Poetas líricos de los siglos XVI y XVII, Volumen32Adolfo de Castro M. Rivadeneyra, 1872 - 553 páginas |
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... XVII , COLECCION ORDENADA POR DON ADOLFO DE CASTRO . TOMO PRIMERO . MADRID , M. RIVADENEYRA IMPRESOR - CALLE DEL DUQUE DE OSUNA , 3 . 1872 . EDITOR , PROLOGO . Los poetas líricos españoles de los siglos XVI BIBLIOTECA.
... XVII , COLECCION ORDENADA POR DON ADOLFO DE CASTRO . TOMO PRIMERO . MADRID , M. RIVADENEYRA IMPRESOR - CALLE DEL DUQUE DE OSUNA , 3 . 1872 . EDITOR , PROLOGO . Los poetas líricos españoles de los siglos XVI BIBLIOTECA.
Página xxxi
... calle en que respiró el aura primera de la vida el famoso Mar- cial ( 3 ) . De quince años pasó á estudiar en Salamanca el derecho , al propio tiempo que las ma- temáticas , la música y la esgrima . Su carácter inquieto y su edad ...
... calle en que respiró el aura primera de la vida el famoso Mar- cial ( 3 ) . De quince años pasó á estudiar en Salamanca el derecho , al propio tiempo que las ma- temáticas , la música y la esgrima . Su carácter inquieto y su edad ...
Página 9
... calle ; yo no puedo Mover el paso un dedo sin gran mengua . El tiene de mi lengua el movimiento ; Así que no me siento ser bastante . SALICIO . ¿ Qué te pone delante que te impida El descubrir tu vida al que librarie Del mal alguna ...
... calle ; yo no puedo Mover el paso un dedo sin gran mengua . El tiene de mi lengua el movimiento ; Así que no me siento ser bastante . SALICIO . ¿ Qué te pone delante que te impida El descubrir tu vida al que librarie Del mal alguna ...
Página 47
... calle . > SONETO XXIX . Golfo de mar con gran fortuna airado Se puede comparar la vida mia : Van las ondas do el viento las envia , Y las de mi vivir do quiere el hado . No hallan suelo al golfo , ni hallado Será cabo jamás en mi porfia ...
... calle . > SONETO XXIX . Golfo de mar con gran fortuna airado Se puede comparar la vida mia : Van las ondas do el viento las envia , Y las de mi vivir do quiere el hado . No hallan suelo al golfo , ni hallado Será cabo jamás en mi porfia ...
Página 59
... calle suspirando , O confiada , ó arrepentida luego , O fuera de propósito cantando ? La fealdad no teme el niño ciego , Ni hace ni recibe aquella guerra Que solemos decir á sangre y fuego . De todos va segura por la tierra , No la ...
... calle suspirando , O confiada , ó arrepentida luego , O fuera de propósito cantando ? La fealdad no teme el niño ciego , Ni hace ni recibe aquella guerra Que solemos decir á sangre y fuego . De todos va segura por la tierra , No la ...
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Términos y frases comunes
abrasa agora ALBANIO alegre ALETIO alma amor Apolo aquesta ardiente ARGUIJO bella belleza Bétis blando cansado canto céfiro ciego cielo contento contino corazon corona crece CRISTOBAL DE CASTILLEJO cruel cuidado dama daño deja deseo despues dice dichoso digo divino dolor dulce duro engaño enojos envidia esperanza estrellas eterno Faeton FERNANDO DE HERRERA fiero FILENO flores fortuna FRANCISCO DE RIOJA Francisco Pacheco frio fuego fuerza GARCILASO gente gloria habia halla hermosa hermosura Herrera honra huye importuna Júpiter lágrimas leen llanto llorar luciente Lucrecio lumbre mano memoria mira morir muda mudanza muero muerte mundo nieve ninfa noche ojos olvido ondas osadía paso pecho pena pensamiento perdido piélago pluma porfia pura queda quejas quiero rayos razon Sedano serena siento sombra SONETO suelo suerte sulcar suspiros tambien tierno tierra tormento triste vano vencido ventura Vénus verde versos viento vitoria vivo vuelo zampoña
Pasajes populares
Página 35 - En tanto que de rosa y azucena Se muestra la color en vuestro gesto, Y que vuestro mirar ardiente, honesto, Enciende el corazón y lo refrena ; Y en tanto que el cabello, que en la vena Del oro se escogió, con vuelo presto, Por el hermoso cuello blanco enhiesto, El viento mueve, esparce y desordena ; Coged de vuestra alegre primavera El dulce fruto, antes que el tiempo airado Cubra de nieve la hermosa cumbre.
Página 4 - Materia diste al mundo de esperanza de alcanzar lo imposible y no pensado, y de hacer juntar lo diferente, dando a quien diste el corazón malvado, quitándolo de mí con tal mudanza, que siempre sonará de gente en gente. La cordera paciente con el lobo hambriento hará su ayuntamiento, y con las simples aves sin ruido harán las bravas sierpes ya su nido ; que mayor diferencia comprehendo de ti al que has escogido.
Página 306 - CANTEMOS al Señor, que en la llanura venció del ancho mar al Trace fiero. Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, salud y gloria nuestra. Tú rompiste las fuerzas y la dura frente de Faraón, feroz guerrero: sus escogidos príncipes cubrieron los abismos del mar, y descendieron, cual piedra, en el profundo, y tu ira luego los tragó, como arista seca el fuego.
Página 494 - ... y ríase la gente. Cuando cubra las montañas de "plata y nieve el enero tenga yo lleno el brasero de bellotas y castañas, y quien las dulces patrañas del rey que rabió me cuente, y ríase la gente.
Página 387 - ... templo: de todo apenas quedan las señales. Del gimnasio y las termas regaladas leves vuelan cenizas desdichadas; las torres que desprecio al aire fueron a su gran pesadumbre se rindieron.
Página 387 - Romúlea, cuyo clima te será más humano y más sereno. Adonde por lo menos, cuando oprima nuestro cuerpo la tierra, dirá alguno: "blanda le sea...
Página 4 - No hay corazón que baste, aunque fuese de piedra, viendo mi amada hiedra de mí arrancada, en otro muro asida, y mi parra en otro olmo entretejida, que no se esté con llanto deshaciendo hasta acabar la vida.
Página 432 - Mientras por competir con tu cabello oro bruñido al sol relumbra en vano; mientras con menosprecio en medio el llano mira tu blanca frente el lilio bello; mientras a cada labio, por cogello, siguen más ojos que al clavel temprano, y mientras triunfa con desdén lozano del luciente...
Página 6 - Nunca pusieran fin al triste lloro los pastores, ni fueran acabadas las canciones que sólo el monte oía, si mirando las nubes coloradas, al tramontar del sol bordadas de oro, no vieran que era ya pasado el día. La sombra se veía venir corriendo apriesa ya por la falda espesa del altísimo monte, y recordando ambos como de sueño, y acabando el fugitivo sol, de luz escaso, su ganado llevando, se fueron recogiendo paso a paso.
Página 3 - El dulce lamentar de dos pastores, Salicio juntamente y Nemoroso, he de cantar, sus quejas imitando; cuyas ovejas al cantar sabroso estaban muy atentas, los amores, de pacer olvidadas, escuchando.