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fuere servido; y en caso que á alguno de sus sobrinos se hobiere de hacer merced, basta en los mil, y lo que quedase puede bien dar á uno de los cardenales de que tengo escrito; y cierto conviene al servicio de su Majestad tener respecto á este collegio. En temor estoy que en esta dieta de Alemania no salgais tan en blanco como entrais. Si en la pasada se diera al diablo el concilio y se entendiera en adobar los errores, disimulando en parte y sanando lo mas dañado, estuviéramos agora fuera del estrecho en que nos hallamos. Yo bien lo escrebí y supliqué muchas veces; pero como la sepultura de las cartas es el olvido, fueron sin ningun provecho. Todavía, señor, espero en Dios y en la santa intencion de nuestro Príncipe que hará en esta dieta mucho provecho, porque la bondad divina siempre socorre en los peligros cuando los hombres tienen buen fin. Trabaje vuestra merced á que no pierda tiempo, sino que todos os ocupeis en dar buen cabo á este negocio de suma importancia. Yo como estoy lejos es menester que mi entendimiento os pida perdon, pero no mi voluntad, pues no desea otra cosa que la prosperidad y gloria de la Cesárea Majestad. Acreciente Dios la vida y estado de vuestra merced. De Roma último de julio-Servidor de vuestra merced-Fr. G. Cardinalis Oxomensis.

Sobre Al muy magnífico señor el señor Comendador mayor de Leon, secretario de la Cesárea Majestad y del su consejo secreto.

Carta autógrafa que el cardenal de Osma escribió á su Majestad. De Roma á 31 de julio de 1530.

Dice que la carta escrita por el Emperador al Papa, ha merecido grandes elogios de S. S. y cardenales-Que ha hecho ver al Papa la necesidad de un concilio; pero que aunque S. S. aparenta convenir en este punto, teme que pondrá todos los medios posibles para que no se lleve á efecto-El cardenal Tarva ha dicho en consistorio que caso de hacerse el concilio han de asistir á él el Rey de Francia y demás Principes cristianos-Aconseja al Emperador que si el Papa rehuye el concilio, se concierte con sus vasallos de Alemania, haciéndoles algunas concesiones en materias de religion.

Cesárea y Católica Majestad-Dos cartas juntas recebí de vuestra Majestad hechas á 14 de julio. Ví el traslado de la letra que de mano de vuestra Majestad vino al Papa, y parescióme la mejor del mundo, porque era sabia, justa, sentenciosa, humilde y sin tener sobrado ni falto un solo renglon. Háse estimado de los cardenales que la han visto en extremo. Díjome Egidio, y creo que sin lisonja, que Tulio nunca hizo mejor oracion, ni él la habia leido en todos los antiguos. El Papa dijo que era tal que merescia ser guardada en el castillo de San Angelo en perpétua memoria. Todo esto nasce de vuestra buena intencion, que alumbra vuestro entendimiento á inventar razones que son ocultas á los hombres mal intencionados. Dios os dé perseverancia, y os prospere como la iglesia católica lo ha menester. Yo, señor, he estado estos dias pasados con la indisposicion que tuve en Barcelona, y por esta causa no me hallé en la congregacion de cardenales el dia que se leyó la letra de vuestra Majestad; pero fuíme al Papa antes una hora, y dijele largamente cuanto convenia al intento de vuestra Majestad, persuadiéndole que á su

honra y á su ánima era necesario convocar el concilio, y leile las palabras que vuestra Majestad me escrebia tocantes á este artículo, que eran pocas y buenas. Respondióme claramente que vuestra Majestad tenia razon y que no se podia negar el concilio, y alabóme vuestra carta. Yo le repliqué quitántole todos los temores que á su Beatitud se podrian ofrescer, y que conoscia á vuestra Majestad por tan hijo suyo verdadero que en caso que el concilio se hiciese en medio de Alemania, hallándose vuestra Majestad presente, no habia de temer ninguna pérdida de su autoridad, cuanto mas que el concilio se podria celebrar en lugar sin sospecha. A todo me respondió como yo podria responder. Sobre esto no sé lo que escribe á vuestra Majestad. Lo que yo alcanzo es que el Papa desea en su corazon que Alemania se curase sin concilio, y sospecho que sensualmente querria mas que quedase como se esta

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, que meterse en esta empresa, y que antes les concederia algunas cosas temporales y aun espirituales, que esperar darles salud con concilio; y algunos cardenales veo deste parescer, y otros que por pensar que desplacen al Papa, no osan decir que es bueno. Tambien tengo sospecha que su Beatitud muestra y mostrará de su parte amar concilio y allegará hasta convocarle ; pero que de secreto negociará con los Príncipes cristianos como se impida. El primer dia que nos llegamos los cardenales para hablar en él por una carta que habia escrito el legado, parló el nuevo cardenal Tarva, diciendo mil bienes del concilio y cuan necesario era. La segunda vez que convenimos dijo muchos inconvenientes y locuras á mi parescer, y ha dado á entender que no placerá á su Rey, porque la gloria seria toda de vuestra Majestad, y que cuando se hubiese de hacer, que era necesario que el Rey de Francia se hallase

presente y los otros Príncipes, y para que estuviesen en paz habian de contribuir todos los dineros que fuesen menester para tener ejército el Papa de por medio, y en fin que en ninguna manera se habia de señalar este concilio sin consentimiento del Cristianísimo. Despues que esto oí, soy tan malicioso que sospeché que de parte del Papa habia nascido la contradicion de Tarva, que el primer dia tuvo al segundo; pero no obstante toda mi malicia, digo que viendo su Beatitud la verdad y retitud con que vuestra Majestad anda en este negocio, y como conviene el concilio para su conciencia y para que no quede perpetuamente deshonrado, espero que se determinará en guiar y efectuar la cosa como á vuestra Majestad le paresce. Yo, señor, escribí en otra carta mirando estos y otros impedimentos que se podrán adelante ofrescer á este santo concilio, que vuestra Majestad se diese maña de sanar ese doliente con otra medicina que esta que se pide; pero cuando para esto no hobiere fuerzas, persista vuestra Majestad en lo que ha escrito, que es imposible no salir con la empresa, ó con honra á ojos vistas de la cristiandad. Y cuando por nuestros pecados acá se negase ó se estorbase el concilio, y sin él allá no viese vuestra Majestad remedio para reducir á la fé esa nacion; digo que en tal caso soy de voto que se concierte vuestra Majestad con toda Alemania y disimuleis sus herejías, y les consintais vivir en la mejor forma que á ellos contentare, trabajando con ellos que dejen algunos de los errores pasados y se conformen todos en los que tienen menos dificultad, y sobre esto que os sirvan como á señor y os obedezcan como es razon, y se ayunten para defender á Alemania y á Hungría del Turco; y para esto den gente pagada por algun tiempo, y haced Rey de los romanos á vuestro hermano, y de esta manera

hará vuestra Majestad lo que le cumple, y no será á vuestra culpa el mal que no podeis remediar, ni el bien que no podeis hacer, y saldrá vuestra Majestad de esa tierra honrado, y poderoso y quieto.

Señor: Mujétula, segun me escribe, hace en Nápoles lo que puede, y su ida no ha sido en vano, porque ha habido cerca de cuarenta mil ducados.

....

Guarde Dios à vuestra Majestad y consérvele en su amor. De Roma á 31 de julio-Siervo y capellan de vuestra Majestad-Fr. G. Cardinalis Oxomensis.

Carta autógrafa que el cardenal de Osma escribió al Comendador mayor de Leon. De Roma á 5 de agosto de 1530.

Dice que ha dado noticia al Papa de la muerte del infante Don Fernando, hijo de Cárlos V-Que S. S. sigue en su constante adhesion al Emperador, y que anda poniendo dificultades en la celebracion del concilio-Habla de que no se le pagaba una cédula de quinientos ducados con que le habia agraciado S. M., pidiendo que se pusiese en ello algun remedio.

Señor-Despues de haber escrito á su Majestad y á vuestra merced, último de julio, ya dadas las cartas al embajador, recibí letra del conde de Osorno, hecha á 18 de julio, en que me decia que era muerto el nuestro infante D. Fernando en diez horas. Sabe Dios lo que yo sentí, no por el niño, pues se va adonde todos deseamos ir, sino por lo que deben sentir los padres, que aunque muy cristianos no es posible no allegarles al corazon esta pérdida. Luego envié á decir al embajador que pues el correo no era partido, que seria bueno hacerlo saber al Papa, para que su Beatitud escribiese carta de su mano conso

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