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ciación que en 1 620 emitió un implacable corrector y discreto continuador del Lazarillo, Juan de Luna, diciendo que la frase de esta antigua obra era «más francesa que española.» Quizá le chocaba el uso abundante del pronombre personal acompañando á las formas verbales, donde por no haber necesidad de insistir en la persona se omite hoy: yo por bien tengo, yo oro ni plata no te lo puedo dar, y otros casos así, que Luna corrigió en su edición, y que se hallan también, por ejemplo, en Mendoza; ó frases como no curé de lo saber (je n'ai cure de le savoir), ó voces tales como coraje ó luengo 1, que son del más castizo castellano, por más que no le parecieran corrientes á Luna; como este era maestro de español en Francia, se le antojaban tomadas del francés cuantas expresiones oía en su idioma patrio que á él no le eran familiares y se asemejaban á otras francesas.

LAZARILLO DE TORMES

TRATADO III

Lázaro 2 herido desgraciadamente por un clérigo avaro, á quien servía en Maqueda, abandona este pueblo y sirve en Toledo á un hidalgo tan presumido como pobre y holgazán.

Desta manera me fué forzado sacar fuerzas de flaqueza, y poco á poco, con ayuda de las buenas gentes, di conmigo en esta insigne ciudad de Toledo,

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I V. MOREL-FATIO en el Prefacio de su traducción francesa del Lazarillo. El protagonista Lázaro se llamó de Tormes por haber nacido en Tejares, aldea de Salamanca, á la orilla del río Tormes. No se dijo del Tormes porque en castellano antiguo los nombres de los ríos solían no llevar artículo: las aguas de Duero, sobre Tajo, etc. Véase adelante como Fray Luis de León dice en la ribera de Tormes.

I

adonde, con la merced de Dios, dende á quince días se me cerró la herida, y 1 mientras estaba malo siempre me daban alguna limosna; mas después que estuve sano todos me decían: «tú, bellaco y gallofero 2 eres; busca, busca un amo á quien sirvas. » ¿Y adónde se hallará ese, 3 decía yo entre mí, si Dios agora de nuevo (como crió el mundo) no le criase? Andando así discurriendo de puerta en puerta con harto poco remedio (porque ya la caridad se subió al cielo), topóme Dios con un escudero 4 que iba por la calle con razonable vestido, bien peinado, su paso y compás en orden; miróme y yo á él, y díjome: mochacho, ¿buscas amo?» Yo le dije: «sí, señor »;

< pues vente tras mí, me respondió; que Dios te ha hecho merced en topar conmigo; alguna buena oración rezaste hoy. » Y seguíle, dando gracias á Dios

I Nótase poca habilidad en la unión de los párrafos. En vez de esta conjuntan poco apropiada, puso el ya citado corrector Juan de Luna: que fuera mejor no se me cerrara porque mientras...

ción y,

2 Gallofa es la comida que reparten en los conventos á los pobres, y gallofero según Covarrubias (1610) «el pobretón que sin tener enfermedad se anda holgazán y ocioso, acudiendo á las horas de comer á las porterías de los con

ventos. >>

3 El demostrativo sólo indica muchas veces en el uso familiar (por esto Juan de Luna lo suprimió aquí) extrañeza ó desconocimiento de la cosa á que se refiere. Recuérdese la inurbanidad de la pregunta ¿quién es ese? por quién es ese señor.

4 Escudero, según Covarrubias que escribía á principios del siglo xvii, era «el hidalgo que lleva el escudo al caballero en tanto que éste no pelea con él. En la paz los escuderos sirven á los señores, de acompañar delante sus personas, asistir en la antecámara ó sala; otros se están en sus casas y llevan acostamiento (ó salario) de los señores, acudiendo á sus obligaciones á tiempos ciertos. Hoy día más se sirven dellos las señoras, y los que tienen alguna pasada huelgan más de estar en sus casas, que de servir, por lo poco que medran y lo mucho que les ocupan.» Recuérdense bien todas las palabras de Covarrubias, para entender mejor las conversaciones que Lázaro tendrá con su amo.

I

por lo que le oí, y también que me parecía, según su hábito y continente, ser el que yo había menester. Era de mañana cuando este mi tercero amo topé, y llevóme tras sí gran parte de la ciudad. Pasábamos por las plazas donde se vendía pan y otras provisiones; yo pensaba y aun deseaba que allí me quería cargar de lo que se vendía, porque esta era propria hora cuando se suele proveer de lo necesario; mas muy á tendido paso pasaba por estas cosas. «Por ventura no lo vé aquí á su contento, decía yo, y querrá que lo compremos en otro cabo. »

Desta manera anduvimos hasta que dió las once: entonces se entró en la iglesia mayor, y yo tras él; y muy devotamente le ví oir misa y los otros oficios divinos, hasta que todo fué acabado y la genta ida. Entonces salimos de la iglesia, á 3 buen paso tendido comenzamos á ir por la calle abajo; yo iba el más alegre del mundo, en ver que no nos habíamos ocupado en buscar de comer; bien consideré que debía ser hombre, mi nuevo amo, que se proveía en junto, 4 y que ya la comida estaría á punto, y tal como yo la deseaba y aun la había menester. En este tiempo dió el reloj la una, después de medio día, 5 y llegamos á una casa, ante la cual, mi amo se paró y yo con

1 Hoy tiene también que el sentido causal de porque.

2 Hoy habría que poner el artículo, la hora propia.

3 Así la primera edición. Las posteriores, y á.

4 Más común es por junto, como ponen las ediciones posteriores, ó sea por mayor.

5 Esta perífrasis era ya anticuada en tiempo de J. de Luna que pone en seco, dió la una y llegamos.....

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él, y derribando el cabo de la capa sobre el lado izquierdo, sacó una llave de la manga y abrió su puerta y entramos en casa, la cual tenía la entrada obscura y lóbrega, de tal manera, que parecía que ponía temor á los que en ella entraban, aunque dentro della estaba un patio pequeño y razonables cámaras. Desque fuimos entrados, quitó de sobre sí su capa, y preguntando 3 si tenía las manos limpias, la sacudimos y doblamos, y muy limpiamente soplando un poyo que allí estaba, la puso en él; y hecho esto, sentóse cabo della, preguntándome muy por extenso de dónde era y cómo había venido á aquella ciudad, y yo le dí más larga cuenta que quisiera; porque me parecía más conveniente hora de mandar poner la mesa y escudillar la olla, que de lo que me pedía; con todo eso, yo le satisfice de mi persona lo mejor que mentir supe, diciendo mis bienes y callando lo demás, porque me parecía no ser pará en

cámara.

Esto hecho, estuvo ansí un poco, y yo luego ví mala señal, por ser ya casi las dos y no le ver más aliento 5 de comer que á un muerto. Después desto consideraba aquél tener cerrada la puerta con llave,

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I Véase lo que decimos acerca de este relativo en los extractos de Fr. Luis

de Granada. Luna corrigió: entramos por una entrada obscura.

2 Para Luna era ya desusado este substantivo, pues pone aposentos.

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Nótese la frase tener aliento de hacer algo por tener aire de, ó trazas de. No se halla en los diccionarios y no era tampoco conocida de Luna que puso no tenía más talle de comer...

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ni sentir arriba ni abajo pasos de viva persona por la casa; todo lo que yo había visto eran paredes, sin ver en ella silleta, ni tajo, ni banco, ni mesa, ni aun tal arcaz como el de marras 2; finalmente, ella parecía casa encantada. Estando así, díjome: «tú, mozo, ¿has comido?» «No, señor, dije yo, que aún no eran dadas las ocho cuando con vuestra merced encontré.»-«Pues, aunque de mañana, yo había almorzado, dice, y cuando ansí como algo, hágote saber que hasta la noche me estoy ansí; por eso, pásate como pudieres, que después cenaremos.» Vuestra merced crea, cuando esto le oí, que estuve en poco de caer de mi estado 3, no tanto de hambre como por conocer de todo en todo la fortuna serme adversa. Allí se me representaron de nuevo mis fatigas, y torné á llorar mis trabajos; allí se me vino á la memoria la consideración que hacía cuando me pensaba ir del clérigo, diciendo que aunque aquél era desventurado y mísero, por ventura toparía con otro peor; finalmente, allí lloré mi trabajosa vida pasada y mi cercana muerte venidera; y con todo, disimulando lo mejor que pude: 4 << señor, mozo soy, que no me fatigo mucho por comer, bendito Dios 5; deso me podré yo alabar

I La conjunción ni equivale á veces á y no, aun cuando la proposición antecedente no lleva negación. Si la lleva, este sentido es evidente; No quiso ni querrá es lo mismo que No quiso y no querrá.

2 Alude al arca del clérigo de Maqueda.

3 « Caer de su estado, el que, turbada la cabeza, cae en tierra amortecido. >> (Covarrubias). Hoy más bien significa venir á menos ó descaecer de su estado. 4 Algunas ediciones añaden le dije; pero no es indispensable pues se omitía á veces la frase introductora del discurso directo.

5 Elipsis muy usual en vez de bendito sea Dios por ello.

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