Imágenes de páginas
PDF
EPUB

del pleito, de las trampas é inquietudes

y á la comedia acudes

medio muerto y rendido

á desahogar el ánimo afligido,

no es desahogo ver en la comedia

el insulto, el agravio, la tragedia,
el blasfemo de Dios amenazado,
el duelo ejecutado,

la virtud ofendida,

y á precio de una vida y otra vida con bárbara violencia

la traicion, la maldad y la insolencia.

[ocr errors]

Qué linage de gusto se halla en esto?
que aun á los sentidos es molesto,
y vuelves á tu casa

con la pena de ver lo que allí pasa,

que por torpe é injusto

aunque representado da disgusto.

Tengo por muy poco hombre y por menguado

al que va á la comedia muy preciado

de oir cosas de seso,

que el tablado no se hizo para eso.

Si gustas de las veras, aquel rato vete á oir un sermon que es mas barato: si gustas de lo grave y por ventura cerca la tienes, lee la Escritura

y si á los argumentos te dispones

oye unas conclusiones,

que allí te explicarán con excelencia

tal vez del alma y tal de Dios la esencia. Mas la comedia búscala graciosa,

entretenida, alegre, caprichosa

y breve, que no es bien huyendo el tiempo que gaste mucho tiempo el pasatiempo.

Si hicieres versos (que será posible) no hagas lo que es amable aborrecible.

De sátiras jamas te satisfagas
ni las agenas oigas, ni las hagas.
Sean siempre tus versos decorosos
leves, castos, suaves, sentenciosos,

sin mezclar en las burlas ni en las veras
lengua extraña, ni voces forasteras.
No hagas comedias, no porque el hacellas
arguya culpa en tí ni vicio en ellas,
que antes son argumento

de claro ingenio y singular talento,
sino porque te expones claramente
á la comun censura de la gente,
y es tribunal severo

la monstruosa voz de un vulgo entero,
donde por lo comun de este ejercicio
puede ya cada cual hacer juicio,
si bien no es poco necio

quien de ageno trabajo hace desprecio.

Si en academia alguna te hallares

donde ya por costumbre recibida

algun Señor presida,

obedece el asunto y no repares

en que sátira sea:

que como se usa allí de impersonales
ya pintando una vieja, ya una fea,
un miserable, un calvo, un antojado,
y en esta accion lucida

no se tira á ventana conocida,
puedes sin que tu pluma desmerezca
decir cuanto al ingenio se le ofrezca.

Con esto vivirás quieto y seguro:
perdona, Fabio, que tu bien procuro,
y como verdadero y fiel amigo
lo que yo hiciera te aconsejo y digo.

No. 800.

Si el hombre para serlo es sociable,

y es bien que con los pláticos se adiestre y con los sabios y elocuentes hable:

si es bien que su talento al mundo muestre,

qué espíritu gallardo no abomina

la triste vida rústica y silvestre? Y si la policía y la doctrina

en la corte y ciudades resplandece, quien al desierto y soledad se inclina?

El hombre que á la vista se me ofrece

con un gaban grosero y un zapato le tengo por aquello que parece.

Por el basto sayal presumo el trato,

y un trato y otro asi le desfigura
que llega poco á poco á ser pazguato.
De galas letras y armas no se cura:

solo un confuso y avariento ahorro
con su sediento espíritu procura.

Pedilde pues un mínimo socorro, un auxilio y favor á un gabanista y en materias de amor sacalde á corro. Cualquier acto gentil pierde de vista, y asi Venus y Amor de puro enfado los nombres de ellos borran de su lista. No les consienten pena ni cuidado, mas déjanlos vagar como mostrencos por tremedales fuera de poblado:

camaradas de galgos y podencos siguiendo al javalí, venado y liebre como en sus lienzos pintan los flamencos.

No les permiten dama que requiebre, que les pueda causar o engendrar zelos, ni que por su ocasion el sueño quiebre.

Y asi como carecen de martelos, imaginan que es fea y fastidiosa

la que si viene á mano es de los cielos.
Si se compone llámanla curiosa:
dicen que es soliman, cera ó azeite
y aun rejalgar cualquier pequeña cosa.

No echan de ver que el moderado afeite

se saca de los cofres de Cupido para dar nuevos filos al deleite.

Hombre incapaz! sin ley, desconocido! el rato que se adornan las señoras por agradarte tienes por perdido,

y con sangrientas lágrimas no lloras tu ceguedad, tu depravado gusto, tu desventura y mal logradas horas?

Qué humor tan melancólico y adusto engendra con sus ramas verdinegras un olmo que visitas un mes justo.

Y que horas tan amargas y tan negras

pasas dentro de un valle solitario,
do rabias cuando piensas que te alegras.

Dirásme: Onofre, Antonio, Pablo, Hilario,

y otros cuyas historias veo escritas amigos de cordon y escapulario

fundaron en desiertos sus ermitas,

para escapar el tráfago y molestia del mundo y sus cautelas infinitas.

Su parsimonia alabo y su modestia,

su santo y justo zelo, pero digo

que el hombre que está solo es Dios ó bestia. Solo se glorifica Dios consigo,

solo se entiende y quiere eternamente

y él solo de sus glorias es testigo.

Y como á Dios un Santo represente

en la vida ejemplar contemplativa, suele llamarle semidios la gente.

Pero al que no le mueve lo de arriba, y solamente por gozar del bosque

de la ciudad política se priva,

como culebra es justo que se enrosque: salga á tomar el sol como lagarto

y como fiero javalí se embosque.

Con gran razon del gremio humano aparto estos hombres que en bestias se transforman, y que sino lo son lo fingen harto.

Hasta una nueva voz vagando forman de nuestro humano pronunciar distinta, tanto con los cuadrúpedos conforman.

De la transformacion que Ovidio pinta cuando Acteon cazando vió á Diana, diré una exposicion breve y sucinta.

El cazador la tarde y la mañana

y todas las demas horas consume en su ejercicio y profesion liviana.

No hay quien con mas cuidado cuente y sume

de noche las estrellas de una en una que el triste si de astrónomo presume.

Diana (que es lo mesmo que la luna) finge el poeta heroico que se enfada de esta curiosidad tan importuna.

Y que estando en un bosque retirada, solo porque Acteon la vió á deshora le trocó en ciervo (burla harto pesada.)

Lo mismo sigue haciendo esta señora, pues suele enloquecer al que la sigue y transformarle en lo que dije agora. Pero cuando la causa se averigue, su obstinacion le convirtió en venado, y es la que le fatiga y le persigue.

Que la imaginacion, ansia y cuidado de ir tras los ciervos, ciégale el sentido y queda en uno de ellos transformado.

« AnteriorContinuar »