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DON FRANCISCO DE MONCADA

(1 586-1635)

La Expedición de los Catalanes y Aragoneses contra Turcos y Griegos fué escrita en 1620, pero no se publicó sino en 1623.

Aunque floreció este autor ya en el siglo xvII, no hallamos en él rastros del gusto literario de su época; pertenece por su estilo al siglo xvi, pues se inspira visiblemente en la guerra de Granada de Mendoza.

Es, como él, sentencioso y conciso, pero no extrema tanto la brevedad en el decir, ni su estilo es afectadamente cortado; nótese la amplitud extraordinaria de la frase en todo el Prólogo. El lenguaje de Moncada tiene aspecto muy semejante al moderno gracias á la trabazón más perfecta de las cláusulas, hija de las condiciones naturales del autor más que de estudio y esmero, ya que el trabajo de corrección y lima se descubre poco en esta obra, según se echa de ver en descuidos tales como el señalado en la página 168 nota I.

No obstante se descubre en el tono general cierta ligera afectación, por ejemplo, en lo muy á menudo que relega el verbo al fin de la frase.

EXPEDICIÓN DE CATALANES Y ARAGONESES

CONTRA TURCOS Y GRIEGOS

Prólogo de la obra.

Mi intento es escribir la memorable expedición y jornada que los catalanes y aragoneses hicieron á las provincias de levante, cuando su fortuna y valor andaban compitiendo en el aumento de su poder y estimación: llamados por Andrónico Paleólogo, emperador de griegos, en socorro y defensa de su imperio y casa: favorecidos y estimados en tanto que las armas de los turcos le tuvieron casi oprimido, y temió su perdición y ruina; pero, después que por el esfuerzo de los nuestros quedó libre dellas, mal tratados y perseguidos con gran crueldad y fiereza bárbara, de que nació la obligación natural de mirar por su defensa y conservación, y la causa de volver sus fuerzas invencibles contra los mismos griegos y su príncipe Andrónico; las cuales fueron tan formidables, que causaron temor y asombro á los mayores príncipes de Asia y Europa, perdición y total ruina á muchas naciones y provincias, y admiración á todo el mundo. Obra será esta, aunque pequeña por el descuido de los antiguos, largos en hazañas, cortos en escribirlas, llena de varios y extraños casos, de

I Imitación de Mariana, quien en el Prólogo de su historia dice: España, más abundante en hazañas que en escritores..... En las enumeraciones que siguen, recuerda este prólogo de Moncada al de Hurtado de Mendoza, á quien especialmente imita.

guerras continuas en regiones remotas y apartadas, con varios pueblos y gentes belicosas, de sangrientas batallas y victorias no esperadas, de peligrosas conquistas acabadas con dichoso fin por tan pocos y divididos catalanes y aragoneses, que al principio fueron burla de aquellas naciones, y después instrumento de los grandes castigos que Dios hizo en ellas. Vencidos los turcos en el primer aumento de su grandeza otomana, desposeídos de grandes y ricas provincias de la Asia menor, y á viva fuerza y rigor de nuestras espadas encerrados en lo más áspero y desierto de los montes de Armenia; después, vueltas las armas contra los griegos, en cuyo favor pasaron, por librarse de una afrentosa muerte, y vengar agravios que no se pudieran disimular sin gran mengua de su estimación y afrenta de su nombre, ganados por fuerza muchos pueblos y ciudades, desbaratados y rotos poderosos ejércitos, vencidos y muertos en campo reyes y príncipes, grandes provincias destruídas y desiertas, muertos, cautivos ó desterrados sus moradores, (venganzas merecidas más que lícitas), Tracia, Macedonia, Tesalia y Beocia penetradas y pisadas, á pesar de todos los príncipes y fuerzas del oriente, y últimamente, muerto á sus manos el duque de Atenas con toda la nobleza de sus vasallos y de los socorros de franceses y griegos, ocupado su estado, y en él fundado un nuevo señorío.

En todos estos sucesos no faltaron traiciones, crueldades, robos, violencias y sediciones; pestilencia común, no sólo de un ejército colecticio y débil por

el corto poder de la suprema cabeza, pero de grandes y poderosas monarquías. Si como vencieron los catalanes á sus enemigos, vencieran su ambición y codicia, no excediendo los límites de lo justo, y se conservaran unidos, dilataran sus armas hasta los últimos fines del oriente, y viera Palestina y Jerusalén segunda vez las banderas cruzadas. Porque su valor y disciplina militar, su constancia en las adversidades, sufrimiento en los trabajos, seguridad en los peligros, presteza en las ejecuciones, y otras virtudes militares, las tuvieron en sumo grado 1, en tanto que la ira no las pervirtió; pero el mismo poder que Dios les entregó para castigar y oprimir tantas naciones, quiso que fuese el instrumento de su propio castigo. Con la soberbia de los buenos sucesos, desvanecidos con su prosperidad, llegaron á dividirse en la competencia del gobierno; divididos 2, á matarse; con que se encendió una guerra civil tan terrible y cruel, que causó sin comparación mayores daños y muertes que las que tuvieron con los extraños.

Descripción de los Almugávares y de su modo de pelear.

La antigüedad, madre del olvido, por quien han perecido claros hechos y memorias ilustres, entre

I Esta frase está construída con gran descuido é inconsecuencia. Deben borrarse los dos primeros su, escritos por Moncada pensando dar otra conclusión á la frase, que luego olvidó. Tal como la termina hay que leer: porque valor y disciplina militar, constancia, etc.....

2 Participio absoluto y elipsis del verbo; la frase completa sería: «una vez divididos llegaron á matarse.»

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otras que nos dejó confusas, ha sido el origen de los almugávares; pero según lo que yo he podido averiguar, fué de aquellas naciones bárbaras que destruyeron el imperio y nombre de los romanos en España, y fundaron el suyo, que largo tiempo conservaron con esplendor y gloria de grande majestad, hasta que los sarracenos en menos de dos años le oprimieron, y forzaron á las reliquias deste universal incendio que entre lo más áspero de los montes buscasen su defensa, donde las fieras muertas por su mano les dieron comida y vestido.

2

Pero luego su antiguo valor y esfuerzo, que el regalo y delicias tenían sepultado, con el trabajo y fatiga se restauró 3, y les hizo dejar las selvas y bosques, y convertir sus armas contra moros, ocupadas antes en dar muerte á fieras. Con la larga costumbre de ir divagando, nunca edificaron casas ni fundaron posesiones; en la campaña y en las fronteras de enemigos tenían su habitación y el sustento de sus personas y familias: despojos de sarracenos, en cuyo daño perpetuamente sacrificaban las vidas, sin otra arte ni oficio más que servir pagados en la guerra, y cuando faltaban las que sus reyes hacían, con ca

I Origen es el predicado de ha sido, en lugar de memoria, que va anticipado. La frase completa sería: ha sido la del origen.

2 Hoy se diría: «forzaron á que buscasen»; Moncada suprimió quizá la preposición, porque la precedía otra con el acusativo «á las reliquias».

3 Aunque Moncada suele poner el verbo en plural cuando tiene varios suje. tos, aquí usa el singular, porque valor y esfuerzo son una mera redundancia, y como el adjetivo antiguo les precede, y por lo tanto ha de ir en singular, contribuye más á presentarlos á la imaginación como sujeto único y no doble.

4 El castellano antiguo no usaba artículo con los nombres de naciones: desamparó á castellanos; mucho plogo á castellanos.

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