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III.

LOS DOCE SABIOS,

Y SU LIBRO DE LA NOBLEZA ET LEALTAD.

Como prueba del gusto literario de aquel tiempo, de lo que alcanzaban en la ciencia de la politica y del gobierno los que entonces se llamaban sábios, y tambien como muestra del lenguaje y estilo que se tenia por culto, damos á continuacion algunos fragmentos del libro de la Nobleza y Lealtad compuesto por los doce sábios que formaban el consejo de San Fernando.

CAPITULO I.

De las cosas que los sabios dicen è declaran de la Lealtanza.

«Comenzaron sus dichos estos sabios, de los quales eran algunos dellos grandes filósofos, è otros dellos de santa vida. Et dixo el primero sabio deallos: Lealtanza es muro firme, é ensalzamiento de ganancia. El segundo sa«bio dixo: Lealtanza es morada para siempre, é fermosa nombradia. El ter«cero sabio dixo: Lealtanza es árbol fuerte, è que las ramas dan en el cielo, è las raices en los abismos. El quarto sabio dixo: Lealtanza es prado fer«moso, è verdura sin sequedad. El quinto sabio dixo: Lealtanza es espacio del corazon, è nobleza de voluntat. El sexto sabio dixo: Lealtanza es vida segura, è muerte onrrada. El seteno sabio dixo: Lealtanza es vergel de los «sabios, è sepultura de los malos. El octavo sabio dixo: Lealtanza es madre «de las vertudes, è fortaleza non corrompida. El noveno sabio dixo: Leal tanza es fermosa armadura, è alegria de corazon, è consolacion de pobre«za. El décimo sabio dixo: Lealtanza es sennora de las conquistas, è madre de los secredos, è conformacion de buenos juicios. El onceno sabio dixo: «Lealtanza es camino de paraiso, è via de los nobles, è espejo de la fidalguía: El doceno sabio dixo: Lealtanza es movimiento spiritual, loor mun«danal, arca de durable tesoro, apuramiento de nobleza. raiz de bondat, destruimiento de maldat, perficion de seso, juicio fermoso, secredo impio, vergel de muchas flores, libro de todas ciencias, cámara de cavalleria.

CAPITULO II.

De lo que los sabios dicen de la Coldicia:

Desque ovieron fablado de Lealtanza, dixeron de Cobdicia. «Et dixo el primero sabio: Cobdicia es cosa infernal, morada de avaricia, cimiento de «soberbia, árbol de luxuria, movimiento de invidia. El segundo sabio dixo: «Cobdicia es supultura de vertudes, pensamiento de vanidad. El tercero sabio dixo: Cobdicia es camino de dolor, è sementera de arenal. El quarto sabio dixo: Cobdicia es apartamiento de placer, è vasca de corazon. El quinto sabio dixo: Cobdicia es camino de dolor, es árbol sin fruto, è casa sin cimiento. El sexto sabio dixo: Cobdicia es dolencia sin melecina. El seteno sabio dixo: Cobdicia es voluntad non saciable, pozo de abismo. «El octavo sabio dixo: Cobdicia es fallecimiento de seso, juicio corrompido, è rama seca. El noveno sabio dixo: Cobdicia es fuente sin agua, è rio sin vado. El décimo sabio dixo: Cobdicia es compannia del diablo, è raiz de «todas maldades. El onceno sabio dixo: Cobdicia es camino de desesperacion, è cercanía de la muerte. El dozeno sabio dixo: Cobdicia es sennoria flaca, placer con pesar, vida con muerte, amor sin esperanza, espejo sin lumbre, fuego de pajas, cama de tristeza, rebatamiento de voluntat, deseo prolongado, aborrecimiento de los sabios.

CAPITULO III.

Que el rey & regidor del reyno debe ser de la sangre real.

Primeramente dixeron estos sabios, que fuese de sangre real: por cuanto anon seria cosa complidera ni razonable que el menor rigiese al mayor, nin cel siervo al sennor. Et mas razon es quel grado dependa de la persona, «que la persona del grado. Et cualquier que ha de regir reyno, requiere á «su sennoría que sea de mayor linage, è de mayor estado que los que han de ser por el regidos: porque á cada uno non sea grave de rescebir pena ó galardon por el bien ó mal que feciere, è non aya á menguar los subditos cá su regidor de seer regidos, è castigados por él, nin de yr so su volun tad quando cumpliere.

CAPITULO XIV.

Que el rey debe ser amigo de los buenos, è leales, è verdaderos que andan è siguen carrera derecha.

Amigo debe ser el rey, ó principe, ó regidor de reyno de los buenos, é leales, è verdaderos, que andan è siguen carrera derecha, è lo aman de

dentro, è de fuera, è detrás, é delante, acerca, è alexos por su provecho, è su dapno, que al amigo que es por solo su provecho non usa de la amistanza, mas de mercaduria, è aborrecible. Et otrosi debe seer amigo de sus abuenos servidores, è de aquellos que vé que le sirven, è aman à todo «su poder, è amarlos, è preciarlos, è facerles bien por ello, que el amor le edará à conocer à los que le fablan verdad ò̟ arte; è mire bien el gesto ò la «scriptura, ò obra del obrador, ò decidor, ò esquinidor. Et de cada uno la cobra, ò decir, ò scriptura dará testimonio, ò será mal conocedor el que lo «viere: que muchos fablan al sennor à su voluntat por le complacer, è lisonjear, pegándole la verdat, lo cual es manifiesto yerro, ca à su sennor deabe ome deòir la verdat claramiente, è abiertamente le mostrar los fechos. «aunque sea contra sí mesmo, que nunca le traerá grand dapno, que si el «sennor fuere discreto, è sabio, por ende será mas su amigo, è tenerlo há «dende en adelante, è non espera dél traicion nin mal. Et al que su sennor «encubre la verdat, non dudará de le seer traidor ò malo quando le vinie«re à caso, è este tal non debe seer dicho amigo, mas propio enemigo: «que sobre la verdat es asentado nuestro señor Dios, è todo rey ò principe debe amar los verdaderos, è seer su amigo, è les facer muchas mercedes.

CAPITULO XXII.

De como el rey debe ser gracioso, è palanciano, è do buena palabra á los que á el vinieren.

«Sennor, cumple que seas gracioso, è palanciano, è con buena palabra, è gesto alegre rescibas à los que ante ti vinieren, è faz gasajado à los buenos, è à los comunales, que mucho trae la voluntat de las gentes el buen rescibimiento, è la buena razon del sennor: è à las veces vale mas «que muchos haberes.

CAPITULO XXIII.

Que fabla de los cobdiciosos mozos è viejos, è que perseveran en otras malas doctrinas.

A los que vieres que son mucho cobdiciosos mozos è viejos, è perse<veraren en otras malas dotrinas, non los esperes emendar è fulle dellos, è de su conversacion, è non tomes su consejo è non fles dellos por ricos «que sean, que mas ayna cometerán yerro ò traicion con la desordenada acobdicia, que otros que no tengan nada.

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CAPITULO XXVI.

De como el rey debe primeramente conquistar e ordenar lo suyo, è asennorearse dello.

«Sennor conquistador, si quieres ganar otras tierras, ò comarcas, è las conquistar tu deseo, es amochiguar la ley de Dios, è le seguir, è facer placer, è dexar al mundo alguna buena memoria è nombradía. Primeramienate conquista, è sojuzga, è ordena lo tuyo; è asennórate dello, è sojuzga los altos, è poderosos, é la tu voz empavoresca el tu pueblo, è sea el tu nombre temido è con esto empavorescerán los tus enemigos, é la meitad «de tu conquista tienes fecha, è tu entencion ayna se acabará: que si tú bien non corriges è sojuzgas lo tuyo, como sojuzgarás aquello en que non has poder; è non te ternia provecho lo que conquistases, è muy ligero peres«ceria eso, è lo al; que fallarás que de los que conquistaron mucho, asi Aleexandre como todos los otros, mas conquistó su vos, è su temor, que los golpes de sus espadas.

CAPITULO XXVII.

De como el rey debe primeramente catar los fines de sus guerras, è ordenar bien sus fechos.

«Otrosi, tu conquistador, que deseas facer todo bien, è traer muchas tieraras, è provincias à la fe de Dios, los comienzos ligeros los tienes, mas cumaple de catar bien los fines, è ordenar bien tus fechos en manera que seas conrrado, è tu fecho, è sennoría vaya adelante, è prevalesca, è non te sea «necesario la variedat en tus fechos, nin queden en medio de la carrera, «como quedan de muchos, que non ordenan su facienda è peresce por «mala ordenanza, de que habemos ejemplo en muchas cosas pasadas. Et de si, para tu bien guerrear cumplete primeramiente ser amado è temido de dos tus vasallos, è de los tuyos: è debes pensar que es la conquista que to«mas, è las maneras, è provechos que tienes para ello, è las gentes, è el tiempo, è las cosas que te pueden embargar. Et si non vieres la tuya, espeera tiempo, é sazon, è ordena de te guisar, porque tus fechos vayan adealante; que buena es la tardanza, que face la carrera segura: è para el tiem«po que conoscieres ser bueno, è complidero, sigue esta ordenacion, é ver«tud mas ayna à tu perficion, dar entencion que nos bien veamos el tu santo «deseo, è querríamos que oviésemos buena fin. Et por ende primeramiente antede todas las cosas pon tus fechos en Dios, è en la su gloriosa Madre, è «encomiendate à él, que à él se debe la paz de la tierra, è todos los malos sojuzga, è él es sennor de las batallas, è siempre crescerá tu nombre, è tu restado irá adelante en todos tiempos. Et lo segundo ordena toda la tierra, è sennorío à toda buena ordenanza, è josticia: è faz subjetos los fuertes è los flacos à la razon, è de como todos deben usar segun ante desto te dieximos. Et lo tercero tu entencion sea mas de acrecer la ley de Dios, que

non por ver las glorias mundanales, porque avrás mas ayna perficion de todo.

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CAPITULO XXXV.

En que el rey ordene porque el sueldo sea bien pagado á sus compañas.

«Otrosi: ordena tu facienda en guisa, que el sueldo sea bien pagado à das tus compañas, è ante lieva diez bien pagados, que veinte mal pagados: que mas farás con ellos. E defiende, è manda que non sean osados de to<mar ninguna cosa en los lugares por do pasaren, sin grado de sus dueños, <dandogelo por sus dineros: è cualquier que lo tomase, que haya pena cor«poral è pecunial. Et en el primero sea puesto tal escarmiento, porque otros non se atrevan: è con esto la tierra no encarecerá, è todo andará llano, è bien, à servicio de Dios, è tuyo; è de otra guisa todo se robará, è la tierra perescería, que la buena ordenanza trae seguranza, è durabledat en los «fechos.

CAPITULO XXXVI.

Que el rey non desprecie el consejo de los simples.

Non desprecies el consejo de los simples, è sobre grand cosa, ò que use requiera juicio. Ayunta á los grandes, è pequeños, è ternas en que escoger; que muchas veces embia Dios sus gracias en personas que non se <podria pensar: è los consejos son en gracia de Dios, è non leyen scripturas, aunque el fundamento de cada cosa sea buena razon tan ayna, è mas es dotada à los simples, como à los letrados, à los chicos como à los podero4sos. Et rescibe todos los dichos de los que vinieren à ti, que mientra que mas se echa en el saco, mas se finche.

CAPITULO XXXVII.

Que el rey faga mucha onrra á los buenos.

Faz mucha onrra à los buenos, que primeramente probares; que mu chas veces suena en el pueblo el contrario de la verdat: è mientra pudieres, non olvides à los tuyos en los ayudar, è bien facer, è en les dar de atus oficios: è en esto farás dos tesoros, el uno de gent, è el otro de dinero.

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