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«mas que uno de los demas hombres, y por vuestro oficio (que Dios por la voluntad de ellos como por instrumento de su providencia puso en vuestra persona), sois la cabeza, el corazon y el alma de todos. Asi no podeis querer ❝cosa que sea contra ellos; pues como hombre no sois sobre nosotros, y como arey sois por nosotros y para nosotros. Fundados pues en esta manifiesta y santa verdad, os decimos que no permitiremos el esceso de estas mer«cedes, porque son el destrozo y el peligro de este reino, la division de la «corona de Aragon y el quebrantamiento de los mejores fueros; por los acuales advertimos á vuestra real benignidad que estamos todos prontos á «morir, y pensaremos en eso serviros á vos y á Dios. Mas sepan vuestros «consejeros que si yo y mis compañeros muriésemos ó padeciésemos aqui por esta justa libertad, ninguno de cuantos están en el palacio, menos las «personas reales, escaparia de ser hoy degollado á manos de la justa ven«ganza de nuestros ciudadanos.»

A tan ruda insinuacion contestó Alfonso con espresiones que hacian recaer la culpa sobre la reina. Esta con mas varonil resolucion: «tal cosa co«mo esta, esclamó, no la toleraria mi hermano el rey de Castilla, y de seguero á tan sediciosas gentes las mandaria degollar.-Reina, contestó á esto edon Alfonso, nuestro pueblo es mas libre que el de Castilla: nuestros súbaditos nos reverencian como á señor suyo, y Nos los tenemos á ellos por buenos vasallos y compañeros.» Y diciendo esto se levantó, y las donaciones fueron revocadas.

Tomó con esto la reina grande odio á los consejeros que seguian el partido del infante don Pedro y al príncipe mismo. Algunos fueron desterrados de la córte, otros huyeron temerosos de la venganza de aquella muger altiva, y uno de ellos, don Lope de Concut, que fiado en su conciencia se presentó con una confianza imprudente, fué victima de las iras de la reina y de la debilidad del rey. So pretesto de haber intentado dar hechizos á la reina para que no tuviese sucesion, fué preso, puesto á cuestion de tormento, condenado á muerte, ahorcado y arrastrado por traidor. El infante don Pedro, que con estas cosas aborrecia de cada dia mas á su madrastra, no dejaba, aunque jóven, de inducir contra ella á los pueblos. Sus ayos y consejeros, para no dejarle en manos de las personas de la confianza de la reina, como el rey pretendia, le llevaron á las montañas de Jaca, con el fin de trasportarle desde alli á Francia en caso necesario. Pero su padre debió, en vista del disgusto que su conducta producia en el reino, dejar por algun tiempo de ser instrumento dócil de las instigaciones vengativas de su muger, y el infante heredero entró en el ejercicio de sus naturales derechos y obtuvo la gobernacion del reino, que desempeñó en su nombre su ayo don

Miguel de Gurrea. Desplegó el infante en su corta edad tal actividad y energía de carácter, que pronto se hizo respetar y temer mas que su padre mismo, y el partido que se iba grangeando en los pueblos y las secretas inteligencias que sostenia con los gobernadores de algunas ciudades, escitaban mas los celos de su padre y la enemiga de su madrastra.

Entraba en el interés de los reyes de Navarra, en guerra entonces con el de Castilla, enlazarse con la casa de Aragon, á cuyo efecto se trató el matrimonio del infante don Pedro con la princesa de Navarra, llamada tambien doña Juana como su madre. Hiciéronse, pues, las capitulaciones, y se entregaron castillos en rehenes por ambas partes (1334). Mas la reina de Aragon, que habia dado á luz otro infante llamado don Juan, no dejaba de instar al rey, de cuya quebrantada salud temia quedar pronto en estado de viudez, para que se apresurára á dar al nuevo principe heredamientos en aquel reino. Atento el infante don Pedro á prevenir ó deshacer todas las gestiones de su madrastra, acordó con los de su consejo en Zaragoza (encro, 1355), enviar embajadores al nuevo pontifice Benito XII., que acababa de suceder á Juan XXII., para que al propio tiempo que le felicitaban por su elevacion al pontificado, le espusieran los agravios é inconvenientes que se seguian de dispensar los papas en juramentos tales como el que habia hecho su padre de no enagenar cosa alguna del patrimonio real, rogándole no autorizára él con sus dispensas semejantes donaciones, y que no permitiera que las dignidades eclesiásticas de Aragon se dieran sino á naturales del reino, y no á castellanos, como la reina doña Leonor pretendia, ni á otros cualesquiera estrangeros. Asi desbarataba el jóven heredero del trono aragonés todas las pretensiones de la reina su madrastra.

Incansable esta señora en sus planes, y habiéndose agravado las dolencias del rey su esposo en Barcelona en términos de hacerse inminente su fallecimiento, supo hacer de modo que algunos fuertes de la frontera de Castilla se entregasen á criados suyos y á otros castellanos de su confianza, á fin de facilitar en un caso al rey de Castilla su hermano la entrada en Aragon, y poder con su ayuda forzar al infante su entenado á confirmar las donaciones hechas por el rey su padre. Estrellóse tambien este plan contra la vigilancia del infante don Pedro, que con su natural energía hizo que las gentes de su bando se anticipáran á posesionarse de aquellos castillos, llegando tan á sazon que ya muchos castellanos se iban acercando por aquella parte á la frontera. De tal manera se intimidó con esto la reina castellana, que dejando á don Alfonso su marido en Barcelona casi en el trance de la muerte, faltóle tiempo para ponerse á salvo ganando las fronteras de Castilla, donde pudiese estar sin temor. Falleció en esto el rey (24 de enero, 1536), y aunque don Pedro su hi

jo y sucesor se apresuró á enviar emisarios que alcanzasen y detuviesen á la reina en su fuga, mandando tambien que le interceptáran las barcas del Ebro, doña Leonor, que supo la muerte del rey en Fraga, se habia dado prisa á partir para Tortosa, y pasando la sierra camino de Teruel y Albarracin llegó á la frontera castellana acompañada de don Pedro de Exerica.

Antes de salir de Aragon despachó una embajada al infante don Pedro, que ya se habia titulado rey de Aragon, de Valencia, de Cerdeña, de Córcega y conde de Barcelona, rogándole por Dios y por las grandes obligaciones y prendas que entre ellos habia, recibiese bajo su amparo y defensa á ella y á su hijo el marqués de Tortosa, lo cual seria muy en su honra y se lo agradeceria muy cumplidamente el rey de Castilla su hermano; que no habia tenido intencion de ofenderle en lo de mandar proveer algunos castillos de la frontera, y que no diese oidos ni crédito á los que habian sembrado entre ellos la cizaña y mala voluntad. Contestóle don Pedro en términos muy corteses, diciéndole entre otras cosas que la consideraria como madre y al infante don Fernando como hermano. Pero en contra de tan urbanas protestas estaban las medidas que aun antes de la muerte de su padre habia tomado para que se devolviesen á la corona y quedáran sin efecto las disputadas donaciones. Con esto y con habérsele entregado el importante castillo de Játiva que estaba por la reina, quedó el nuevo rey de Aragon en posesion plena de sus dominios.

Tal fué el breve y pasagero reinado de Alfonso IV., á quien por su bondad y por el amor que mostró á sus súbditos apellidaron el Benigno. En su juventud habia dado muestras de grande ánimo y valor, y muy principal-. mente en la empresa de Cerdeña. Pero despues que ciñó la corona y casó segunda vez, vivió muy enfermo, y acaso esta fué la causa de haber tomado sobre él tanto ascendiente la reina, y de haber tenido esta señora en la gobernacion del reino mas mano de la que en aquellos tiempos se acostumbraba (1). El reinado de Alfonso IV., que no se señaló en el esterior sino por una encarnizada guerra maritima en los mares de Levante, y en el interior por los disturbios y pleitos entre los miembros de la real familia, se oscurece y eclipsa más por la circunstancia de haber mediado entre los dos grandes é importantísimos reinados de don Jaime II. el Justo, su padre, y de don Pedro IV. el Ceremonioso su hijo (2).

(4) Crónica del rey don Pedro IV. de Ara- lib. VII., cap. 1 al 28.

gon. escrita por él mismo.-Zurita, Anal., (2) Tuvo este monarca de su primera es

posa doña Teresa de Entenza y de Antillon cinco hijos y dos bijas: Alfonso, que murió niño; Pedro, que le sucedió en el reino; Jaime, que heredó los estados de Entenza y Antilloa; Fadrique, que murió tambien niño; Sancho, que ocasionó al nacer la muerte de su madre, á quien siguió á la tumba á los

pocos dias; Constanza, que casó con don Jalme, último rey de Mallorca, é Isabel, que falleció tambien niña. De doña Leonor de Castilla tuvo los infantes Fernando y Juan, objeto de las cuestiones entre doña Leonor y don Pedro, y cuya suerte fué desastrosa, como nos dirá la historia mas adelante.

CAPITULO XI.

ALFONSO XI. (El Justiciero) EN CASTILLA.

De 1313 á 1350.

Menor edad del rey.-Criticas circunstancias del reino.-Partidos: turbulencias: pretendientes á la tutela del rey niño: decision de las córtes en Palencia.-Conducta de la reina doña María de Molina: de los infantes don Juan, don Pedro y don Juan Manuel.-Guerra de Granada: Muley Nazar, Abul Walid, don Pedro de Castilla.-Mueren en ella los dos principes castellanos don Pedro y don Juan.-Nuevas guerras sobre la tutoría: doña Maria, don Juan Manuel, don Felipe, don Juan el Tuerto.-Triste y lamentable cuadro del estado de Castilla.-Mayoría del rey.-Nuevos disturbios.-Suplicio de don Juan el Tuerto.-Guerra de Granada: Ismail, Mohammed IV., Alfonso XI. de Castilla, don Juan Manuel.-Repudia Alfonso de Castilla á su esposa doña Constanza Manuel para casar con doña María de Portugal: sus consecuencias.-Asesinatos de Garcilaso de la Vega y del conde de Trastamara.-Célebres y funestos amores de Alfonso XI. de Cas tilla y doña Leoner de Guzman: bijos adulterinos del rey: hijos legitimos.-Solemne coronacion de Alfonso: fiestas notables -El rey de Marruecos se apodera de Gibraltar: asesinato del rey de Granada: proclamacion de Yussuf.-Guerra civil en Castilla: suplicios terribles: sumision de los rebeldes.-Guerra con Portugal: mediacion del papa: tregua.-Nueva invasion de africanos en España: union de los monarcas españo'es: muerte del príncipe Abdel Melik.-Consecuencias de la privanza é influencia de la Guzman.-Derrota de las flotas aragonesa y castellana en el estrecho de Gibraltar: mueren los dos almirantes.-Irrupcion de africanos: cercan á Tarifa: concurrencia de los reyes de Castilla y Portugal.-Memorable batalla y triunfo de EL SALADO.-Prodigiosa mortandad de moros.-Inmensas riquezas que se cogieron en el campo: notable regalo al papa.- Proyecta Alfonso XI. la conquista de Algeciras: preparativos: córtes de Burgos: la alcabala.-Célebre silio de Algeciras.-Grandes trabajos que se pasan en él: constancia y sufrimiento admirable del rey y de los castellanos: combates por mar y tierra. -Rendicion de la plaza: entrada triunfal.-Proyecta el rey la conquista de Gibraltar:

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