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tan desemejable cantidad y con tan desigualte la aficion á los periódicos literarios; pero éxito que seria demasiado largo y demasia- siendo poco notables en general, ya por su do poco lucido trabajo el relacionarlos uno á uno.

desigualdad, ya sobre todo por su corta duracion, nos limitaremos á decir que Barcelona Entre los literarios citaremos como muy tuvo su escelente Museo de familias, calcado notables el Ateneo, que fué uno de los prime- sobre los buenos periódicos franceses y su Alros; el Artista, cuyo carácter romántico y be-bum pintoresco universal, que se publicó lleza tipográfica le dieron una celebridad me- semanalmente desde junio de 1841 con la corecida; el Museo literario, de don Eugenio laboracion de los señores Madrazo, Ochoa, PiTapia, que publicó algunas producciones raras dal, Escosura y Segovia, llegando á componer de nuestra literatura; el Criticon, del cual tres abultados tomos; Granada tuvo la Alhamsolo llegó á publicar cinco preciosos cuadernos bra, honrada principalmente con algunos arel erudito humanista don Bartolomé José Ga- ticulos de Burgos: Valencia el Fénix, dirigido llardo; el Boletin de jurisprudencia y legisla- con elegancia y acierto por don Rafael Carvacion, fundado por don Juan Bravo Murillo; el jal, y la Esmeralda, en que trabajaba don No me olvides, periódico de sabor romántico, Agustin Mendia; Zaragoza la Aurora en que se dirigido con gusto por Salas y Quiroga; el Ob- publicaron algunas obras inéditas, y el Suspiservatorio pintoresco, el Panorama y el Si-ro, al que acompañaban láminas litografiadas y glo XIX, que participaban mucho del mismo cromo-litografiadas.

gusto, aunque el segundo, mas desaliñado es- En cuanto a los periódicos políticos de teriormente, llegó á ser algun tanto mas pro- nuestra época, citaremos el Boletin de comerfundo; el Liceo artistico y literario de Ma-cio, que ya se daba á luz en 1832 y se condrid, eco de esta lucida reunion; la Revista virtió despues en Eco del comercio, contando de Madrid, periódico el mas formal de cuan- larga y trabajosa vida; el Observador, publitos hemos mencionado, el cual empezó su pu- cado en 1834 con la poderosa cooperacion de blicacion en junio de 1838 y tuvo por redac- Galiano; el Mensagero de las cortes del mistores á los mas ilustres literatos, como Galiano, mo año, que se unió á la Revista española, Lista, Pidal, Martinez de la Rosa, Donoso, que periódico dedicado á María Cristina de Borbon; fué algun tiempo su director, Vallgornera, la Abeja, en que tomaron parte algunos bueMorales, Santisteban, Gil, Vega, etc.; la Revis- nos ingenios, entre ellos Olivan y Quinto; el ta militar, que dirigia con raras dotes don Porvenir, escrito por Donoso, Bravo Murillo, Evaristo San Miguel; el Iris, publicado acerta-Lopez Pelegrin, etc., con espíritu represivo: el damente por don Salvador Bermudez de Castro; Piloto, en el cual escribieron los mismos y la Revista de teatros, en que tomaban parte Galiano; el Pensamiento de la nacion, esto es, literatos de buena nota; la Revista de España el de Balmes; el Correo nacional; la españa, y del estrangero, publicada á conciencia por el Espectador, el Labriego, el Globo, el Munlos señores Gonzalo Moron y Carbonell; el Se-do, el Tiempo, el inmenso Español, y sobre manario pintoresco, que nacido en 1836 ba- todo el Fray Gerundio, que tanto popularizó jo la tutela de Mesonero Romanos, existe to- la política, y el nombre de su, entonces jovial davía considerablemente mejorado en la parte y ahora grave y detenido autor, y el Univerartística; la Revista de Europa, que vivió po- sal, meteoro luminoso y cometa de larga cola, co; el Museo de las Familias, debido á la in-pero de breve aparición. Hoy descuellan la cansable diligencia de su entendido director Nacion, que no titubearemos en colocar á la señor Mellado; la Revista literaria del Espa-cabeza, y el Tribuno, la España, el Clamor, ñol, encomendada á Hartzembusch y tan po- la Esperanza, la Epoca, el Diario Español, bremente impresa como escelentemente diri-las Novedades, la Actualidad, de Barcelogida; el Siglo pintoresco, enriquecido con es-na, etc., que colocamos confundidos y que no celentes grabados; y lo que era mejor, con son los únicos en la arena periodistica, raras algunos documentos inéditos de nuestra lite- veces poblada de tan apuestos paladines, pero ratura, la Ilustracion, periódico pintoresco, di- raras sujeta á tan estrechas leyes de torneo. rigido por don Angel Fernandez de los Rios, y Si examinamos el estado que tiene hoy la la Revista Española de Ambos Mundos, que prensa, observaremos que su poder é influencontiene escelentes articulos suscritos por los cia se han estendido maravillosamente, y que primeros literatos, á los cuales pueden aña-se ha corregido casi por completo la superfidirse algunos mas, no ya literarios sino de in- cialidad declamadora que tuvo en algun tiemterés material, como El amigo del pais, por la po su parte fundamental de redaccion. En lo sociedad económica matritense; el Semanario demas, todos los ramos del saber, todas las industrial, la Revista de agricultura y otros corporaciones de algun movimiento, todos los á este talle; siendo tal el número de periódi-partidos politicos, todos los gobiernos, todas cos actuales, que sino nos es infiel la memoria, se contaban en la córte cuarenta y ocho literarios el año 1850, no pasando en París de cincuenta y siete.

En nuestras provincias cundió notablemen

las localidades, todos los sistemas, todas las utopias, tienen hoy su eco ó sus ecos en la prensa: todas las minucias de la vida de un pueblo tienen en ella su historia: nada hay reIservado de lo que se piensa ó se ejecuta en el

se yergue en las macetas de la multitud, ni tiene jugo medicinal, ni existe sino para si misma. Hablamos del periódico político, boa que

mundo politico y literario: la época de los brahmanes indios y de los sacerdotes egipcios, está vengada por el periodismo hasta la mas lujosa saciedad: nunca pudo ocurrir á Guttem-atrae á su garganta todas esas avecillas literaberg ni á Sallo que sus invenciones habian de rias que pian en el campo, esposicion univerllevar la publicidad hasta el estremo de parti- sal de productos de todo género, y enciclopecipárnoslo todo, desde las elucubraciones mas dia viva del siglo XIX. La politica, la adminissecretas de un monarca hasta la reseña del ra- tracion, la estadística, la serie de descubritero que escamotea, del caballo que atropella, mientos que se hacen en las ciencias, la de la casa que se hunde, de la muger que se biografía, la crítica literaria, los sistemas cien fuga, del amante que se engaña, del ruido que tificos y socialistas, la jurisprudencia, la elose oye, del tiro que se escapa, de los latidos cuencia parlamentaria, la forense, la académique le da á cada uno el corazon. Y no para ca, la sagrada, y la crítica de estas elocuenaqui el interés microscópico de los diarios: ya cias, todo tiene cabida en el periódico. Pero no son los cuerpos de redaccion los únicos que sobre todo¡ la historia! ¿Qué anales pueden trabajan para que los demas recojamos; ahora compararse en minuciosidad? ¿qué Bossuet, somos por el contrario, periodistas (y sin sa- Voltaire ó Montesquieu pueden igualar la filoberlo, como el personage de Moliere) todos los sofia, esto es, el comentario con que se vá piantes y mamantes: ya no hablamos con nues- razonando sobre el suceso de cada dia, hasta tros amigos, por poco importantes que sea-hacerlo trasparente por muy oscuro que pamos, sino con el paciente público que pasa rezca? ¿En dónde hallaremos, sino en esas copor escucharnos y por escucharse á sí mismo.lecciones, carga de muchos elefantes, la pinNo en España, en donde los diarios de avisos tura daguerreotipica de nuestra época, con sus solo anuncian ventas, hallazgos y servicios, y hábitos, sus deseos, sus necesidades, sus preolos demas periódicos novedades científicas y cupaciones, su moralidad, sus diversiones, su literarias, y esto con mas escasez que en la industria, sus genialidades y su literatura. Y no muy pródiga Francia; sino en Inglaterra y desde que tenemos periódicos políticos, liteEstados Unidos en donde todas las necesida- rarios, cientificos, religiosos, artísticos, hodes individuales se satisfacen por medio del meopáticos, frenológicos y de todas especies periódico y todos los secretos se comunican ¿qué hay que no pueda aprenderse á poder del amistosamente con el universo, verificándose periodismo? ¿Y qué saben muchos que aparecon esto una especie de tácito é inofensivo co- cen saber mucho, sino lo que han bebido en munismo. Pero todavía es mas estremada la esa fuente viva y perenne de aguas potables y Alemania en este comercio de sentimientos con estimulantes? Ahora sobre todo, ni aun el liel público: esta novísima fraternidad patriarcal bro se escapa á la absorcion del periódico, que no conocieron ni los héroes de los poe- pues ó lo chupa este en sus avaras columnas, mas bucólicos, toca alli la meta de la perfec-ó lo reata en volúmenes, formándose asi bicion; y la severa Germania es la que hace pun-bliotecas sucursales del periódico, en donde se ta en todo género de puerilidades de esta la- admiran al lado de los bocetos políticos diaya: alli se dan citas sin reserva, se hacen de- rios, los toques delicados de la novela, los rasclaraciones de amor, se ofrecen manos y do-gos cuidadosamente descuidados de las memotes (por ambas partes), se producen quejas y rias, los severos estudios filosóficos, y las padisculpas, se siguen las intrigas y las corres- rásitas colecciones de poesias. pondencias de amor, se hace tercero incorruptible al bondadoso público de todo cuanto nos afecta en el interés ó en el amor propio.

Lo que un periódico contiene, y por consiguiente lo que enseña, es cosa verdaderamente estraordinaria. No hablamos del periódico literario que, si bien discute de omni scibili, y tiene hoja abierta para todo punto literario ó científico, y contribuye a tratar las cosas al pormenor, tomando hoy un miembro, mañana otro, y lleva la crónica de los teatros, y alguna vez la bibliográfica, y publica el Cancionero contemporáneo, esto es, la multitud de poesias indisciplinadas de nuestros vates, y reduce á tipos las costumbres de nuestro siglo, y de tiempo en tiempo estampa articulos altamente doctrinales, es, sin embargo, á lo menos en España, y desde luego en el dia de la fecha, una planta pobre y casi exótica, inodora y casi incolora que vive en un invernadero para el capricho de unos pocos, que no 1968 BIBLIOTECA POPULAR,

Los periódicos, pues, con todos sus defectos, con toda su somera indole, nos dan hecho el inventario de cuanto es preciso para conocer todo el secreto de nuestro siglo por medio de los numerosos datos que ofrecen, puede formar cada cual la sintesis que quiera, pero probablemente la posteridad formará una sintesis general, una fórmula fija, que imponga á nuestra época el sello verdadero de su carácter.

Tiene de bueno y aun de escelente el periódico, la ventaja inapreciable de ser el libro del pueblo. En España no habia, ni puede decirse que hay, cultura intelectual, y prescindiendo de si es necesario en general que la haya pues no queremos negar á los defensores del embrutecimiento popular, sus teorías particulares que no les envidiamos), ello es lo cierto que para entrar pacificamente en las prácticas de un gobierno representativo, y aun para no merecer el desprecio con que bajo este aspecto T. xxx. 3

se nos trata, conviene á nuestra felicidad y á | nuestra sociedad, que se ha hecho tan grande nuestro decoro, que el pueblo sepa leer y ten-y universal como la misma inteligencia; que ga un placer en la lectura: sentado esto, la ha llegado á obra de arte y aun á levantada mas á propósito para él, aunque ocasionada de produccion de ingenio, merced al muy grande otro lado á tal cual desvarío, es la del periódi- de los Brougham, Palmerston, Thiers, Chateauco, obra contínua, de interés universal y va- briand y Lamennais; que es en fin una especie rio, de fácil digestion y de suficiente suco para de literatura viva, espontánea, agitadora, inel pais. Todo el bien que el teatro reporta so- filtrada en la sociedad hasta la médula de sus bre los demas ramos de la poesía, toda la uti-huesos. Concedamos lo que tiene de efímero y lidad que tiene la moderna novela histórica sobre los otros géneros literarios, toda la tiene el periódico para el pueblo sobre cualquiera otra especie de publicaciones.

aun de incorrecto; pero en cuanto á su alcurnia ¿qué institucion ó que grande hecho no la tienen bien humilde, ya nos refiramos á la gran república romana fundada por dos bandidos de torpe nacimiento y crianza, ya á nuestra divina regilion que en lo humano se debió al modesto hijo de un menestral secundado por gentes de oscuro linage? Y en literatura sobre todo & qué fué la tragedia sino el garrulo desahogo de una multitud desenfrenada y ébria? ¿qué la epopeya homérica sino la inspiracion individual de un astroso é indocto hombre del pueblo? ¿qué la comedia sino la repugnante é inverosímil obra mímica ó los plebeyos juegos de escarnio? ¿qué la novela sino la doméstica leyenda de los viejos y los niños, parecida en todo á los absurdos cuentos con que nosotros mismos hemos sido arrulla

Nada decimos de las reglas literarias á que debe obedecer el periodismo. El literario no las tiene especiales: el político considerado en su perfección, debiera tener una prohibicion absoluta para ofender á las personas, y una libertad tambien absoluta para hablar de las cosas. Habia si de encerrarse dentro del círculo decoroso en que se desenvuelven las discusiones entre caballeros de buena educacion; habia de ostentar mas fuerza de razonamiento que de declamaciones, aunque la elocuencia periódica deba ser siempre de mas resalte que la académica, y ejecutada con rasgos mas sueltos como dedicada á la multitud: habia de tener gran precaucion en no abigarrar su con-llados ó estremecidos por nuestras nodrizas? junto con retazos indiscretamente zurcidos, y habia de ser sobre todo severamente moral, y jamás mendaz á sabiendas, ya que haya de ser muchas veces erróneo por su naturaleza.

grandece cuando los tiempos y los hombres se dan la mano para el perfeccionamiento, que es todo lo que se nos tiene concedido. Existe, pues, en favor del periodismo, la ya muy notable diferencia, de que mientras esos géneros nobles de literatura ban tenido su nacimiento en los labios de la mas insipiente y por lo mismo de la mas inaprensiva multitud, él por el contrario ha sido rodado en las cunas de la sabiduría, ora en la edad media á manos de los monges que eran los que mas sabian, ora en el siglo XVII por personas de estudio y de ca

En literatura, como en toda creacion humana, todo es mezquino en su nacimiento, como en la naturaleza los caudalosos rios: no salen nuestras creaciones de un golpe como el munEl agudo jurisconsulto y hábil periodista do de la mano de Dios, ni como la Minerva y don Joaquin Francisco Pacheco, trazó una pin- Venus de la fábula: todo es pobre como nues'tura animada del periodismo, al entrar solem-tro espiritu creador; todo en adelante se ennemente en la Academia de la lengua; y sobre la misma paleta en que habia empastado sus colores para hablar á las masas desde el periódico, mezcló tal cual tinta académica, y sin que perdiese en viveza ni ́en frescura su estilo propio, hizo oir á aquellos senadores literarios un lenguaje para ellos nuevo y otro tanto seductor. La defensa de aquel reo literario, pecador en las formas é irreverente contra la autoridad, no puede dudarse que es de mano ejercitada: la predisposicion desfavorable del jurado obligaba al defensor á grandes precauciones oratorias: el cual hubo de empe-lidad, ora en nuestros dias por los mas enzar y aun concluir por humillar al periodismo, á trueque de que se escucharan resignadamente sus escelencias y su gloria. Era preciso hablar de la grosería, procacidad y desaliño del nuevo género, era preciso llamarle creacion presuntuosa, multiforme, innovadora y voluble por esencia: era preciso apellidarle bastardo y hasta bárbaro, en el sentido en que los romanos hablaban de lo estraño ó forastero; era pre-jo ó de mero pasatiempo, este se encamina ciso arrancarle la vida del monumento, concediéndole solo la de la flor; era preciso avergonzar, en fin, al desarrapado periodismo, haciéndole pasar con la ceniza en la frente por ante la tragedia y la epopeya, para que, entrada en compasion la academia, oyera al cabo sin disgusto, que es un accidente necesario en

cumbrados políticos de la revolucion. Todavia encontramos una nueva y mas esencial diferencia: cuando casi todos los géneros han nacido como al acaso, el del periodismo ha nacido á sabiendas; cuando aquellos han sido un simple desahogo popular, este ha sido un desahogo calculado de la inteligencia: cuando aquellos son por su naturaleza un ramo de lu

determinadamente à la instruccion, como la historia ó la filosofía. Si de la tragedia y la epopeya puede decirse con razon «esto es bello, del periódico hay que decir «esto es útil»: si aquellas lisonjean el orgullo nacional, este produce la instruccion popular. Y como quiera que el siglo y el periódico se han bus

cado y encontrado, el filósofo que no puede condenar sino estudiar su siglo, está obligado à considerar el periodismo, no solo como un grande hecho, sino como un gran derecho en ejercicio.

Pasemos á otra cosa, trocando de intento el estilo para acomodarlo á las observaciones con que daremos por terminada esta tarea.

do en general dirigidos y en parte redactados por escritores de gran nota ó por diputados de pura raza: sobre todo en la desgracia regresan los ministros y diputados sus antiguas líneas, y tienen en la prensa su castillo feudal de donde hostilizar hábilmente al enemigo, que siempre es el de su oficio: y si no están dados, por ventura, á semejante guerra, El periodismo político es hoy una carrera, poco campal para su honor, abastecen la ciuy como tal está perfectamente organizada. Su dadela y ponen un capitan denodado que la parte material es una verdadera fábrica en sostenga á vida y muerte, lo cual hacen siemgrande, tan digna de examinarse por un cu- pre estos campeones con virtud verdaderarioso como los gigantescos telares ó los colo- mente romana, y tal vez sin esperanza de una sales molinos harineros, y en este punto se corona mural que les decore la polvorosa hacen tales maravillas de rapidez, reproduc- frente, de donde ha salido todo su ataque incion y circulacion, sobre todo en el venerable telectual. Lo mismo los Guizot, los Thiers, y . Times, que dejarian embobados á Guttemberg los Lamartines, que los Lopez, Galianos, Olóó Coster, pues casi llega à ser una ciencia zagas, Cortinas, Burgos, Pachecos y Morones, acústica la que ha conseguido que en toda In-todos han disparado desde las aspilleras del glaterra se oiga ó punto menos, lo que van diciendo los Palmerston, ó los Peel en la cámará de los Comunes. La parte intelectual tiene tambien mucho de fabril: hay tigera, en efecto, que vale por tres ó cuatro redactores: hay redactor que no hace sino rotular los géneros que le remiten (los sueltos de gacetilla): hay trapero que tiene por oficio ociosear por la córte para echar el gancho á los dichos picantes, á los mojicones fortuitos, y á los lances carnavalescos: hay meritorios de periodista, aprendices de periodista, oficiales de periodista, redactores de segundo órden, redactores en regla, directores por supuesto, y como de esas veces altos directores.

periódico, á veces desde las grietas de los sueltos, antes y despues de sonar su trompeta de juicio para juzgar á los vivos y á los muertos desde la espléndida tribuna parlamentaria.

El periodismo es, por lo tanto, un enemigo formidable para todo poder, cuando no es un perro atado á la cadena y obligado á hacer habilidades increibles de gimnasia para provecho de su dueño: es ademas una aduana en donde se decomisan las reputaciones usurpadas y las ridiculeces de todo género, cuando no se convierte en una sociedad de contrabando para pasar por alto las necedades y vulgaridades de los ingenios improvisados de nuestra época. Bajo el doble aspecto político y literario, ejerce diariamente, como los alcaldes, una jurisdiccion mas activa y vital que los mas altos tribunales, pero no está exento por lo mismo de alcaldadas. Contribuyen á darle importancia varias causas: la primera el ser el

El adelanto á que ha llegado el género ha llevado la sutileza y la estrategia hasta el último punto, y son muy divertidos en ocasiones los asaltos de esgrima que se dan algunos periódicos: cosas tales, que unas veces nos trasladan al Paso honroso, otras á los tiempos de García Paredes, otras á un reñidero de ga-juez á mano que uno encuentra para toda clallos, y otras, que es lo peor, á la gacetilla. se de litigios; el ser, en una palabra, un QuiEsto cuando no se establece de hecho (pues jote con casa puesta, á quien todo huérfano ú tambien ha sucedido) una formal sala de ar- anciano, toda doncella ó toda viuda encuenmas junto à la redaccion, que es admirable tran siempre lanza en ristre para desfacer cualconsorcio de las armas y las letras. La táctica quier entuerto: la segunda, la vanidad humasublime á que los periodistas están ya tan ha- na que los periódicos lisonjean ó mortifican á bituados, les permite hacer evoluciones increi- su arbitrio, disponiendo con esto de la brecha bles, elegir campo de batalla ó tomarlo á viva mas practicable que tiene la humanidad en esfuerza, atacar por el frente, por los flancos y tos dias: la tercera, el no haber para él caso por la espalda, trasportar de terreno la bata-reservado, y el no usar la dilacion de trámites lla, retirarse y hasta huir con gloria, escur- con que en los tribunales ordinarios se aburre rirse por entre el enemigo sin lesion alguna, á los litigantes y se castiga préviamente á los maniobrar con caballería por los picos de las procesados; la última, y potísima entre todas, montañas, y casi dar con ella un ataque navalla de asociar uno á su causa la publicidad y ser como Napoleon. Y todo esto lo hacen los periodistas sin perder las condiciones de guerrilleros, pues son muchas las veces en que el poder no les deja sino el terreno que pisan, y entonces hay necesidad de convertirse en Viriatos los Anibales.

Esta empresa ya se ve que no es para gente de poco pelo, y en efecto todavia conservan los periódicos su aire aristocrático, sien

glorificado ó deprimido á la faz de la Europa, viviendo asi algunos dias ó para siempre en la historia, mientras han muerto en el olvido los autores del Romancero del Cid y de la catedral de Colonia.

El periódico tiene sobre los demas brazos del estado, y sobre las demas publicaciones, las siguientes incalculables ventajas. Es una máquina de constante movimiento, que por

ვე

PERIODISMO-PERIPATETICOS

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consiguiente nunca se oxida; es un batallon | cita su definicion del tiempo, que llamaba la
Dicearco que seguia al mismo tiempo que
sagrado compuesto de veteranos que nunca se medida del movimiento y del reposo.»
rinden: es una batería flotante que cada dia se
á
elije posicion y que a veces dispara bala rasa Teofrasto las lecciones de Aristóteles, habia
á tiro de pistola: es un predicador que habla compuesto muchas obras filosóficas que se
á todos y á cada uno, que tiene un púlpito en han perdido. Ciceron, que le llama sus delicias
cada casa, que sorprende á cada cual de ma- y un hombre admirable, nos dice que en un
drugada con el chocolate ó el café; es, en fin, diálogo, en el que introducia á muchos interlo-
un Capitolio en dias de tribulacion; y cuandocutores ponia en boca de uno de ellos «que el
todo se ha perdido, cuando los diputados to- alma no es absolutamente nada, y que es una
man el humilde báculo para encaminarse des- palabra vacia de sentido; que no hay alma ni
tronados á sus distritos, cuando hasta la res-en el hombre ni en la bestia; que el principio
piracion pública se halla estinguida, él conti-
núa infatigable la guerra, aumenta el punto à
la caldera de vapor, y parece haber oido de la
patria el Qu'il mourut de los Horacios.

PERIPATETICOS. (Filosofia.) Despues de haber espuesto la filosofía de Aristóteles (véase ARISTOTELISMO), nos queda que hablar de los sucesores de este filósofo.

que nos hace obrar y sentir, se halla igual-
mente en todos los cuerpos vivos, y no puede
no es nada; que en fin, nada hay de existente
ser separado del cuerpo, toda vez que el alma
sino la materia, que es una y simple, y de
tal modo figurada que tiene vida y sentimien-
to (1).»

ceptuar algunos que por la mezcla de su filo-
sofía con la doctrina de Platon, formaron una
especie de sincretismo.

Mientras vivieron los discipulos inmediaEl primero que le reemplazó en el Liceo tos de Aristóteles, su filosofia se conservó en fué Teofrasto, discipulo suyo y heredero, no toda su pureza; pero no tardó en esperimensolo de los manuscritos de su maestro, sino tar alteraciones, siendo enseñada solo por tambien de su espiritu escrutador y de sus tradicion. Los peripatéticos no se ocuparon conocimientos filosóficos. Esta doble ventaja mas que en componer comentarios sobre la le permitió profundizar el sistema de Aristóte- doctrina de su maestro, sin pensar en dar les en su conjunto; es principalmente conoci-mayor estension á su sistema; preciso es esdo por la obra titulada Los caractéres. Las noticias que acerca de él hallamos en algunos La filosofía de Aristóteles fué poco conociautores antiguos no contienen bastantes documentos para darnos á conocer el espíritu de su doctrina. Si es permitido formar juicio da de los romanos hasta el tiempo en que los sobre este particular, segun los titulos de sus escritos de este filósofo, que habian permaneescritos filosóficos que se han perdido, la ma-cido ocultos por espacio de cerca de dos siyor parte eran comentarios y ampliaciones de glos, fueron trasladados á Roma, puestos en los de Aristóteles, es imposible decidir si se órden y publicados (cerca de ochenta años apartó del sistema de su maestro. Vemos en antes de la era cristiana), por los cuidados de Ciceron (1) que pretendia que la virtud sola no Andrónico de Rodas: entonces fué cuando los basta para hacer felices, considerando los pa-romanos conocieron el mérito del fundador decimientos del cuerpo y los reveses de la fortuna como males de que no nos pone al abrigo la virtud, y que si hay tantos males que dependen del cuerpo y tantos otros que dependen de la casualidad, el imperio de la fortuna que dispone de los unos y de los otros es mas estenso que el de la sabiduría.

del Liceo, que sin embargo tuvo pocos secta.
rios entre ellos.

Desde Augusto hasta Constantino, la filo-
sofia contó entre ellos pocos protectores; pero
para honor suyo, sus enemigos entre los em-
justicia, de la libertad, de la virtud, de la ra-
peradores fueron al mismo tiempo los de la
zon y de la humanidad.

Durante los tres primeros siglos los padres de la Iglesia no se mostraron favorables à la doctrina de Aristóteles, desconfiando de él como de un filósofo que daba demasiado al raciocinio, y miraban sus opiniones como peligrosas y contrarias al cristianismo, que pide una sumision perfecta de la razon.

Teofrasto tuvo por sucesor inmediato en
el Liceo á su discipulo Estrabon, que abando-
nó la doctrina de Aristóteles sobre la causa
primera. Se dedicó particularmente à buscar
el origen de todo lo que existe, no recono-
ciendo otro dios que la naturaleza como prin-
cipio de todas las producciones y de todos los
Es necesario esceptuar del número de los
cambios; pero no le atribuia sentimiento ni
forma, dotándole solamente de cierta fuerza
de vida y de accion. Hacia consistir en la sen- enemigos del peripatetismo á Anatolio, á quien
sacion el ejercicio del pensamiento. «Imaginó, Eusebio l'ama el hombre mas sabio de su tiem.
dice Degerando, que el entendimiento percibe po, y que despues fué obispo de Laodicea.
por los sentidos como por otras tantas aber-Fué el primero de los cristianos que enseñó la
turas que se dirigen sobre los objetos; no dis-filosofia de Aristóteles en Alejandria y la dió
San Gerónimo habla favorablemente del
tingue mas que dos clases de verdades, una que á conocer á fines del siglo III.
reside en las cosas y otra en el lenguaje. Se

(1) Tuscul., V.

(1) Ciceron, Tuscul., I.

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