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CAPITULO DEZIMOSEXTO.

De cómo el duque Don Henrrique de Guzman entregó á la Reyna las fortalezas de Lebrixa, Alanis, Aracena, Alcantarilla, Constantina, Frexenal é Aroche quél tenia, é de lo que pasó con la Reyna.

El duque Don Henrrique de Guzman que ymitando á sus pasados sien pre trabajó de servir é seguir á los reyes de Castilla, despues que la reina Doña Isabel uvo reposado fue al alcaçar é dixo á la Reyna: «Señora, yo he tenido despues quel Rey Don Henrrique, vuestro hermano, murió, en vuestro servicio las fuerças desta cibdad que ya os entregué, é las que me quedan por entregaros que son Lebrixa, Alcantarilla, Constantina, Alanis, Araçena, Aroche é Frexenal, mande vuestra Alteza é nonbre personas que las resçiban, porque yo he enbiado á mandar á mis alcaydes que tengo en ellas que las entreguen.» Demas deso le dixo lo que en el capitulo de la coronica del rey Don Fernando é de la reina Doña Isabel, quando habla en como la reina Doña Isabel vino á Sevilla, y se verá que son las palabras siguientes:

«Otrosi el duque de Medina Çidonia que tenia en aquella cibdad de Sevilla gran parte é la mayor parcialidad de parientes, amigos é criados suyos é de su padre é avuelo, hizo relaçion á la Reyna en como el marques é muchos de su parcialidad avian fecho é cometido grandes crimenes é delictos en toda la tierra, é avian puesto en aquella cibdad de Sevilla tanto escandalo en tienpo del rey Don Henrrique, su hermano, que algunas vezes estuvo en punto de se perder. E despues que su Alteza avia suçedido en el reino, el marques avia tratado con el rey de Portogal cosas criminosas en su deserviçio, mediante el marques de Villena, cuya hermana tenia por muger, é representó á la Reyna sus servicios diziendo los trabajos de su persona é grandes gastos que avia hecho de su ha

zienda, por tener en su obediencia aquella cibdad é toda aquella tierra, é la defender de las guerras publicas é otras formas secretas quel marques de Cadiz avia tenido por entrar en ella é la poner en obediencia del rey de Portogal. E dixole ansi mesmo, como el Marques tenia la cibdad de Xerez opresa, é á los moradores della fuera de toda libertad con las grandes sinrazones que les hazia, é que tenia tiranizada la fortaleza de Alcala de Guadaira é otras fortalezas de la cibdad de Sevilla, é favorescia á los alcaydes para que no acudiesen á la cibdad cuyas son; é para que desde ellas fiziesen las fuerças que avia hecho, en especial favoresçia al mariscal Fernandarias de Saavedra, que tenia la villa é castillo de Tarifa é la fortaleza de Utrera, donde se avian fecho é fazian robos é fuerças á los moradores de la comarca. En fin, suplicóle que proveyese como Reyna justiçiena devia proveer, remunerando á él los servicios que avia fecho, é proçediendo contra el Marques por los crimenes que avia cometido.»›

>>La Reyna, oydas las razones del duque de Medina, respondió al Duque con mucho amor é gracia, agrade ziendole é teniendole en señalado servicio lo que con tanto amor, voluntad é gastos, sienpre avia fecho, é las fortalezas de la corona real que le entregava sin pedirselas; é dixo que la principal causa porque deliberó de venir al Andalucia fue por quitar della todos crimenes é tiranias, en lo qual entendia con el ayuda de Dios trabajar hasta le poner en toda seguridad, é dixole que uviese buena esperança é pacificase todos los cavalleros de su parciali dad, porque aviendo respeto á la justicia, ella estava en proposito de onrrar mucho su persona é guardar mucho las cosas que le tocasen, como de muy leal servidor.»

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>>Los de la cibdad de Sevilla, ansi los cavalleros como los cibdadanos é plebeyos, por la mayor parte eran afiçionados al Duque por gran naturaleza quél é su padre é

ΤΟΜΟ Χ.

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avuelos de largos tienpos tenian en aquella cibdad, és publicavan que segun las cosas pasadas, el marques de Cadiz se rebelaria contra los mandamientos de la Reyna é se pondria len resistencia contra ella, si algo le mandase, é davan lá entender alla Reina é consejavanlé que mandase adereçar todas las cosas nesçesarias á la guerra contra el Marques, antes que uviese lugar de se proveer, porque bastecia á gran priesa la fortaleza de Xerez, 'é tödas las otras fortalezas que teniabib son of auto

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La Reina, considerando quel Marques estando tan gerca no avia venido á le hazer reverencia como devia, conçibió yndignaçion contra él (1)

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Como el Marques tuvo aviso é noticia de todas estas cosas, estuvo muy perplexo en lo que haria, porque con el temor dudava de yr, y él mismo le yncitava á que fuese. Finalmente, viendose perdido si no yva, porquel Duque, sú contrario, con favor de la Reyna, é la Reyna por el enojo que dél tenia; lo podrian ligeramente destruyr, no teniendo otro remedio para asegurar su estado é salvar su persona, vino una noche solo con un servidor al alcaçar estando la Reyna retrayda en su camara, porque por causa del Duque no quiso venir de dia; é porque eran el Duque y el Marques tan enemigos quanto es notorio, no quiero dezir las palabras que dixo en perjuizio del Duque. Love of demo jog ut sin 'chu?. La Reyna le respondió: «Marques, verdad es que yo no tenia buena ynformacion de vos, mas la confiança que os ha hecho venir, dado que fuesedes digno de pena en averos puesto en mis manos, desta manera me obliga de usar con vos de benignidad; entregad luego las fortalezas de Xeréz é de Alcala que teneis, é yo mandaré luego en

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(1) Esto se hallará en el cap. LXXIX de la Crónica de los Reyes Ca tólicos, por Pulgar up woolging on to oupu 16 may

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tender en los debates que son entre vos y el duque de Medina, é determinaré aquello que sea justicia. »

El Marques dixo: «Señora, tengo en merçed señalada que os plega entender en estos debates que son entre mi y el duque de Medina, porque hallará por cierto vuestra real Señoria que ninguno hay, salvo el Duque, que quiera señorear esta cibdad, no consintiendo que yo que soy natural goze de mi' naturaleza; é si yo no servi a vuestra Alteza en las guerras pasadas, como devia é yo deseava, fue por los ympedimentos é guerras grandes que por parte del Duque me eran fechas.» Dichas estas palabras partióse de la cámara de la Reina é fuése á Xerez y entrególó á Juan de Robres, un criado, é capitan de la Reina, qué enbió con él para la reçibir, é la fortaleza de Alcala á otro criado de la Reina, Hamado Pero Vaca.

CAPITULO DEZIMOSETIMO.

De cómo el Rey Don Fernando vino á Sevilla é le fue hecho gran reçibimiento por el duque de Medina, é cómo el Rey é la Reina vinieron por el rio en barcos á Sanlucar, donde el Duque les hizo grandes fiestas.

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El rey Don Fernando, viendo que se le alargava el cerco que tenia puesto sobre Castro-Nuño, dexando en él recabdo de gentes é las cosas nesçesarias para proseguir el çerco, se vino á Sevilla donde el duque de Medina le hizo hazer no menor reçibimiento que á la reina Doña Isabel avia hecho, é le besó las manos; y el Rey se tuvo por muy servido de la voluntad con quel Duque trabajava por los servir é contentar especialmente, conociendo que no era fingida, pues que en el ausencia dellos lo hizo siempre é hazia mejor. Y estuvo el rey en Sevilla algunos dias en el qual tienpo la Reina se hizo preñada de que ansi los Reyes como todos los del reyno tuvieron mucho plazer, porque no tenian otro hijo ni hija, salvó á la prin

çesa Doña Isabel, que era de edad de siete años, y en aquellos siete años no se avia enpreñado la Reina hasta agora.

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Porque el Duque deseava é buscava todas las formas á él posibles como sirviese al Rey é á la Reina é les diese plazer, suplicóles que se fuesen á holgar á Sanlucar; é como la Reina, desease ver la mar, que nunca la avia visto, é por hazer plazer al Duque partieron el Rey é la Reina en el mes de Otubre deste año al principio dél, é vinieron por el rio en barcos hasta Sanlúcar; é la gente de la guar+ da é de la casa vinieron por tierra, y el duque de Medina tenia aparejado en la su villa de Sanlucar reçibimiento, tal qual convenia á tan grandes principes é señores; é como era en el mes de Otubre, que es el tienpo de la vendeja ó feria, avia casi çien naos en el puerto de Sanlucar, é galeras é navios de remos, caravelas é otros navios redondos. E de Sanlucar salieron por la mar á recibir al Rey é á la Reina con muchas tronpetas, atabales é ministriles altos, é dispararon dos vezes la artilleria, é con los bar cos entoldados llegaron á la playa de Sanlucar, donde trezientos pasos dentro de la mar tenian hecha una puente de madera sobre toneles, sobre los quales estavan tendidos tapetes é paños de seda, é la Reina y el Rey salieron de la galera en la puente que le estava hecha, por la qual saltaron en tierra, donde estava mucha gente del pueblo é del estado del Duque, é sus criados é amigos; y estarian juntos, dos mill de cavallo, tan bien adereçados que era maravilla, los quales al tienpo que llegó la Reina començaron una escaramuça, cosa muy de ver, y el Duque los aposentó en la fortaleza nueva quél avia fecho, é los dias que alli estuvieron les hizo grandes vanquetes, ansi á los Reyes como al almirante Don Alonso Henrriquez y á su hermano Don Henrrique Henrriquez y al cardenal Don Pero Gonçales de Mendoça, é Don Pero Fernandez de

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