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comarcas de Aragon fué militar, como nacido en campaña, hasta que nombrado su primer Rey entre el estrépito de las armas, juró los Fueros hechos de antemano y se dió con esto principio á la verdadera constitucion política del reino: Que los Fueros confirmados en San Juan de la Peña, no contenian la completa organizacion política del reino, sino los gérmenes cuyo desarrollo se encomendaba al tiempo y á las necesidades del país, conforme fuesen surgiendo (1): Que la Monarquía de Sobrarbe fué aristocrática y áun oligárquica en su orígen, y su calidad de electiva, que conservó en mayor o menor grado hasta la reconquista de Zaragoza y que nunca perdió del todo, realzaba más y más este aristocratismo, mientras los próceres del reino, los fundadores de aquel Estado preponderaron por su influencia en semejante órden de cosas: Que en los primeros pasos ya de su verdadera.organizacion política, comenzóse á neutralizar la prepotencia aristocrática, porque la intervencion directa de las Córtes en el gobierno del país, el asiento que en ellas tuvo desde muy antiguo el brazo po

(1) Articulo vi.

pular ó de las universidades, y la influencia que - desde luego alcanzó en aquellas Asambleas, comenzaron á modificar de tal modo estos resabios, que casi fué de todo punto imposible la preponderancia de los ricos hombres en los actos parlamentarios (1): Que en el Privilegio General que les otorgó Pedro II se principió por consignar, que en Aragon ni se habia conocido nunca, ni se conoceria jamás el poder absoluto: Que tras de esta carta magna vinieron poco despues los dos célebres Privilegios de la Union, en donde los diques puestos á la autoridad Real, se llevaron hasta el punto de renovar los pactos constitutivos de su Corona electiva, declarando nuevamente que procedia en los casos de contrafuero el destronamiento del Monarca, y proclamando como derecho público el de la insurreccion popular (2): Que los Privilegios de la Union, cuya iniciativa se ejercitó casi exclusivamente por los ricos hombres, fueron un recurso de que estos se aprovecharon, para ir sosteniendo algun tiempo más sus prerogativas de clase; y donde la no

(1) Articulo 11.
(2) Artículo IV.

bleza de Aragon tropezó con el término de sus instintós oligárquicos, fué bajo Pedro IV, época memorable de nuestra historia, en que abolida la Union pasaron al Justiciazgo todas las garantías, todas las tiranías políticas que sus dos Privilegios contenian. Esta institucion despojó á la aristocracia aragonesa de su gran poder; y robusteciéndose con una jurisdiccion omnimoda y absoluta, pudo traer a buen concierto (en beneficio del reino) las grandes prerogatiras con que venia luchando la Corona y la rica hombría en daño del procomum. DE AQUÍ ARRANCÓ LA VERDADERA ÉPOCA DE LA LIBERTAD PARA EL REINO ARAGONÉS; y de esta era de regeneracion politica, datan los esfuerzos con que los magnates procuraron rehacer su desmedrada prepotencia dando arraigo á sus señoríos, no al apoyo de ninguna ley, sino merced á los abusos que hizo fáciles el espíritu feudal, que se venía infiltrando en todas las naciones de Europa (1).

Hemos recordado los puntos fundamentales de la respetable opinion del Sr. Lasala, para que se vea, cómo hemos venido coincidiendo

(1) Artículo 1.

en lo que la historia nos muestra de verdad y la imparcialidad nos aconseja al apreciar los rasgos más característicos de nuestra vida nacional.

Pero el historiador, que á nuestro juicio se ha ocupado con mayor elevacion de pensamientos, del reinado de D. Pedro IV y de la Union aragonesa, es D. Emilio Castelar. Sus cuatro artículos publicados en La América, é incluidos en los Estudios históricos ó sobre la Edad Media, son un trabajo que merece ser consultado, porque en él se despoja su autor de la influencia de sus convicciones políticas, y rinde el merecido culto á hombres y á épocas célebres, por más que se llamen Monarcas y Monarquías. Echando una rápida ojeada sobre el estado social de Europa y de España en el siglo XIV, proclama que el feudalismò iba de vencida, y la Monarquía comenzaba á eclipsar todas las instituciones. A su juicio, las Cruzadas abrieron una brecha inmensa en las murallas de la nobleza; el municipio habia puesto su torre al nivel del castillo feudal; frente á frente del mesnadero se alzaba el soldado municipal; junto al derecho señorial la carta puebla; los gremios comenzaban á eman

cipar la propiedad, y á la cabeza de este movimiento formidable, caminaba el Rey, unas veces batiéndose cuerpo á cuerpo con los nobles, y otras aguzando sigilosamente sus armas para descabezar el feudalismo. El Rey en aquellas edades era el gran innovador. A su brazo habia encomendado Dios la destruccion del feudalismo y la maravillosa obra de dar unidad, cohesion y fuerza á las diversas nacionalidades, fraccionadas por extrañas irrupciones. Gran aliento era menester para esta obra, pero el Sr. Castelar confiesa que los Reyes la llevaron á cabo con gloria y perseverancia.

Reconociendo en Aragon un país eminentemente aristocrático, más todavía que Castilla, cree, sin embargo, que no era tan monárquico, porque la libertad que existia con más o menos fuerza en las costumbres, aspiraba á convertirse en ley, y ley era el Privilegio General, Constitucion más antigua y liberal que la Carta magna de Inglaterra. La aristocracia entónces rayó en sus pretensiones tan alto, que amenazaba convertir en siervo al Rey, y al gobierno monárquico en oligarquía. Contenidas las pretensiones políticas dentro de sus justos límites, produjeron el Privilegio General; desbordadas, de

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