han sido recibidos en España y América los escritos con que el Ilustrísimo Señor Don Fr. Joseph Antonio de San Alberto, Arzobispo de la Plata, ha enriquecido la Iglesia del Tucuman, y la que en la actualidad tan sabiamente gobierna, bastaria para empeñarnos á repetir su impresion, contribuyendo por este medio al aprovechamiento comun, y facilitando los exemplares de ellos á todas las personas sabias y piadosas que los desean ardientemente por su solidez y eloqüencia. Pero entre todos hemos creido que merecian un particular aprecio los que comprehende este volumen; porque demas del mérito literario que tienen en sí, igual en todo á los demas de aquel sabio Pre lado, contienen las máxîmas mas religiosas é importantes para contener la desenfrenada libertad, ó mas bien el insolente libertinage que tanto deshonra nuestro siglo, que arruina todo el órden público, aflige y amenaza la Iglesia y los Estados, en que ella por divina misericordia se halla establecida. La docta y eloqüente Carta con que S. I. procura consolar á nuestro Santísimo Padre Pio VI en la impetuosa avenida de males de que supone justamente inundadas sus paternales entrañas en tan tristes circunstancias, es digna del zelo y amor filial de un Obispo que toma el debido interes en la afliccion del Padre comun y cabeza visible del rebaño de Jesu-Christo. El Catecismo Real ha merecido que en la misma Roma haya sido reimpreso con doctas y oportunas notas, traducido al Italiano; honor que por ventura conseguirá igualmente la nerviosa apología con que S. I. ha confirmado su doctrina, que damos igualmente en esta coleccion, y que hasta ahora no ha visto la luz pública. Creemos, pues, hacer un señalado obsequio á la Religion y piedad de nuestra nacion, tan justamente reconocida en todo el mundo por la Católica por excelencia, franqueándola estos escritos. En ellos verá, que la constante fidelidad, amor, veneracion y obediencia, que con tanto honor suyo profesa á los Soberanos que Dios la ha dado, es un verdadero y señalado exercicio de su Religion, fundado en las máxîmas puras que ella enseña en las santas Escrituras, en la invariable tradicion, y en la mas sólida razon y filosofía que sola merece este nombre, del que han hecho tan torpe y abominable abuso los que se lo han arrogado, para cubrir con él su detestable designio de arruinar la Iglesia, los Im perios, la paz, la tranquilidad, la justicia y la virtud : y acrecentará el aprecio de estas santas verdades el recibirlas, no solo de un escritor tan justamente acreditado por su sabiduría, sino de uno de los Maestros de Israel, de uno, en cuyos labios se encierra la verdadera sabiduría, de uno de los destinados para guardar el inestimable depósito de la doctrina Católica, y de uno, finalmente, de los que el Espíritu Santo ha puesto en el gobierno de su Iglesia. |