Second Spanish Book

Portada
Holt, 1920 - 446 páginas
 

Contenido

I
9
II
16
III
24
IV
32
V
38
VI
46
VII
53
VIII
60
XXI
170
XXII
176
XXIII
184
XXIV
192
XXV
201
XXVI
210
XXVII
217
XXVIII
224

IX
67
X
77
XI
92
XII
100
XIII
110
XIV
117
XV
125
XVI
133
XVII
139
XVIII
147
XIX
155
XX
161

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Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 19 - Poderoso caballero es don Dinero. Madre, yo al oro me humillo: él es mi amante y mi amado, pues de puro enamorado, de contino anda amarillo; que pues, doblón o sencillo, hace todo cuanto quiero,. poderoso caballero es don Dinero. Nace en las Indias honrado, donde el mundo le acompaña, viene a morir en España y es en Genova enterrado; y, pues quien le trae al lado es hermoso, aunque sea fiero, poderoso caballero es don Dinero.
Página 211 - ¡Perla del mar! ¡Estrella de Occidente! ¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo la noche cubre con su opaco velo, como cubre el dolor mi triste frente.
Página 103 - ¿Qué era, decidme, la nación que un [día reina del mundo proclamó el destino, la que a todas las zonas extendía su cetro de oro y su blasón divino?
Página 70 - Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón de su profundo sueño tal vez despertará; pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido.
Página 134 - ¡Mientras el mundo aliente, mientras la esfera gire, mientras la onda cordial alimente un ensueño, mientras haya una viva pasión, un noble empeño, un buscado imposible, una imposible hazaña, una América oculta que hallar, vivirá España!
Página 268 - Ve a rezar, hija mía. Ya es la hora de la conciencia y del pensar profundo : cesó el trabajo afanador, y al mundo la sombra va a colgar su pabellón.
Página 70 - Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán ; pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres, ésas... ¡no volverán!
Página 94 - HORAS de pesadumbre y de tristeza paso en mi soledad. Pero Cervantes es buen amigo. Endulza mis instantes ásperos, y reposa mi cabeza Él es la vida y la naturaleza, regala un yelmo de oros y diamantes a mis sueños errantes. Es para mí: suspira, ríe y reza. Cristiano y amoroso caballero parla como un arroyo cristalino. ¡Así le admiro y quiero, viendo cómo el destino hace que regocije al mundo entero la tristeza inmortal de ser divino!
Página 70 - Pero aquellas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, aquellas que aprendieron nuestros nombres, ¡ésas... no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde aún más hermosas sus flores se abrirán. Pero aquellas, cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día...
Página 177 - Ciña, ¡oh patria! tus sienes de oliva de la paz el arcángel divino, que en el cielo tu eterno destino por el dedo de Dios se escribió.

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