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ron ; cómo lloraron á Don Alonso amigos y enemigos. Mas en aquel punto renovaron los soldados el sentimiento; gente desagradecida sino en las lágrimas. Mandó el general hacer memória por los muertos, y rogaron los soldados que estaban presentes que reposasen en paz, inciertos si rogaban por deudos ó por extraños, y esto les acrecentó la ira y el deseo de hallar gente contra quien tomar venganza.

Vista la importancia del lugar si los enemigos lo ocupasen, envió dende á poco el Duque una bandera de infantería que entrase en el fuerte y lo guardase. Vino en este tiempo resolución del Rey que concedía á los moros cuasi todo lo que le pedían, que tocaba al provecho dellos, y comenzaron algunos á reducirse...

I Tácito: utque signis et aquilis per superbiam insulserit (Ariminius).

2 Los soldados de Germánico no oran por sus compañeros, sino que entierran sus huesos, juntamente con los de los enemigos; trium legionum ossa, nullo noscente alienas reliquias on suorum humo tegeret, omnes, ut coniunctos, ut consanguineos, aucta in ostem ira, moesti simul et infensi condebant. Mendoza no debió haber copiado estas hermosas palabras, pues las oraciones de los españoles no beneficiaban igualmente á amigos y enemigos.

FRAY LUIS DE GRANADA (1504-1588)

El Libro de la Oración y Meditación se imprimió por primera vez en 1 567 y la Introducción al Símbolo en 1 582. El lenguaje castellano había servido ya, no sólo para escribir libros de entretenimiento, sino para tratar asuntos graves y doctrinales en manos de Fray Antonio de Guevara, Juan de Valdés, Florián de Ocampo, etc. Sin embargo, antes de Fray Luis de Granada, sólo el beato Fuan de Avila († 1569) había empleado el romance en cuestiones de mística y teología de un modo genial, entre varios de segundo orden.

«El Venerable Ávila, dice Capmany, había creado, por decirlo así, un lenguaje místico de robusto y subido estilo, y el Venerable Granada lo hermoseó, lo retocó con lumbres y matices y le dió número, fluidez y grandiosidad en las cláusulas. »

Granada es el tipo acabado de la lengua oratoria del siglo xvi; el espíritu popular de la predicación cristiana aparece en él unido á las más altas cualidades artísticas de la persuasión; por la amplitud del período recuerda á Cicerón en quien se inspiraba; alguno le llamó el Cicerón de España. Su principal empeño en el terreno del arte parece haber sido enriquecer la construcción sintáctica sacándola de la sencillez ordinaria de la conversación á la complejidad y magnificencia del discurso elevado. En su obra latina Retórica eclesiástica, código de sus principios artísticos, se desentiende de la que allí se llama compo

sición sencilla ó simple, diciendo que no está sujeta á la ley de los números ni tiene períodos muy largos, y della usamos nosotros en el trato familiar »; en cambio, estudia con prolijidad la composición doble que «usa de oraciones torcidas y largas»; á menudo que deja traslucir su predilección por las más complicadas construcciones, así que dice de una de sus clases: cuanto más larga tanto es más elegante, con tal empero que guarde tasa en esta extensión.

Es preciso notar en su período largo que ni suele serlo en exceso, como el de algunos oradores de hoy día, ni tiene ordinariamente la redondez del silogismo, sino que fluye más bien por la simple adición de miembros; y se muestra la inexperiencia del que por primera vez intenta una reforma, en que aquella adición está, las más veces, hecha con conjunciones meramente copulativas, y sobre todo por medio del relativo el cual, que aparece no sólo usurpando casi completamente el puesto de su sinónimo que, sino que se usa mucho cuando para nada haría falta ligar dos miembros con los lazos de relativo y antecedente y sería menos pesado, por ejemplo, enlazarlos por la simple copulativa y un demostrativo: los santos mártires siendo vencidos y muertos, vencieron y triunfaron del mundo; lo cual muestra (y esto muéstralo) una carta del Emperador Maximino, el cual (quien) después de haber intentado, etc. (Símbolo II., 13.o, §3). Esto nos declaran los cuatro postreros capítulos del libro de Fob, en los cuales (donde) hablando Dios con este santo, le da conocimiento de su omnipotencia....., para lo cual (para ello) comenzando por las partes mayores del universo..... discurre luego por todas las otras menores....., después de lo cual (y después) desciende á tratar de los animales (Simbolo I., 1.°)

En los extractos que siguen se pueden ver muestras de los principales aspectos del estilo de Fray Luis;

el tono grandielocuente é inflamado de la Meditación sobre el Juicio final; el tono retórico y declamador empleado en la consideración del Descendimiento que no parece que la escribió sino que la habla desde el púlpito; y la placidez risueña y candorosa con que se deleita en las pinturas de animales y plantas en la primera parte del Simbolo de la Fe.

LIBRO DE LA ORACIÓN Y MEDITACIÓN

La meditación para el jueves en la noche es sobre el Juicio final. Señales que le precederán; confusión del pecador ante el Juez.

Así estará el aire lleno de relámpagos y torbellinos, y cometas encendidos. La tierra estará llena de aberturas y temblores espantosos, los cuales se cree que serán tan grandes, que bastarán para derribar, no sólo las casas fuertes y las torres soberbias, más aún hasta los montes y peñas arrancarán y trasformarán de sus lugares. Mas la mar sobre todos los elementos se embravescerá, y serán tan altas sus olas y tan furiosas, que parecerá que han de cubrir toda la tierra. Á los vecinos espantará con sus crescientes, y á los distantes con sus bramidos, los cuales serán tales que de muchas leguas se oirán.

¿Cuáles andarán entonces los hombres, cuán atónitos, cuán confusos, cuán perdido el sentido, la

I En esta interrogación, cual tiene el valor de qué tal, y cuán seguido de adjetivo, el valor de lo... que; cuán atónitos = lo atónitos que andarán. La frase perdido el sentido, es decir, un participio con su complemento, hace las veces de uno de tantos adjetivos de esta enumeración.

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