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te, enemigo que siempre fué nuestro. Esto es cierto. Luego lo hizo entender al embajador para que trabajase con su Beatitud no aceptase tal cosa que era en notorio deservicio de su Majestad, porque hasta agora él se predicaba imperial y andaba con las bandas rojas, y solo por conoscer que su Majestad mandaba á sus ministros que hiciesen contra él lo que el Papa mandaba, se ha convertido á ser francés: que no es justo que aquella tan notable fortaleza se entregase á ninguna de las nombradas personas, y que paresceria mal á todos los miradores. El embajador me ha respondido que ansí lo hará, y héle aconsejado que tome á Andrea del Burgo consigo, porque habla á su Santidad con mayor libertad; y si fuere menester, que yo iré á hacer mi oficio segun mis fuerzas. No se ofresce al presente que pueda mas escribir sino que Dios sea con vuestra merced. De Roma á 10 de agosto-Servidor de vuestra merced-Fr. G. Cardinalis Oxomensis.

Sobre Al muy magnífico señor el señor Comendador mayor de Leon, secretario de la Cesárea Majestad y del su consejo.

Carta autógrafa que el cardenal de Osma escribió á su Majestad. De Roma á 15 de agosto de 1530.

Alaba el deseo del Emperador por la celebracion de un concilio, y dice de ello estaba muy contento el Pontifice.

que

Cesárea y Católica Majestad-Hasta que vea letra de vuestra Majestad como se ha conformado con la voluntad de Dios en llevar para sí á vuestro hijo segundo, no tengo esfuerzo para escribir á vuestra Majestad cosas de estado: verdad es que cuando quisiere entender el parescer de vuestro siervo, se hallará en poder del vuestro ComendaTOMO XIV.

y

dor mayor. Rescibí la carta de vuestra Majestad hecha á dos de agosto, y acepto lo que escribe en lo que toca al concilio, porque me persuado con razones que pues vuestra Majestad le pide, no se puede curar ese tan noble miembro de la iglesia sin él, y ansí lo he dicho á Su Santidad á los otros cardenales que son vuestros, ó indiferentes. El Papa en este último consistorio habló muy bien de la santa intencion que vuestra Majestad tenia al bien público de la cristiandad, y como se habia humillado yendo á visitar al legado que tenia la gota : paresció á todo el collegio presente muy bien, y á mí no menos que á todos juntos, porque conozco las católicas entrañas con que hace estas obras. Dios os lo agradesca, y no dudeis que él será mas agradescido á vuestra persona que los hombres, y querria mas un real que á todas las gentes si Dios es en vuestro favor. A este señor habeis de enamorar, y temer y servir, y á todo el resto guiarlo por este norte. Sea vuestra Majestad perseverante en la virtud, y veréis maravillas. Yo á Dios gracias estoy bueno, y no me falta deseo de serviros, ni á vuestra Majestad sinrazon de haberme desterrado de vuestro servicio, mucho mas en ofensa de vuestra ánima y cuerpo, que en gloria de los que movidos de envidia esto deseaban. A Dios llamo por juez en este artículo, y no en venganza de vuestra Majestad, pues la quiero no menos que a mí. Guarde Dios vuestra Cesárea Majestad en su servicio, y por esto he hoy ofrescido el santo sacramento. De Roma dia de nuestra Señora de agosto-Siervo y capellan de vuestra Majestad-Fr. G. Cardinalis Oxomensis.

Carla autógrafa que el cardenal de Osma escribió al Comendador mayor de Leon. De Roma á 25 de agosto de 1530.

Habla mal del conde de Nasau, de quien dice que se dormia en el consejo, y que al Emperador se le habia pegado el mismo malAfirma que segun algunos habia sido nombrado cardenal por echarle su Majestad de su presencia.

Señor-Recebí una carta de vuestra merced, hecha á 12 del presente, y aunque corta fué para mí larga merced. A su Majestad escribo prolijo: cuando vuestra merced lo leyere, persuádale á que tenga paciencia, pues es atrevimiento que nasce de gana de servir. Dice su Majestad que se le ha pegado del conde Nasao dormirse en el consejo: yo digo que en eso se ensuelva; que no es pequeña gracia de Dios haber tenido un hombre tan profano cabe sí tantos años, y no habérsele pegado otra culpa, aunque esta que su Majestad confiesa no lo es, porque ha año y medio que no ha sido su vida de señor, sino de esclavo, segun los continos trabajos que ha sufrido y sufre; pero háse de consolar su Majestad pues es de creer que todos. han sido meritorios de la vida eterna, Dice vuestra merced que el conde se partia para Flándes: nunca fué tan dichoso que gozase esa corte desnuda de tan áspera y mal acondicionada persona. Parésceme que en su ausencia su Majestad y todos sus criados estarán como ángeles, sin murmuracion, sin envidias, sin odios: el señor mandará sin respecto, y los siervos obedescerán sin resistencia. Dios os conserve muchos años en este descanso, amen, que siendo ansi terné mayor esperanza de hallarme algun dia con vosotros. Mucha merced me hace su Majestad en mandar al embajador que comunique conmigo los negocios, porque con este favor se puede pasar mas sin pena

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este mi destierro, y no ternán tanto que decir los miradores que por inhábil para servir, ó por aborrecimiento que su Majestad tenia de mi persona, me hizo cardenal, porque con este título honrado me echase de sí...,

De Roma á 25 de agosto. Servidor de vuestra merced-Fr. G. Cardinalis Oxomensis.

Sobre-Al muy magnífico señor el señor Comendador de Leon, secretario de la Cesárea Majestad y del su consejo.

Carta autógrafa que el cardenal de Osma escribió á su Majestad Cesárea. De Roma á 25 de agosto de 1530.

Consuela al Emperador de la muerte de su hijo el infante Don Fernando, muerto siendo niño-Aprueba la eleccion hecha del duque de Mántua para capitan general del ejército de Florencia-Juzga conveniente conservar el ejército de Italia para la defensa contra el Turco-Poco órden en el ejército de Nápoles y forma en que convendria distribuir aquellas fuerzas-Conducta que deberia adoptarse con los herejes-Aconseja al Emperador que no juegue á la pelota despues de la comida.

Cesárea y Católica Majestad-El Comendador mayor me escribió como habia tomado vuestra Majestad la muer te de aquel bienaventurado niño (1) que engendraste como cristiano y como señor. Nunca yo creí menos de la maciza fé que siempre conoscí en vuestro corazon. Agora ya terné licencia de hablar en los negocios, pues vuestra Majestad sabe desechar los pesares, conformándose con la voluntad de Dios. Por una carta de 12 de agosto entendí la provision que vuestra Majestad habia hecho de capitan

(1) El infante D. Fernando.

y

general: si esto es para entretanto que durare el ejército de Florencia, es muy bien mirado porque se muestra mayor satisfacciou al Papa, y se hace confianza nueva del duque de Mántua para obligarle mas á vuestro servicio; pero si este cargo se entiende para mas largo, no sé si es cordura, porque quien vino á Italia á pacificar, no es razon que deje en ella oficio de guerra, y sin duda seria engendrar algun escándalo. He pensado que si vuestra Majestad tardára cinco dias en la provision, que hobiera entendido el concierto de Florencia, y por consiguiente cuan poco necesario era el duque de Mántua, y cuanto mas fuera al propósito para derramar aquel ejército el marqués del Gasto; pues es cierto que tiene mucha parte con españoles y italianos para contentarse con menos pagas, y para apartarlos de Florencia y enviar los unos á sus casas, los otros á donde vuestra Majestad fuere servido, y hecho esto tomar la parte de españoles que tiene por órden y partirse de alli para Hungría; pero estando en duda, muerto el Príncipe, que haria aquel ejército insolencias y desórdenes, fué la provision tan cuerda como suelen ser las de vuestra Majestad. Señor: yo temo que para el verano que viene teneis que hacer con el Turco: es justo que no se deshaga vuestra Majestad de los españoles que en Italia tiene, y siempre me paresció que á vuestro servicio convenia que dellos se pusiesen dos mil en Cecilia, y en el reino otros tantos; y pues cresce por espías cada dia este temor, no solamente estoy en el mesmo voto, pero seria en parescer que se añadan en cada banda otros quinientos, de manera que sean cinco mil. En Cecilia se paguen del mesmo reino, y los de Nápoles se pueden pagar con los bienes de excetados.

Señor: allá se habrá escrito que teneis cuatro mil sol

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