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últimas casas del pueblo, lugar en donde están á la vista ceniza, fragmentos de ollas, conchas y numerosos esqueletos.

Según informaciones del señor ingeniero Adams, se encuentran también extensas acumulaciones de conchas y ceni. za en cierta parte del camino de la costa, en la región comprendida entre CHILCA Y MALA. y

En la BOCA DEL RÍO DE ICA. Durante una corta estadía en ese lugar en 1901, vimo's dos montones enormes compuestos de conchas, arena, fragmentos de ollas, etc., en la playa, más o menos á cinco minutos de distancia de la orilla del mar. Calculamos la altura de estos montones en 50 metros y el diámetro de la base en 200 metros, sobre poco más ó

menos.

LOMAS. El puerto de Lomas está ubicado hacia el sudeste de un morro aislado y que se comunica con la costa por la parte de atrás por una angosta faja de tierra. Los lados oeste y norte del peñasco están cubiertos con residuos de cocina, en forma de capas sucesivas y de montones. Principian más ó menos á 200 metros de distancia tras del actual pueblo, y su área se puede estimar en 300 metros de largo por unos 230 de ancho.

QUEBRADA DE LA VACA, á legua y media al norte de Chala, aproximadamente. Los lados sur y norte de la bahía, que es angosta, están ocupados por un pueblo pequeño, separado en dos partes, que está muy bien conservado, de una manera que no es común, especialmente en la parte sur. Las dos divisiones del pueblo están llenas de residuos de cocina; las hay también en los patios de las habitaciones y en los caminos del pueblo.

LA JOSEFITA, cerca de Chala vieja, en la banda izquierda. del río de Chala, distante unas dos leguas del mar. Las ruinas muy destruídas de un pueblo se extienden en la falda de un cerro, hacia arriba, en un trecho de unos 200 metros de largo por 150 de ancho. Los patios están cubiertos de una capa como de un metro de espesor, formada de ceniza y conchas. Hay, además, una serie de montones de residuos de cocina, parecidos á los de Ancón, que se extienden en la falda del cerro, al oeste del pueblo.

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de tamaño mayor, se observa una multitud de otros más pequeños, muchos de extensión considerable, á lo largo de la costa, que relataremos según nos van acudiendo á la memoria.

En SUPE, en una hondanada situada entre dos cerros, hacia la parte de la espalda del puerto, hay residuos de cocina estratificados entre los restos de moradas antiguas.

Aisladamente, algunos montones pequeños de residuos ciñen los pantanos al noroeste de SAN NICOLÁS, que, aunque son mucho más pequeños que los montones de residuos hallados en otras costas, como por ejemplo en los alrededores de la bahía de San Francisco de California, tienen cierta semejanza con ellos por el orden en fila, guardando ciertas distancias. Esta semejanza debe haber sido causada por el carácter especial de la costa llana.

Al norte de VEGUETA y cerca de la caleta de CARQUÍN, en el valle de Huacho, hay residuos de cocina estratificados entre restos de moradas antiguas.

También se encuentran residuos estratificados cerca del puerto de CHANCAY.

Capas de conchas y cenizas con fragmentos de ollas y piedras puestas en fila, debajo de una capa gruesa de tierra fértil, hasta una profundidad de un metro más o menos de la superficie, se hallan en la costa alta cerca de BELLAVISTA, en el valle de Lima.

Residuos de cocina estratificados en la playa de la isla de SAN LORENZO, frente á la Punta.

Varios montones de residuos sobre los que aún se ven los restos de una población pequeña, antigua, en la playa cerca de CHAVIÑA, al sur de Lomas.

Algunos montones chatos de residuos y capas estratificadas cerca de las ruinas de la población pequeña de TANACA, á corta distancia de la playa, entre Atiquipa y Yauca.

En LA BOCA DEL RÍO DE CHALA vénse vestigios de residuos de cocina. Cerca del puerto de Chala se pueden observar residuos de cocina, que cubren en estratificación moradas antiguas y las pendientes de peñas vecinas.

La composición de los residuos de cocina presenta bastante variedad. Los elementos principales, por lo general,

son conchas y ceniza; las conchas son los restos botados al tiempo de la preparación de la comida, la ceniza es el residuo del fuego con que la preparaban. Es raro hallar conchas quemadas y no sería extraño que faltase la ceniza arrastrada por el viento, pero los restos de artefactos mezclados con las conchas, constituyen una prueba palpable de que la acumulación de las conchas es obra del hombre, como sucede en la boca del río de Ica. Los conchilios en depósitos de extensión más grande pertenecen generalmente á una serie de diferentes especies; muchas veces una docena ó más de ellas, pero en los residuos de cocina existentes en el Perú, todavía no se ha encontrado ningunas que pertenezcan á especies extinguidas. Estas van acompañadas de una manera subordinada, por restos de otros animales del mar (balanus, echinus, cangrejos, etc.,) vértebras de pescados, huesos de aves, mammalia, comociervos, venados y especies de auchenia, que hacen suponer que esos hombres tenían cierta variedad en sus comidas. Todavía se encuentran venados en todas partes, en lugares no muy apartados de la costa, pero faltan las especies auchenia (huanacos), sobre todo en el norte.

Estos residuos de su alimentación el hombre, solamente semiconsciente de su actividad, los amontonaba en capas estratificadas y en montones. Por eso, un corte hecho en un cerrito de conchas mezcladas con ceniza, nos demuestra una multitud de rayas angostas de diferentes colores y tamaños, generalmente poco extensas. Esto proviene del cambio de comidas y del cambio de conchas que empleaban en su alimentación;quizá también del grado de cocimiento que daban á las conchas y de la cantidad y calidad de la leña que en ello empleaban. Los huesos quemados dan rayas amarillas, pero estas rayas amarillas faltan aquí en la proporción que tienen, por ejemplo, en los montones de conchas de California, donde era costumbre quemar los muertos. En los cortes practicados en algunos montones de conchas se ha observado un fuerte olor á amoniaco. Además, estos residuos de cocina están mezclados con muchos vestigios de habitaciones; y no pocas veces con restos de esqueletos humanos, que manifiestan que allí enterraban sus muertos.

Las piedras ennegrecidas y deseminadas por todas partes

y mezcladas con restos de conchas, son las que habían servido para abrir éstas ó para formar los fogones. En varias partes se observa entre las capas de conchas filas de piedras, á manera de empedrado superpuesto. No faltan hogares antiguos, y de vez en cuando se descubre un moledor ó un palo, cuya parte inferior está clavada al lado de filas de piedras grandes que bordeaban una choza.

En todas partes están entremezclados con la negruzca tierra fragmentos de ollas, pedazos de caña, trozos de madera; de vez en cuando se vé también pedazos de trapos y de redes.

No es raro encontrar de esos artefactos intactos, como útiles para hilar é instrumentos hechos de huesos.

Muchos restos demuestran una manera de vivir relativamente cultivada, come por ejemplo, los útiles para hilar,aunque también suele encontrarse ciertos instrumentos hechos de huesos humanos (cerca del faro de Supe), ó fragmentos de cráneos y canillas humanas partidas (en las inmediaciones de la boca del río de Ica).

Entre los residuos de cocina se hallan entierros cerca de la superficie, y, en los demás cementerios antiguos, se ies halla junto con algunos objetos. En este caso puede suponerse que han sido formados los entierros después de haberse suspendido la acumulación de los residuos de cocina. Otros entierros, generalmente pobres, se encuentra á mucho mayor profundidad, hasta diez metros de la superficie. Una parte considerable de ellos son de criaturas y han sido hechos mientras se iba formando la acumulación, y la profundidad á que se les encuentra responde al tiempo que ha pasado después que se les enterró.

La superficie de los residuos de cocina es, por lo general, desierta. Las mismas cosas que forman su interior se encuentran á veces encima, como fragmentos de ollas, hilos, restos de tejidos, útiles, cuentas de piedra, etc. y á veces, por casualidad, se encuentra un moledor, palos parados y res tos de paredes de chozas; y también terrazas de habitaciones antiguas, hechas en la superficie. Siempre ha sido motivo de admiración cómo se ha pódido hallar un número tan infinito de entierros, una civilización tan rica en las tumbas

de las áridas playas de Ancón, á no pocas leguas de las poblaciones de los valles. En esos entierros los muertos eran sepultados con rica indumentaria de lana y algodón, canastos, adornos, instrumentos y armas de oro y de cobre, frutas de las más variadas clases, yuca, camote, maíz, pallares, lúcuma, ají, pacay, maní etc. No había escasez de madera, como se puede ver por los palos contenidos en los entierros. ¿Cómo ha sido posible verificar miles de entierros en esta desolada playa, que apenas habría dado lo suficiente para sustentarse á las aves marinas? Los arqueólogos G. Reiss y A. Stübel (c. descripción de pl. 2) no quisieron negar la posibilidad de que hubiese existido allí una población, en razón de existir un cementerio, cuyas tumbas se cuentan por miles;pero encuentran el hecho extraño dada la escasez de recursos ese lugar. Ch. Wiener (Perú et Bolivie p.54)no acierta á explicar la ausencia de casas en la vecindad de los numerosos entierros que allí existen, sino por la hipótesis de que en Ancón sólo se daba sepultura á las víctimas de la guerra durante muchos años. También se ha sentado la teoría de que la ciudad de donde procedían los cadáveres sepultados en tales,tumbas ha sido arrasada por el mar,lo mismo que las chacras que proporcionaban alimento á sus habitantes, ó que los pobladores cultivaban las tierras que hay al lado de la necropolis, donde no hay ni una gota de agua en la superficie. Que existía ella en cantidad suficiente para la población, se vé claramente en los pozos de agua, un tanto salubre, que hasta hoy hay en Ancón. ¿Pero, de dónde sacaba la gente la enorme cantidad de leña que ha sido indispensable para acumular tan inumerables montones de ceniza?

Que una población puede sustentarse, aún en el Perú, viviendo sobre montones de conchas, se comprueba con la existencia de restos de chozas hallados en el interior de los montones de esa naturaleza que hay en Ancón, y de las piedras de moler que en parte aún existen diseminadas en el suelo. que aún podían formar pueblos organizados, de algunos restos como casas bien dispuestas, con patios; de la muralla construida al norte de los montones de residuos y de las construcciones que hay al sur de ellos, en la cumbre más alta del cerro, que tiene el aspecto de una fortaleza. La agri

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