Guzmán de Alfarache, Volumen2

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Ediciones de "La Lectura,", 1927

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Página 54 - Todo anda revuelto, todo apriesa, todo marañado. No hallarás hombre con hombre ; todos vivimos en asechanza los unos de los otros, como el gato para el ratón o la araña para la culebra, que hallándola descuidada, se deja colgar de un hilo y, asiéndola de la cerviz, la aprieta fuertemente, no apartándose della hasta que con su ponzoña la mata.
Página 69 - Y haciéndose los demás pobres y pobras de su parte, y apagando las luces, comenzaron con los asientos y con las muletas y bordones a zamarrealle a él ya sus corchetes a escuras...
Página 109 - Busqué donde el agua tenia más fondo en la mayor espesura, y en ella hice un hoyo, y en las telas de mis calzones y sayo envuelta la moneda la metí, cubriéndola muy bien de arena y piedras por defuera; puse una señal, no porque me descuidase que allí residí a la vista por casi quince días; pero para no turbarme después buscándola dos pies más adelante o atrás, que fuera morirme, si cuando metiera la mano dejara de asentarla encima; en especial que algunas noches me alargaba...
Página 89 - Con esta alteración, si el fresco de la mañana no lo hizo, a la señora mi ama le faltó la virtud retentiva, y aflojándosele los cerraderos del vientre antps de entrar en su cámara, me la dejó en portales y patio, todo lleno de huesezuelos de guindas, que debía de comérselas enteras.
Página 60 - ... lo peor. Terrible vicio es el juego. Y como todas las corrientes de las aguas van a parar a la mar, así no hay vicio que en el jugador no se halle. Nunca hace bien y siempre piensa mal; nunca trata verdad y siempre traza mentiras; no tiene amigos ni guarda ley a deudos; no estima su honra y pierde la de su casa; pasa triste vida ya sus padres no se la desea; jura sin necesidad y blasfema por poco interese; no teme a Dios ni estima su alma.
Página 119 - Amaneció el domingo. Púseme de ostentación y di de golpe con mi lozanía en la iglesia mayor para oír misa; aunque sospecho que más me llevó la gana de ser mirado; paséela toda tres o cuatro veces; visité las capillas donde acudía más gente, hasta que vine a parar entre los dos coros, donde estaban muchas damas y galanes.
Página 45 - Cuanto para con Dios, son sus juicios ignotos a los hombres ya los ángeles; no me entremeto a más de lo que con entendimiento corto puedo decir, y es que Él sabe bien dar a cada uno todo aquello de que tiene necesidad para salvarse. Y, pues aquel oficio faltó, no convino, por lo que Él sabe o porque con él se condenará y lo quiere salvar, que lo tiene predestinado.
Página 26 - No dejaba de darme pena tanto cuidado y andar holgazán : porque en este tiempo me enseñé a jugar a la taba, al palmo y al hoyuelo. De allí subí a medianos : supe el quince y la treinta y una, quínolas y primera. Brevemente salí con mis estudios y pasé a mayores, volviéndolos boca arriba con topa y hago.
Página 58 - ... se perderá presto, siendo malquisto y odiado de todos. No respondía cuando me reñían, ni daba ocasión para ello. A los mandados era un pensamiento. Donde había de asistir nunca faltaba; y aunque todo me costaba trabajo, nada se perdía. Bastábame por paga la loa que tenía y lo bien que por ello me trataban de palabra, no faltando las obras a su tiempo.
Página 133 - Cogióme en medio, de que recibí un mal golpe y sucediera peor porque se me cayó la daga desnuda de la cinta y, dando con el pomo en el suelo, quedó arriba la punta y se hincó por un brazo de la silla, que fue milagro no matarme, y concluyendo comigo dejaba pagados mis acreedores.

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