Poetas líricos de los siglos XVI y XVII, Volumen32Adolfo de Castro M. Rivadeneyra, 1872 - 553 páginas |
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... buscar mas de trecientos , Con tal desorden Bara ensañados , Que beber casi se querian los vientos ; Su lanza echa en el ristre sin cuidados De ver venir á tantos tan hambrientos ; Parte firme en la silla el caballero , Y se aparta á ...
... buscar mas de trecientos , Con tal desorden Bara ensañados , Que beber casi se querian los vientos ; Su lanza echa en el ristre sin cuidados De ver venir á tantos tan hambrientos ; Parte firme en la silla el caballero , Y se aparta á ...
Página xvi
... buscar por las unas los laureles de Marte , ya para conseguir por las otras los laureles de Apolo . Asistió primeramente en las guerras de Italia , no sé si como capitan ó como soldado , ó si con fortuna próspera ó con fortuna adversa ...
... buscar por las unas los laureles de Marte , ya para conseguir por las otras los laureles de Apolo . Asistió primeramente en las guerras de Italia , no sé si como capitan ó como soldado , ó si con fortuna próspera ó con fortuna adversa ...
Página xviii
... buscar la melancólica dicha que ofre- cen los recuerdos de lejanas infelicidades para mitigar los tormentos de las que nos oprimen . Extranjero en su patria , Sevilla no era la Sevilla de su juventud ; los recuerdos de sus amores se ...
... buscar la melancólica dicha que ofre- cen los recuerdos de lejanas infelicidades para mitigar los tormentos de las que nos oprimen . Extranjero en su patria , Sevilla no era la Sevilla de su juventud ; los recuerdos de sus amores se ...
Página xx
... buscar , y sabido , le advertir de ello ; pero al pre- >> sente me parece que si lo pudiese acabar , os podria enviar el mejor recado conforme à vuestro >> deseo ; que en España hay para mas de lo que me enviais á pedir , porque es ...
... buscar , y sabido , le advertir de ello ; pero al pre- >> sente me parece que si lo pudiese acabar , os podria enviar el mejor recado conforme à vuestro >> deseo ; que en España hay para mas de lo que me enviais á pedir , porque es ...
Página 10
... buscar un lugar donde muriese . Y caminando por do mi ventura Y mis enfermos piés me condujeron , Llegué à un barranco de muy grau altura . Luego mis ojos le reconocieron , Que pende sobre el agua , y su cimiento Las ondas poco a poco ...
... buscar un lugar donde muriese . Y caminando por do mi ventura Y mis enfermos piés me condujeron , Llegué à un barranco de muy grau altura . Luego mis ojos le reconocieron , Que pende sobre el agua , y su cimiento Las ondas poco a poco ...
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Términos y frases comunes
abrasa agora ALBANIO alegre ALETIO alma amor Apolo aquesta ardiente ARGUIJO bella belleza Bétis blando cansado canto céfiro ciego cielo contento contino corazon corona crece CRISTOBAL DE CASTILLEJO cruel cuidado dama daño deja deseo despues dice dichoso digo divino dolor dulce duro engaño enojos envidia esperanza estrellas eterno Faeton FERNANDO DE HERRERA fiero FILENO flores fortuna FRANCISCO DE RIOJA Francisco Pacheco frio fuego fuerza GARCILASO gente gloria habia halla hermosa hermosura Herrera honra huye importuna Júpiter lágrimas leen llanto llorar luciente Lucrecio lumbre mano memoria mira morir muda mudanza muero muerte mundo nieve ninfa noche ojos olvido ondas osadía paso pecho pena pensamiento perdido piélago pluma porfia pura queda quejas quiero rayos razon Sedano serena siento sombra SONETO suelo suerte sulcar suspiros tambien tierno tierra tormento triste vano vencido ventura Vénus verde versos viento vitoria vivo vuelo zampoña
Pasajes populares
Página 35 - En tanto que de rosa y azucena Se muestra la color en vuestro gesto, Y que vuestro mirar ardiente, honesto, Enciende el corazón y lo refrena ; Y en tanto que el cabello, que en la vena Del oro se escogió, con vuelo presto, Por el hermoso cuello blanco enhiesto, El viento mueve, esparce y desordena ; Coged de vuestra alegre primavera El dulce fruto, antes que el tiempo airado Cubra de nieve la hermosa cumbre.
Página 4 - Materia diste al mundo de esperanza de alcanzar lo imposible y no pensado, y de hacer juntar lo diferente, dando a quien diste el corazón malvado, quitándolo de mí con tal mudanza, que siempre sonará de gente en gente. La cordera paciente con el lobo hambriento hará su ayuntamiento, y con las simples aves sin ruido harán las bravas sierpes ya su nido ; que mayor diferencia comprehendo de ti al que has escogido.
Página 306 - CANTEMOS al Señor, que en la llanura venció del ancho mar al Trace fiero. Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, salud y gloria nuestra. Tú rompiste las fuerzas y la dura frente de Faraón, feroz guerrero: sus escogidos príncipes cubrieron los abismos del mar, y descendieron, cual piedra, en el profundo, y tu ira luego los tragó, como arista seca el fuego.
Página 494 - ... y ríase la gente. Cuando cubra las montañas de "plata y nieve el enero tenga yo lleno el brasero de bellotas y castañas, y quien las dulces patrañas del rey que rabió me cuente, y ríase la gente.
Página 387 - ... templo: de todo apenas quedan las señales. Del gimnasio y las termas regaladas leves vuelan cenizas desdichadas; las torres que desprecio al aire fueron a su gran pesadumbre se rindieron.
Página 387 - Romúlea, cuyo clima te será más humano y más sereno. Adonde por lo menos, cuando oprima nuestro cuerpo la tierra, dirá alguno: "blanda le sea...
Página 4 - No hay corazón que baste, aunque fuese de piedra, viendo mi amada hiedra de mí arrancada, en otro muro asida, y mi parra en otro olmo entretejida, que no se esté con llanto deshaciendo hasta acabar la vida.
Página 432 - Mientras por competir con tu cabello oro bruñido al sol relumbra en vano; mientras con menosprecio en medio el llano mira tu blanca frente el lilio bello; mientras a cada labio, por cogello, siguen más ojos que al clavel temprano, y mientras triunfa con desdén lozano del luciente...
Página 6 - Nunca pusieran fin al triste lloro los pastores, ni fueran acabadas las canciones que sólo el monte oía, si mirando las nubes coloradas, al tramontar del sol bordadas de oro, no vieran que era ya pasado el día. La sombra se veía venir corriendo apriesa ya por la falda espesa del altísimo monte, y recordando ambos como de sueño, y acabando el fugitivo sol, de luz escaso, su ganado llevando, se fueron recogiendo paso a paso.
Página 3 - El dulce lamentar de dos pastores, Salicio juntamente y Nemoroso, he de cantar, sus quejas imitando; cuyas ovejas al cantar sabroso estaban muy atentas, los amores, de pacer olvidadas, escuchando.