De Bogota al Atlántico por la vía de los ríos Meta, Vichada y OrinocoEst. tip. de la "Rev. de archivos, bibl. y mus.", 1905 - 371 páginas |
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de Bogota Al Atlántico Por La Vía de Los Ríos Meta, Vichada Y Orinoco Santiago Perez Triana Sin vista previa disponible - 2018 |
Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 199 - ... la doctrina enemiga, con toda la forma de ira o de pasión usual, y que mejor éxito haya tenido. Poco o nada en realidad tiene que importarle al feligrés lo que en el fondo de su ánimo sienta el individuo que predica. De lo que él necesita es de una voz que hable, que resuene en los oídos, repitiendo lo que los creyentes consideran ser la verdad.
Página 5 - A LAS COSAS SIN ALMA. Cosas sin alma, que os mostráis a ella y la servís en muchedumbre tanta, temblad! La móvil hora no adelanta sin imprimiros destructora huella. De la materia resistente y bella tomad lo que más dura y más encanta; si sois piedra, sed mármol; si sois planta, sed laurel; si sois llama, sed estrella.
Página viii - ... la ha pintado, entre otros, en páginas finas, un eminente argentino que estuvo allá de representante de su país, el doctor Miguel Cañé. Ceremoniosa y franca, doctoral y alegre, manejando lo mismo el tirso que el bastón borlado, criadora de las águilas de la oda y de los gorriones del epigrama, vestida de gramática y coronada de lírica...
Página 199 - ... pueblo me alcanzaría el tiempo para ello. Al fiel, en realidad, lo que le importa es la exposición clara de lo que él cree, la defensa de eso mismo con los mejores argumentos y comprobaciones que se conozcan para el efecto, y el ataque a la teoría o la doctrina enemiga, con toda la forma de ira o de pasión usual y que mejor éxito haya tenido. Poco o nada en realidad tiene que importarle al feligrés lo que en el fondo de su alma sienta el individuo que predica.
Página 198 - Me sería fácil dogmatizar y anatematizar desde el uno o el otro de los dos pulpitos, apoyándome en textos evangélicos, en citas de los Santos Padres, en comprobaciones históricas; en una palabra, haciendo en cada caso uso y aplicación de todas las armas de los respectivos arsenales. Y creo que para desempeñar esas tareas me hallo mejor preparado, mejor apertrechado, por decirlo así, que la mayoría de los ministros protestantes o de' los curas católicos que andan por esos mundos de Dios.
Página 20 - En el llano sus ojos se detienen ante la belleza del paisaje : El viaje en estas circunstancias tenía al principio su seducción y encanto. La luz penetraba tamizada por entre el follaje, y era tan tibia y suave que se diría que nos hallábamos detrás del rosetón multicoloro de alguna inmensa catedral. Los árboles corpulentos semejaban ingentes columnas festonadas de vistosos cortinajes formados por las abigarradas enredaderas. Las orquídeas, como pebeteros colgantes, lucían con profusión...
Página 84 - Tengo el alma, ¡Señor! adolorida por unas penas que no tienen nombres, y no me culpes, no, porque te pida otra patria, otro siglo y otros hombres; que aquella edad con que soñé no asoma; con mi país de promisión no acierto; mis tiempos son los de la antigua Roma, y mis hermanos con la Grecia han muerto.
Página xi - ... naturaleza por los soplos que nos inician en montañas y pampas, cataratas sonoras e inmensas palpitaciones de la tierra. ¡Grande y fecunda mina para nuestros artistas el prodigioso reino de nuestra Demeter maternal! No para la rapsodia delilliana o bélica que catalogue productos de zona tórrida, o las tentativas de una estética mulata que quiera dar de beber agua castalia al ganado criollo de cualquier Tirsis semibozal; mas para el que sepa percibir con ojos mágicos el corazón de nuestros...
Página 61 - ... tristezas, filosofía personal y ajena: "La noche era espléndida; soplaba una brisa tenue, en la cual nos llegaban los mil rumores peculiares de la zona tórrida en las primeras horas que siguen a la puesta del sol. Delante de nosotros, sin ruido y sin murmullo, arrastraba el río Meta el podoreso caudal de sus aguas. Los astros del cielo se reflejaban en sus ondas, produciendo pequeños relámpagos quebradizos de luz, como si partieran de una cota de acero amartelado y bruñido".