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extraian aceytes para su pais y otras partes de levante con especialidad despues de verificada la conquista; pues hasta mediado el siglo XIII era el aceyte uno de los géneros que se traian del Egipto á nuestros puertos del Mediterráneo. Tambien transportaban á Sevilla trigos y harinas de otras tierras, por medio de un tráfico de economía, y freqüentaban los demas puertos de los reynos de Murcia, Granada y Sevilla sin desconocer los de Galicia y costa del mar cantábrico (1). 50. Continuó Don Alonso con empeño despues de la muerte de su padre los preparativos de la guerra de África, , procurando introducir la desunion entre los príncipes de aquel pais, ya hostilizando á unos, ya estableciendo alianzas con otros, ya renovando las antiguas con el rey moro de Granada, solicitando al mismo tiempo que el papa Inocencio IV aprobase la confederacion con estos príncipes infieles : confirmacion que obtuvo muy pronto con otras órdenes que sucesivamente se expidiéron, para que le auxiliasen las iglesias de España con la tercera parte de las rentas decimales, para que siguiesen el exército algunos varones religiosos, y para que los superiores de las órdenes en Castilla y Navarra exôrtasen á los pueblos á seguir las banderas de la cruz, prometiendo de parte de Dios á los que fuesen á esta empresa ó contribuyesen para ella con su hacienda su hacienda el perdon de sus peca

respecto á que Don Sancho IV les repitió esta gracia mandando en 25 de Agosto de 1 284 que hiciesen su barrio nacional, dándoles á este fin libres de todo derecho y con todas sus pertenencias las casas que fueron de Pedro Bonifaz con todas sus tiendas que son en cabo de la rua de Francos, é tienen fasta la plazuela de Santa María, do venden la fruta; y que allí pudiesen establecer lonja y horno, y vender y comprar paños por mayor y por menor como lo hacian los genoveses: que las quejas contra los catalanes se demandasen ante su cónsul; y que no fuesen prendados por deudas salvo si eran deudores principales ó fiadores. En 14 de Febrero de 1282 declaró el rey Don Alonso que todas las franquezas que dió á los genoveses las gozasen tambien los mercaderes catalanes que llevasen por tierra á Sevilla sus mercaderías habiendo pagado ya en los puertos los derechos establecidos. Y en 15 de Noviembre del mismo año concedió á los catalanes y demas vasallos del rey de Aragon y de Mallorca que traxesen á Sevilla y otros lugares de sus reynos pan, trigo, cebada y otros granos, vendiéndolos salvos y seguros, y pudiendo sacar su importe en géneros no prohibidos; todo con exêncion de derechos por tres años. Estos privilegios los confirmó Don Sancho IV en el de 1284. Véase la colec. diplom. de Capmany en el tom. II de sus Mem. de Barc. núms. XX, XXII, XXIII, XXIV y XXV.

(1) Capmany, Mem. de Barc. tom. I, part. 2, lib. 1, cap. 6, y cap. 2, nota 11, pág. 44.

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dos; y para mayor estímulo tomó Don Alonso públicamente la cruz con la solemnidad de los demas cruzados , y recibió por y ello los parabienes del mismo pontífice (1). Entre tanto se aprestaba con actividad la armada, cuyas naves se habian comenzado á construir en Vizcaya, y para custodiar las que ya habia en Sevilla se fabricáron allí las famosas atarazanas dotándolas con gran número de oficiales francos de todos pechos, y asignando á su jurisdiccion todos los montes de aquellas comarcas que producian árboles propios para la construccion de los baxeles. Instituyó ademas Don Alonso una armada perpetua de diez galeras, que habian de mantener sus respectivos cómitres ó capitanes de mar y guerra mediante los pactos y conciertos que recíprocamente estableciéron; bien que por haberse perdido sobre Algecíras en 1278 toda esta armada fué preciso en adelante que los reyes reyes la mantuviesen á sus propias expensas (2). Con tal solicitud procuraba el rey cumplir las ideas y llevar adelante los proyectos de su padre, quando los sinsabores domésticos y las discordias con su suegro el rey Don Jayme de Aragon le apartáron de aquel propósito y desconcertáron sus planes (3). Pero como estuviese anteriormente comprometido para ir á la tierra santa, y cooperar á su conquista por voto solemne que hizo al saber el desgraciado éxîto de la primera expedicion o cruzada de San Luis, requeríanle y amonestábanle con freqüencia los papas á su cumplimiento desde que viéron frustrada la jornada de África; y`no pudiendo Don Alonso abandonar su reyno en circunstancias tan críticas y apuradas, substituyó por su persona á su primo-hermano Don Fernan Perez Ponce , que sirvió en la tierra santa, probablemente con gente pagada por el rey, desde fines de 1255, ó principios del siguiente, hasta los años de 1273, en que comienza á sonar su nombre confirmando algunos instrumentos públicos (4). Para satisfacer mas su compromiso y cumplir aque

(1) Mondéjar, Mems. de Don Alonso el Sabio, lib. II, caps. 8 y 20.

(2) Ortiz de Zúñiga, Anal. lib. II, año 1252, §§. 37 y 38. Mondéjar, en los mismos capitulos.

(3) Mondéjar, lib. II, cap. 20, §. 6.

(4) Ortiz de Zúñiga, Anal. lib. II, año 1260, S. 5, y año 1274, §. 2. Mondé`jar, lib. II, cap. 37. Ferréras, Sinopsis hist. part. VI, año 1250, S. 2.

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lla obligacion, instituyó Don Alonso por los años de 1260 la nueva dignidad de Adelantado mayor de la mar, que confirió á Don Juan García de Villamayor, su mayordomo principal, manifestando en el privilegio, que lo hacia por el deseo de llevar adelante el hecho de la cruzada de ultramar al servicio de Dios, exâltamiento de la cristiandad y provecho suyo y de sus dominios (1). Y tal vez con el mismo objeto y el de fomentar su marina, creó en el año de 1273 la órden militar de Santa María de España, cuyo instituto segun manifestó á la Academia en una disertacion su individuo de número el Señor Don Juan Perez Villamil, parece haber sido peculiar para los hechos de mar o expediciones navales, así como el de las otras órdenes militares lo era para pelear en tierra contra los enemigos de la religion y de la patria (2). Por lo demas es cierto que en ninguno de los reynados anteriores hubo mayor trato y comunicacion entre los españoles y los habitantes de los otros reynos de Europa. Las conexîones y parentesco del rey de Castilla con el emperador de Constantinopla, con los reyes de Francia de Dinamarca, de Hungría, de Sicilia y de Bohemia, y con el príncipe Eduardo de Inglaterra (3); su eleccion al imperio de Alemania, la fama que le atraia los mensageros del soldan de Egipto con ricos presentes para solicitar su amistad, y otros sucesos no ménos notables proporcionáron que los españoles visitasen entónces todos los paises, y adquiriesen aquella cultura é ilustracion que principiaba á manifestarse en Europa, para disipar la antigua rudeza y barbarie de los pueblos occidentales.

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La decadencia y ruina del imperio de los cristianos en Asia , y el deplorable estado á que los habian reducido á fines de este siglo la imprudencia y la division de sus caudillos, dando márgen á que los mahometanos dilatasen su poder con la victoria y buen éxito de sus armas, exâltáron el ardiente zelo del célebre Raymundo de Lulio, que despues de haber ofrecido á la

(1) Ortiz de Zúñiga, Anal. lib. II, año 1260, §. 5.

y leida por él (2) Esta disertacion escrita por el Señor Don Juan Perez Villamil, en la Académia el 23 de Abril de 1803, se conserva ms. en su Biblioteca. (3) Mondéjar, lib. II, cap. 5.

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santa sede y al colegio de cardenales su Arte general en 1288, y de haber merecido en Paris el aprecio del famoso Escoto y la aprobacion de aquella universidad, volvió á Mompeller y de allí pasó á Génova y á Roma, donde en el año de 1290 propuso al sacro colegio un plan para destruir el paganismo y dilatar la religion católica conquistando la tierra santa, el qual contenia: 1. Que en cada provincia se fundase un colegio donde hombres doctos y zelosos estudiasen su arte general y las lenguas de los paganos para predicarles el evangelio. 2! Que de todas las religiones militares se formase una sola que tuviese por cabeza un príncipe o persona real persona real, y que se ocupase de continuo en guerrear contra los infieles que no aceptasen la predicacion. 3? Que las décimas de la Iglesia, que su Santidad tenia concedidas á los príncipes cristianos, se gastasen en los aprestos de esta guerra hasta que se recuperase la tierra santa de Jerusalen. Propuso ademas que el sumo pontífice prohibiese á los cristianos navegar Egipto para la compra de los aromas y especias; con cuya providencia el soldan quedaria dentro de seis años empobrecido, y los genoveses y catalanes se ingeniarian para ir á buscarlas á Bagdad y á la India en derechura; proyecto que presentó despues en un libro titulado de Fine, escrito en 1305; y que era enteramente conforme con el que en el año siguiente de 1306 manifestó tambien al papa Marino Sanuto, patricio veneciano, despues de haber recorrido como observador la Palestilas islas del Archipiélago y el Egipto. Inflamado con estas ideas partió Lulio para la Armenia, peregrino por la Palestina, pasó á Chipre, atravesó el Egipto, y de allí por tierra caminó á Túnez predicando en todas partes y excitando los ánimos para hacer revivir el espíritu de las primitivas cruzadas, ya muy amortiguado en su tiempo, y contribuir á la que nuevamente meditaba. Vuelto á Roma solicitó de Bonifacio VIII su autoridad para la conversion de los infieles, presentándole con este objeto un tratado que habia concluido en 1296; pero no habiendo lugar su propuesta se retiró á Génova, donde la nobleza le ofreció mucha cantidad de dinero para la conquista de la tierra santa. De allí pasó á Mompeller á verse con el rey Don Jayme

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de Mallorca, de quien ya habia conseguido anteriormente la fundacion de un seminario en aquella isla para la enseñanza de la lengua arábiga : volvió á Paris y obtuvo de Felipe el hermoso largos ofrecimientos para su proyectada expedicion, sobre lo qual despachó este rey un embaxador al papa. Con el mismo empeño y diligencia vino á España, y habiéndole oido los soberanos de Castilla y Aragon, enviáron tambien sus embaxadas al sumo pontífice con iguales ofrecimientos; pero todo se desvaneció por la dificultad de concertarse entre sí aquellos príncipes. Lulio sin embargo inflexîble á todos los contratiempos peroró en público consistorio sobre la obligacion de recuperar los santos lugares, pintó la miseria que ya padecian los cristianos de Armenia anunció y > si se retardaba el socorro, en breves que dias se veria la Grecia presa y esclava de los turcos como en efecto sucedió. Ni el retiro ni la ocupacion de escribir varios tratados podian entibiar su zelo ni apartarle de su propósito. Marchó nuevamente al África, y en Bona en Túnez y en Bugía predicó el Evangelio con algun fruto, pero con mayores trabajos. Restituido á Roma insistió en su proyecto favorito, y desesperanzado de efectuarle salió para España y poco despues marchó á Paris, donde el rey de Francia le prometió entre otras cosas dexaria encargado en su testamento á los que le sucedieran que acordando con la santa sede la conquista general de las provincias infieles promoviesen eficazmente su execucion. Celebrábase por aquel tiempo un concilio general en Viena; y aprovechándose Lulio de esta oportunidad presentó en él su plan para la empresa de una nueva cruzada y para el establecimiento de escuelas en toda la cristiandad con el objeto de enseñar en ellas las lenguas de los infieles; y logró que el concilio determinase á persuasion suya, que en las universidades de Roma, Paris, Bolonia y Salamanca se fundasen cátedras de las lenguas hebrea, arábiga y caldea. Satisfecho con esto volvió á Mallorca y de allí emprendió nuevo viage á Egipto, y por la costa del mar á Jerusalen, adonde llegó cerca del año 1314; y continuó su peregrinacion por la Armenia, la Siria, la Bohemia y la costa de Bretaña hasta parar en Inglaterra. Volvió otra vez á España, visitó

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