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Henrrique de Guzman, conde de Niebla; Don Ruy Lopez de Avalos, condestable de Castilla; Diego Hernandez de Córdova, é Pero García de Herrera, mariscales del Rey; Diego de Sandoval, mariscal del Infante; Garçi Fernandez Manrrique, Cárlos de Arellano, Don Garcia Fernandez de Villagarcía, comendador mayor de Castilla; Don Lorenço Suarez, comendador mayor de Leon é otros.

En el ala derecha de la batalla del conde de Niebla iban Don Alonso Enrriquez, almirante de Castilla é Juan de Velasco, camarero mayor del Rey, con las gentes de sus casas é hasta mill onbres de pié.

En el ala izquierda iba Gomez Manrrique, adelantado de Castilla, é sus gentes é mill onbres de pié.

En la retaguarda iba el infante Don Hernando con sus pendones é los mançebos de su casa, é con mill lanças de onbres darmas. En el ala de la mano derecha del Infante iba el obispo de Palencia, é don Alvar Perez de Guzman, alguazil mayor de Sevilla, Pero Nuñez de Guzman, copero mayor del Infante, Ramir Nuñez de Guzman, señor de la casa de Toral, Pedro de Guzman, merino de las behetrías; Alonso Tenorio, adelantado de Cazorla.

El ala izquierda del infante llevaba Per Afan de Ribera, adelantado del Andaluzia, Diego Hernandez de Quiñones, Alvaro, camarero del infante; Rodrigo de Narvaez, Pero Alonso de Escalante; é llevaban estas alas cada dos mill onbres de pié, é á las espaldas del Infante iba el carruage, é quedavan atrás otros grandes señores que no avian venido. E allegando el sabado sobre Antequera, asentaron el campo con mucha órden; é porque les pares. çió que para seguridad dél era nesçesario tener ocupada una gran

gran sierra que está cerca de Antequera, que se llama Rabita, ofrecióse Don Sancho de Rojas, obispo de Palençia, de la ocupar, é fueron con él Diego Hernandez de Quiñones, merino mayor de Asturias, Don Alvar Perez de

Guzman, Juan Hurtado de Mendoça, Alonso Tenorio, adelantado de Caçorla, Pero Garcia de Herrera, mariscal del Rey, Juan Hernandez Pacheco, é otros muchos cavalleros, los quales tomaron la sierra.

Como el Rey de Granada supo quel infante Don Hernando le tenia cercada á Antequera, enbió dos infantes sus hermanos con cinco mill moros de cavallo é ochenta mill peones, los quales asentando su real en una sierra que se llama la Boca del Asna, cerca de Antequera, fueron á enprender de tomar la sierra Rabita que tenia el obispo de Palencia é los otros xpianos; y este dia llegó Diego Lopez de Estúñiga, señor de Béjar, justiçia mayor de Castilla, con dozientos de cavallo, á su costa, por servir á Dios é ganar la indulgencia quel Papa dió á los que viniesen á aquella guerra, que fuesen absueltos á culpa é á pena.

El infante Don Hernando, como supo que los moros querian subir á los xpianos que estavan en la sierra, enbió á socorrellos á Don Pero Ponce de Leon é á los adelantados de Leon é de Castilla, á Cárlos de Arellano é á otros; y estos con los que diximos que estavan en la sierra pelearon con los moros con tanto ánimo é tan buena ventura que aviéndolos desbaratado, mataron este dia quinze mill moros é les saquearon los reales, é de los xpianos no murieron mas de ciento é veinte.

Hernan Rodriguez de Monrroy, señor de Belvis, á quien el Infante avia mandado fuese á Sevilla á mandar que se hiziesen las bastidas, é para hazerlas traer, puso tanta diligencia en ello que se hizieron con suma brevedad. E queriéndolas sacar por la puerta de Xerez en Sevilla, no cupieron por la demasiada grandeza que tenian; por lo qual fue nesçesario que con liçencia del Infante se ronpiese el muro para sacarlas; é hallóse que dende tiende Jullio Cesar que pobló é cercó aquella cibdad de Se

po

villa hasta este dia, nunca se avia ronpido el muro de Sevilla.

Como las bastidas llegaron al real, no se pudieron llegar cerca del muro sin primero çegar una cava que alli avia, y en el çegarla los moros matavan tantos pxianos con saetas é piedras que uvieron de dexar la obra. Como el Infante vió que poco fruto se sacaria de la bastida, si no llegase al muro, é que no se podia llegar al muro sin çegarse la cavà, é que no podia çegarse la cava sin daño de los xpianos, é que los xpianos no osavan llegar por el temor de la muerte, apeóse el Infante del cavallo, é tomando un pavés é una espuerta con tierra, fuéla á echar en la cava diziendo: «ea cavalleros, mirad quien sois é á la onrra de España, hazed todo lo que yo hago :» Fue tanto el ánimo que cobraron los xpianos en ver este buen ánimo y enxemplo del Infante, su capitan general, que dende los mayores y medianos hasta los mas pequeños, no se tenia por onbre el que acordándose de la muerte dexase con temor de perder la vida de echar sus espuertas de tierra; y esto fue con tanto ánimo é priesa que la cava se çegó en poco espacio.

Viernes á 27 de Junio deste año mandó el Infante que todos estuviesen aparejados para conbatir á Antequera, toda á la redonda, é repartió los conbatientes en esta manera. Delante de la puerta de la cibdad mandó que conbatiese don Henrrique de Guzman, conde de Niebla, é que llevase su escala, y en pos dél á la puerta de Malaga, conbatiese Juan de Velasco, camarero mayor del Reyé mas adelante el comendador mayor Don Lorenço Suarez de Figueroa, con gente de Don Lope de Mendoça, arçobispo de Santiago, é tras ellos los mariscales Diego Hernandez de Cordova é Pero Garcia de Herrera, y en la torre del Escala conbatiese el condestable Don Ruy Lopez. de Avalos, é á la puerta de la villa el almirante Don Alonso.

TOMO X.

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Henrriquez, y en otras partes otros cavalleros; mas aunque se conbatió la villa no se ganó aquel dia.

CAPITULO DECIMO.

Cómo Don Henrrique, conde de Niebla, é Don Pero Ponce de Leon y el condestable Don Rui Lopez de Avalos y el obispo de Santiago fueron á correr á

Málaga.

En tanto que Antequera estava çercada salieron del real Don Henrrique de Guzman, conde de Niebla; Don Pero Ponce de Leon, señor de Marchena; Don Lope de Mendoça, arçobispo de Santiago; Don Rui Lopez de Avalos, condestable de Castilla; Gomez Manrrique, adelantado de Castilla; Pero Manrrique, adelantado de Leon; Don Lorenço Suarez de Figueroa, comendador mayor de Leon, con dos mill é dozientos onbres de armas, ochoçientos ginetes é tres mill peones, lançeros é ballesteros, é salieron del real viernes onze de Jullio deste año de 1410 para yr á correr á Málaga, é fueron á dar çebada é á comer ribera de un rio que pasa entre Alora é Cartama. E otro dia sabado salieron por corredores Don Henrrique de Guzman, conde de Niebla, é Don Pero Ponce de Leon é Don Lorenço Suarez con los ginetes, é todos los otros cavalleros quedaron con sus batallas ordenadas é pusieron su real esa noche çerca de la villa de Cartama, é quemaronles el arrabal é todo el pan que tenian, é talaronles las viñas, é despues recogieron su gente é fueron su camino de Malaga, por saber del conde de Niebla que era ydo delante, el qual con los cavalleros que ya diximos allegó junto á los arrabales de Malaga; é salieron á ellos todos los mas de los moros de la cibdad y escaramuçaron con los xpianos hasta que vino la noche. E otro dia domingo de mañana, aviendo oydo misa, tornaron sus batallas ordenadas á los almendrales é olivares de Malaga á provo

car los moros que saliesen á la batalla, é salieron de la cibdad hasta quatrocientos moros de cavallo é mucha gente de pie, é trabajaron por les defender la tala de las huertas é viñas que estavan en torno de la villa, é con todo eso el conde de Niebla é los demas les talaron todas las huertas é viñas é pelearon de tal manera con los moros que hizieron mucho daño en ellos é prendieron çien moros é á los demas hizieron entrar por fuerça en la cibdad é pusieron fuego en todo lo que pudieron, é no dexaron cosa fuera de la cibdad que no destruyesen, salvo una casa del Rey de Granada que estava en el campo, que la dexaron con pensamiento que avian de tornar á cercar á Malaga; é de los xpianos murió Hernando de Guzman, hijo de Juan Ramirez de Guzman, natural de Toledo, é pocos peones, aunque fueron muchos heridos.

Otro dia, martes por la mañana, tornaronse estos señores é vinieron delante en dos esquadrones: el conde de Niebla é Don Pero Ponçe de Leon en uno, é en otro el comendador mayor, é unos vinieron por la ribera de la mar é otros por la sierra, los quales hizieron mucho daño en la tierra de los moros, é tornaronse al real del Infante que tenia sobre Antequera.

Çayde Alemin (1) vino al Infante por parte del Rey de Granada para que le diese treguas; y estando en el real concertó con algunos moros de los cativos que estavan en el campo del Infante, que para çierto dia é ora pusiesen fuego de alquitran con unas bayetas que les dió, al real, é quél haria ciertos hechizos con que avria tan

(4) Cayde, asi escrito, parece estar por arábigo bastante comun, y Alemin por

Zayd ó Zeyd, nombre

alamin, que tanto vale

como «< hombre de confianza, fiel, veedor de obras, &c.» Pero de ser así, estaria mejor dicho Cayde el alamin. Algunas veces 6 Seyd que es «señor,» se encuentra tambien escrito Cayd y Cayde.

Sid.

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